la vida en venus.

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Los venusinos tienen cuerpos perfectos: frente ancha o amplia, ojos azules, nariz recta, cabellos rubios y una inteligencia sorprendente. Miden más o menos de 1,30 a 1,40 metros, de estatura, no hay más altos o más bajos; no hay barrigones ni gente que se vea disfrazada, todos tienen figuras angelicales: perfección en hombres y mujeres, por que es un planeta y su humanidad ascendente, superior. Allá no se ven monstruos como se ven aquí.

Usan un cinturón ancho lleno de botones rojos, azules y amarillos a su alrededor, que están prendiendo y apagando como un faro. Cuando ellos se ven en peligro aprietan un botón madre, que puede ser simbolizado como la hebilla que tenemos nosotros en los cinturones; con sólo apretarlo se forma un círculo de fuego, capaz de desintegrar una bala y todo lo que coja a su alrededor.

Aparte de eso conocí una arma que es como un paquete de cigarrillos grande, manual, de bolsillo, que con sólo apretar un botón de ese aparato pueden volar un carro por grande que sea, y hacerlo desaparecer. ¿Que hiciera un terrícola con una arma de esas?

Cuando se piensa hacerles una pregunta, ellos le dan una respuesta sin necesidad de mover uno los labios, en el idioma que sea, porque ellos hablan todos los idiomas con perfección; tienen el don de lenguas.

Cuando se está conversando con un venusino, los demás pasan a su trabajo, su diligencia que tienen que hacer sin detenerse; ellos no son como nosotros, que nos amontonamos a mirar y a criticar  a una persona que tenga un defecto físico. Me he mirado en venus, comparando mi forma y la de ellos y da vergüenza, uno queda como un gorila; sin embargo, eso a nadie le llama la atención, todo el mundo pasa desapercibido sin sorpresa ninguna. Es una cultura nunca vista.

Voy a describir ahora como es la tierra, la naturaleza, su forma de vida y como trabajan ellos.

La tierra en venus no es compacta como la de nosotros ni pesada si no una tierra liviana, suave. En cuanto a las piedras, nos imaginamos la de nuestro planeta y no es así. Hay piedras grandes, pequeñas, de todo, pero no tienen el peso de aquí, no son densas; se puede levantar una piedra que acá ósea arrobas, allá pesan son  libras, nada, porque son livianas y de un material suave.

Los árboles no son gigantes, en la vegetación no hay espinas; no hay bejucos en las montañas que tranquen el paso. Uno puede entrar a a una montañas de esas sin necesidad de llevar un machete o cuchillo, por que no hay nada que cortar. No hay peligro por ningún lado.

Los árboles frutales se siembran hasta en las azoteas de las casas, en materas, con tierra muy abonada, para que den sus frutos. Allá nadie coge una fruta porque sí, por que le dio la gana sino esperan que estén sazonadas, maduras; las cogen con un aparato sin tocarlas con la mano y van por tuberías a unos tanque de agua muy limpia, que están en revolución, donde pasan por una limpieza especial. Después de ser lavadas salen por otra tuberías a una máquina, donde quedan pulverizadas. De ahí pasan a otro recipiente, donde le van a agregar más vitaminas; no vitaminas químicas sino naturales, para empacar esto herméticamente y ése es uno de sus alimentos.

En cuanto al mar, creo que la gente va a comparar el nuestro con el de ellos y resulta que el mar es completamente azul, como una laguna quietecita que no se mueve para ningún lado, sin olas, que puede verse la profundidad sin necesitar  ningun aparato artificial.

Los peces son supremamente mansos, no le tienen miedo a uno. Tienen sectores del mar donde ellos alimentan con muchas vitaminas a los peces y cuando necesitan ingerir alguno, miran cual es el más grande o el que quieren utilizar, para ahí mejor una red cuidadosamente sin maltratar a los demás peces ni asustarnos; los sacan y les quitan las vísceras.

HERCÓLUBUS O PLANETA ROJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora