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En el mismo instante que el padre Aizawa salió por la puerta del aula, los alumnos se miraron incrédulos unos a otros durante unos segundos.
No sabían qué pensar, esta era una semilla de confianza que su exigente profesor les había otorgado, así que en cierto modo, les estaba dando a entender que poseían cierto talento y que había depositado su confianza en ellos, pero había un pequeño atisbo de inquietud en las miradas de los jóvenes, miedo a lo desconocido, miedo al fracaso, miedo a que su primer caso fuera demasiado grande para ellos.

- Ey chicos... Qué pensáis sobre el caso?- preguntó un chico rubio con un semblante preocupado

- Es una oportunidad de aprender- le respondió otro chico con gafas y extraños tics en los brazos.

- Ida-san tiene razón - intervino una chica de pelo castaño muy sonriente, intentando bajar la tensión del ambiente (y sin haberlo deseado me ha salido un pareado 😂 vale paro)

- Si pero... No creéis que es demasiado pronto? - dijo una chica morena, con el pelo recogido en una cola de caballo, mientras cruzaba los brazos con un semblante serio a la vez que preocupado

- Si Aizawa-sensei ha pensado en nosotros para resolver esta investigación es porque cree que podemos hacerlo - le contestó un chico serio de ojos y pelo policromáticos

- Estoy de acuerdo con Todoroki- san! - Exclama el chico de cabellos rizados y verdosos, levantándose de su asiento y dando a todos sus compañeros de clase una sonrisa - ¡Tenemos que dar nuestro mayor esfuerzo!

El ambiente de tensión se redujo hasta desaparecer. Durante el resto del día solo se escucharon risas, bromas y de vez en cuando, las lecciones del profesor.





Ya eran las ocho de la tarde, el sol se estaba poniendo, regalando un hermoso espectáculo de luces sobre el cielo ahora anaranjado. Los alumnos de último curso de exorcismo estaban esperando impacientes el autobús que les llevaría a su primer caso como exorcista.

A los diez minutos llegó el autobús, todos dejaron sus maletas en el maletero y tomaron asiento dentro, pero hubo un alumno que tuvo bastantes dificultades para entrar dentro del autobús ya que llevaba demasiado peso en su mochila.

- Midoriya, ¿qué llevas dentro de la mochila? - preguntó Todoroki a su compañero con el semblante tranquilo que lo caracteriza

- A-aah pues... - el ojiverde se avergüenza un poco- llevo varios libros, ya sabes, por si nos hace falta información... Jeje

-Ah comprendo - Dijo el oji- cromático y acto seguido subió al autobús acompañado de Midoriya.

Ambos chicos se sentaron juntos en los asientos, en el momento en el que el peliverde se sentó sintió un escalofrío recorrer toda su columna vertebral.

- ¿Sucede algo? - le pregunta Todoroki al percatarse de la acción de su amigo

- No tranquilo, no es nada, solo he tenido un presentimiento - sonrió despreocupadamente, luego posó su vista hacia la ventana y pensó "un mal presentimiento" ...

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En otro lugar



Hacía frío, se escuchaban unas pesadas cadenas arrastrarse sobre el helado y húmedo suelo, cada vez estaban más cerca de su destino. Se detuvieron, y el portador de estas finalmente habló:

- ¡Señor perdóneme se lo suplico!, ¡perdone mis pecados! ¡Cambiaré se lo prometo! ¡POR FAVOR! - supricaba moqueando el poseedor de las cadenas, pidiendo perdón - ¡Perdóneme!

Un ser con apariencia humana que estaba sentado en su trono escuchando las súplicas aburrido, se levantó y se fue acercando hacia el pecador con una sonrisa macabra, cuando llegó a su oído le susurró - No hay perdón para los pecadores - Y una ola de fuego consumió al pecador, dejando al demonio solo en aquel frío lugar. Acto seguido, metió sus manos en los bolsillos y caminó hacia su trono, donde se volvió a sentar.

En esas llegó su consejero y mejor amigo, quién, a juzgar por su semblante, traía malas noticias.

- Blasty, se están preparando, vienen hacía acá - dijo impaciente y preocupado el pelirrojo consejero

- ¡Perfecto! Por fin algo de diversión - sonrió maliciosamente - Que empiece el juego ....


𝔅𝔢𝔫𝔡𝔦𝔱𝔬 𝔇𝔦𝔞𝔟𝔩𝔬 ( ᴷᵃᵗˢᵘᵈᵉᵏᵘ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora