capitulo 5: agilidad

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Eva, después de comer, dejó a sus padres, su hermano y su tío en el comedor. Cogió su mochila y subió a su habitación. Entró y suavemente cerró la puerta de la habitación. Se sentó en su escritorio y, como hacía todos los días, encendía su reproductor de música y se puso a dibujar. Dejó que las canciones pasaran una tras otra mientras ella dejaba fluir su mano sobre el papel. Le gustaba dibujar ya que le permitía plasmar sobre un lienzo lo que su mente imaginaba y pensaba. Todas las tardes tras llegar del insti, se pasaba una o dos horas haciendo aquello, convirtiendose en algo habitual, parte de su rutina. Así podría despejarse de las cargantes clases de por la mañana. 
Tras un par de horas oyó como alguien tocaba su puerta; sin dejar de dibujar soltó un:
-Adelante.
La puerta se abrió y ya sabía quien era.
-Oye Eva, ¿por qué no vamos a dar una vuelta?- dijo Erik de forma risueña.
Eva se dió la vuelta y lo miro de forma neutral.
-Que escandaloso eres Erik, ¿a que viene eso de dar una vuelta?
- A nada, solo quiero dar una vuelta con mi hermanita.
La chica alzó una ceja extrañada y lo miro de arriba abajo.
-¿Que es lo que tramas Erik?
-Ya te lo he dicho, solo quiero dar un paseo.- suspiró y miro a su hermana- además, hoy tienes practicas de taekwondo, quiero ver cuanto has mejorado.
Eva rodó los ojos a un lado y suspiro cansada, su hermano era el ser más pesado del mundo cuando se lo proponía. Cerro el blog en el que estaba dibujando y miro a su hermano.
-Esta bien, se que puedes llegar a ser muy insistente cuando te lo propones.- se levantó de la silla y abrió el armario de su habitación para coger la bolsa en donde llevaba la ropa de taekwondo, sus zapatillas y una botellita de agua, guardando todo se la colgó al hombro y suspiro. Miro a su hermano de forma impaciente.
-¿Vamos?- lo miro y sonrió de medio lado. Su hermano le sonrió de vuelta y salió de la habitación.

Caminaron hacia el recinto en donde se impartía las clase, pero Erik propuso cruzar El Retiro para dar un paseo. La brisa corría suavemente entre las hojas de los árboles, era media tarde y las clases de Eva comenzaban en media hora, así que aprovecharon para disfrutar ese momento. 
Eva alzó la cabeza al notar como el viento mecía su pelo, suspiro  disfrutando de la agradable sensación de frialdad; amaba el frío, al igual que su padre, esa sensación de escalofrío y los pelos de punta era uno de sus gustos. 
Los gustos de Eva eran raros pero a la vez sencillos, le gustaba el otoño y el invierno, el viento que soplaba en esa época y la gama de colores con los que estaban adornados los árboles en esa etapa del año: grises claros, verdes opacos, los tonos naranjas de las hojas de los árboles cayendo del suelo. 
Utilizaba esas gamas para sus creaciones personales, para sus dibujos y sus pintuas, esos colores y todos los tonos de azules que le era posible encontrar. 
-Eva- la llamó Erik- ¿como estas?
Eva lo observó sorprendida.
-¿A que te refieres?- cuestionó con tono dudoso.
-Me refiero a como estas, en el colegio, en tu grupo de... amigas. ¿Tienes amigas?
-¿A que vienen todas estas preguntas Erik?¿Qué te pasa?.
El chico la miro ofendido.
-No me pasa nada, simplemente quiero saber como esta mi hermana.
-¿Por qué?- cuestionó de nuevo la muchacha.
-Porque eres mi hermana. Porque quiero saber como estas, si estas bien, si eres feliz con... tu vida. 
Eva se quedó sorprendida por la preocupación de su hermano, sin embargo contesto:
-Estoy bien, me va todo bien, supongo.
-Entiendo...- se quedó unos momentos en silencio y después pregunto:-¿Y tienes amigas o amigos?
-No, no tengo pero la verdad es que tampoco quiero.
-¿Y no te sientes sola?- volvió a interrogar
-Sí pero me gusta estar sola.
-¿Te gusta?
-Erik, para, sí, me gusta estar sola, no me gusta la compañía de la gente, lo sabes desde siempre. Para de hacerme estas preguntas extrañas.- no alzó la voz, pero su tono era firme.
-Vale vale, lo siento.
Siguieron andando un tramo más en silencio, dejando notar solo el sonido de las hojas moviendose por el viento.

Erik mirando al frente, se queda pensando en su hermana menor. Las palabras de sus padres siempre le venian a la mente cuando estaba con su hermana; tambien habló con su tío del tema, lo cual hizo que comprendiera las cosas con más claridad. No solamente los Nuevos Dragones estaban persiguiendo a Eva; su tío le contó que antes del nacimiento de Erik, el Séptimo estaba interesado en el hijo que llevaba Victoria en su vientre debido a que podía ser una criatura del Séptimo, y como tal, pertenecer al dios.
-Erik sabía que había muy pocas posibilidades de que el Séptimo fuera a por Eva, porque estaría pendiente de la creación de su planeta. Pero aun así las palabras de Kirtash lo habían preocupado, por eso todos los días esperaba a Eva a la salida, para estar seguro de que estaba bien. Sin embargo no todos los días estaba pendiente de Eva, o la acompañaba, la dejaba ir a su aire sabiendo que ella misma podría protegerse.
Esta vez no obstante no iba con la joven para vigilarla, sino porque estaba tambien preocupado de que su hermana se sintiera sola. Vale, era verdad que su hermana se parecía mucho a su padre y le gustaba la soledad, pero también era una humana, y necesitaba la compañía de gente, de personas, de un contacto humano, calido. Alguna vez le dijo a Eva que se fuera con él y con sus amigos para que viera lo bien que se lo podría pasar con la gente, la intentó invitar alguna, sin embargo ella siempre ponía alguna escusa, o directamente le decía que no tenía tiempo para sus tonterias. El chico no entendía porque su hermana era tan cerrada de mente en ese aspecto, sin embargo, la dejaba a su bola con ese tema y no la molestaba más, ya que sabía que era una perdida de tiempo. Su hermana no era tan extrovertida como el, ni tan social; mientras su hermano en los recreos se iba con sus compañeros de clase y amigos a jugar en la cancha de baloncesto, veía a su hermana muchas veces ir a la biblioteca, o simplemente sentarse en la sombra de un árbol para dibujar de los escasos momentos de tranquilidad que le pemitían en las clases. 
Suspiró. Si por lo menos su hermana tuviera una amiga y le pasara algo, ella se los diría y pudieran actuar con rapidez.
ˋˋSi el Septimo llegara a estar interesada en tu hermana y lograra capturarla, tal vez no podamos rescatarla, es muy dificil derrotar al Septimo´´
Erik sacudió la cabeza para apartar de su mente las duras palabras de su tío, le molestaba que dijera las cosas tan claras y duras, sin adornos ni nada del estilo, pero siempre tenía razón.
Miro de nuevo a su hermana, deseaba advertirla, decirle que se cuidara y que estuviera atenta a todo lo que pasaba a su alrededor.
-Y... ¿Nunca has notado nada extraño?-preguntó de improviso.
-¿Nada... extraño?¿como que?- cuestiono extrañada.
- Algo extraño, algo que no puedas explicar.
-No. Nada extraño...- murmuró eva, sin saber que mosca le había picado a su hermanon.
Siguieron andando, saliendo del parque diez minutos después, ya estaban en frente del recinto en donde se impartían las clases.
Entraron y las clases de Eva comenzaron en unos instantes.
Erik estuvo observando a su hermana, viendo como se movia de un lado a otro, esquivando, devolviendo, atacando con rapidez, apartandose cuando la pierna del contrincante estaba a punto de tocarla. 
En este momento estaban practicando una serie de ejercicios de golpes y esquivos, en ese momento a la chica le tocaba esquivar las patadas y los golpes de su rival. 
Erik sonrió viendo a su hermanita, se sentía orgulloso ya que algunos de esos movimientos se los había enseñado él y ella en dos minutos ya se los había aprendido. Miró a otros alumnos de esa clase, viendo como se movían entrenandose.
En ese momento su movil sonó. Echó un vistazo a Eva y después abrió su movil, era su mejor amigo, que le decía quedar ahora, frunció el ceño, hace mucho que no se veían porque estaban en clases diferentes y debía estudiar para los examenes. Suspiró, quería mucho ir a encontrarse con él pero no podía dejar a su hermana pequeña. Estuvo mirando unos minutos más el mensaje, decidiendo que contestarle.
-¿Qué pasa hermanito?- la voz de Eva le sobresaltó- ¿con quien estas hablando?¿otra de tus admiradoras?
-Sabes que no tengo admiradoras, idiota.
Eva rió levemente y miró a su hermano. Erik seguía mirando el mensaje y suspirando, le contó a su hermana el mensaje de su amigo.
-¿Y cuál es el problema? vete con tu amigo.
-Pero te quiero acompañar a casa
La joven alzó la ceja
- ¿Para que?
-Para saber que llegaste bien a casa
- Erik deja de tratarme como una niña, se cuidarme sola y puedo irme sola a casa. Vete con tu amigo
Suspiró, era verdad, desde que sabe que su hermana puede estar en peligro siempre la veía como a una niña a la que debía defender,pero no era así, sabía que Eva era fuerte y que pasara lo que pasase ella se las arreglaría sola. 
-Esta bien Eva, perdoname, ya no eres una niña.- negó con la cabeza y sonrió- me iré ya, se que sabes cuidarte sola.
-Desde pequeña bobo.
Erik volvió a sonreir de nuevo y le revolió el pelo a su hermana. 
-¡Ay, deja de hacer eso!- gritó la chica y estaba dispuesta a practicar con su hermano los nuevos movimientos que aprendió en clase. Erik saltó rapidamente a un lado riendo y se despidió de su hermana saliendo por la puerta. 
Eva suspiró arreglandose el pelo y negando. Su hermano era el único que podía sacarla de sus casillas y no sabía como.
El profesor los llamó para seguir con los siguientes ejercicios.

Memorias de Idhun IV:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora