14 : FINAL

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Días atrás Jaehyun y Donghyuck habían hecho un trato. Si el mayor de los dos comenzaba a salir con Yuta, el otro llevaría a su propio novio a casa para así dejar a libre interpretación de sus padres con el tiempo el si eran amigos o algo más.

Jaehyun se puso en contacto con Yuta el día anterior y lo invitó a su casa en compensación por la última vez cuando había tenido que cancelar por culpa de las amenazas de su hermano. Esta vez sería completamente distinto, pues lo estaba invitando con ayuda de su hermano, quien le había pedido a sus padres que lo acompañaran a los ensayos del coro esa tarde y luego los convencería de cenar fuera solo los tres, utilizando como excusa que su hermano saldría hasta tarde y de todas formas no los iba a acompañar en la comida. Todo eso para permitirle a Yoonoh realizar su plan sin contratiempos. 

A las cinco de la tarde Yuta tocó su puerta y él lo recibió, literalmente, con los brazos abiertos. Se dieron un abrazo repleto de calidez en cuanto el japonés cruzó el umbral de su puerta y no tardaron en besarse con dulzura luego de cerrar la puerta.

Aquello era lo que Jaehyun necesitaba, estar a gusto con la persona a la que amaba sin sentirse nervioso por nada. 

—Ojalá pudiera besarte así en cualquier parte —dijo Yuta, sosteniendo al menos entre sus brazos. 

—Puedes —aseguró Jaehyun—. Bésame cada vez que quieras y en cualquier lugar. No me importa. 

Los ojos de Yuta se iluminaron y llenó el rostro de Jaehyun de pequeños besos que le hicieron cosquillas. Entendía por completo lo que el chico quería trasmitirse; ya no tenía miedo como le había expresado tiempo atrás, al fin estaba listo para exteriorizar todo lo que sentía sin reprimirse como solía hacer. Ya fuera dentro de la Iglesia, en un parque o en plena vía pública, Jaehyun no se escondería más. Le gustaba Yuta y no necesitaba la aprobación de nadie, ni de un montón de conocidos religiosos y conservadores ni tampoco de sus padres. Solo necesitaba del amor que se tenían y todo estaría bien. 

—Yuta hyung —musitó—, hoy es el día. Quiero que lo hagas, quiero ser tuyo por completo.

Yuta inhaló profundamente y sonrió con amplitud. Quizá el ambiente ardiente que comenzaba a formarse por las palabras de Jaehyun no era el adecuado para sonreír de esa forma tan suficiente; sin embargo, había esperado un montón para oír esas palabras estando seguro de su sinceridad. Nunca tuvo dudas de los sentimientos de Jaehyun hacia él, pero habían atravesado cientos de dificultades para poder llegar a donde estaban. Discusiones y acusaciones absurdas, amenazas tontas y miedo inútiles, mas todo valía la pena si podían estar como estaban. 

Aquel momento era igual a la primera vez, con Jaehyun siendo quien se le insinuaba primero y él sin tardar en seguirle el juego con más fuerza. La diferencia estaba en que ya no necesitaban dejarse la ropa puesta ni tratar de guardar silencio. 

Una vez que se encontraban en la habitación del menor, sus bocas se encontraron con pasión y la forma en la que se besaron fue más profunda que nunca. Apenas respiraban con tal de no separarse, mientras Yuta acariciaba cada parte de Jaehyun por debajo de su camiseta y este se aferraba a su espalda con la misma fuerza que aquella vez que casi lo hacen en la cabina de confesiones. 

Quizá no era el momento, pero con cada toque caliente que Yuta le daba a su cuerpo, Jaehyun recordaba las veces en las que se tocaron donde no debían, corriendo el riesgo de ser atrapados. Y eso lo encendía, no por el morbo de lo que habían hecho en el pasado, sino porque todas esas veces había quedado con ganas de más y al fin estaba consiguiendo lo que por tanto tiempo deseo: a Yuta, todo de él. 

—Hyung —dijo entre jadeos cuando sus labios tuvieron un momento separados, antes de que el mayor pudiera desabrochar por completo su pantalón—, ¿quieres ser mi novio?

Yuta no pudo contener la pequeña risa que dejó escapar aun cuando su respiración era agitada. Movió la cabeza para sacudir el cabello sobre sus ojos que le impedían ver al lindo chico frente a él con claridad y sostuvo sus mejillas con cariño para depositar un suave beso en su frente, aún sonriendo.

—Asumí que ya lo éramos hace tiempo, Hyunie. 

Y Jaehyun no necesitó más para volver a dejarse llevar. Todo en su mente se nubló, Yuta era lo único que podía ver y pensar. En ese momento, él era su todo y cada una de sus caricias lo volvían más loco que la anterior. 

Esa tarde al fin se volvieron uno. Sin filias extrañas de por medio ni corriendo el riesgo de ser atrapados, y aunque así fuera les daría igual. Solo importaban ellos dos el amor que goteaban.


-̗' 💦 ˊ̖-

Una vida tarde, pero llegó. Esta historia al fin acabó. 
Lo siguiente es el epílogo. Lo subiré luego de que algunas personas lean este capítulo. Muchas gracias por llegar hasta aquí. 

DRIPPIN' 落とす YUJAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora