Capítulo 2

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En el quinto mes tio Thomas decide tomar vacaciones y me pareció lo correcto. Adam cambió de trabajo siendo el psicólogo infantil en un horfanato que había en el pueblo. Los homicidos habían cesado. Todo parecía volver a la normalidad. Estuve en la casa sola y descanzando por unos días, el hombre de negro dejó de visitarme también por unos días sin dar explicaciones. Decidí ir al lugar donde me había desmayado, quizá ahí el hombre de negro me contaría quién o qué era.

Al llegar al bosque cerca del rio, lo vi sentado en una roca, como si me esperara.

- ¡Hola! Espero que hayas disfrutado estos días de tranquilidad. Dijo con una linda sonrisa.

-Por favor no me digas que no volveré a tener descanso.

-Es verdad, pero todavía no es el momento.  Te quedan algunos días más, pero no te preocupes no están cerca, por eso decidí darte un respiro de mí.  -Vuelve a sonreír.

- Yo he venido para. -El hombre me interrumpió y no dejó que terminara de hablar.

- Se a qué has venido.  No te lo diré todavía. Pero si quieres puedo hacerte compañía y podemos conversar.

- ¿Vives por aquí, en el bosque? O es otra pregunta que no contestaras.

- Él suspira, se levanta de la roca y camina hacia mí. -Ven daremos un paseo, te enseñaré el resto del bosque que no dejaste que te mostrara cuando te ayudé el día que te caíste.

- Pues claro, iba a dejar que un espíritu extraño que se me aparece en sueños me enseñara el bosque.

- No deberías tenerle miedo a lo inevitable. -Se ríe.

Acepté caminar con él. El bosque era más grande de lo que imaginaba.

- Tu tío compró la casa sin saber que historia tenía, ni quienes vivían allí antes. Siempre está trabajando, por eso nunca se ha percatado de mi presencia ni de otras cosas. El bosque tiene su encanto además de sus misterios y secretos, eso lo sabía quien construyó la casa. La ubicación es perfecta tomando en cuenta que queda justo en el medio del pueblo y el bosque, más cerca del bosque. Quien la construyó quería tener más contacto con la naturaleza pero no quería estar alejado del pueblo. Te mostraré una casa, está abandonada pero la he ido condicionando poco a poco a lo que pienso serían tus necesidades básicas. No quisiera alarmarte, pero habrá un tiempo que para trabajar mejor deberás venir aquí. No te preocupes por tu tío, él aceptará.

-¿ Crees que con las pesadillas que le conté dejará que venga sola en medio del bosque a trabajar? Dices no alarmarme, pero es lo primero que haces. - Me reía mientras caminábamos.

- Quisiera en verdad contarte todo lo que sucede, pero cometería un grave error al decirte. Estaría feliz y me sintiera libre de poder decirte todo. -Hiso una pausa mirándome a los ojos. - Pero nisiquiera la muerte puede revelar sus secretos antes de tiempo.

Mi piel se engranojó. - Hablas de la muerte como si fuese una persona. ¿El amor es también una persona?

-El amor es alguien complicado pero no más que el tiempo. El tiempo es más difícil de entender, supongo. -Se ríe y luego balbucea. -Si me escuchara me mataría por lo que he dicho.

- ¿Quién el amor, el tiempo o la muerte? Hay una película que es sobre un tipo que se le muere la hija y le escribe cartas al ... volvió a interrumpir.

-Si, pero si las cosas fuesen así de sencillas como lo explica la película todos entendiéramos el sentido de la vida. Pero, olvidémonos de eso. ¿Te has enamorado alguna vez?

-¿Por qué rayos ese cambio tan brusco de tema? - dije caminando rápidamente hacia delante. No me gustaba hablar de mi vida amorosa porque siempre había sido un desastre.

- ¿No te gusta el amor? - Preguntó acercándose a mi rostro.

-¿Por qué te gusta violar el espacio personal? ¡Aléjate por favor! -lo empujé con mis manos.

- Perdón. Seguiremos caminando, ten cuidado que esta parte que viene del bosque siempre se mantiene húmeda y puede que resbales.

- Yo quiero volver. Solo a mí se me ocurre buscarte después de conseguir unos días de paz. -Me tomó por el brazo rápidamente y me asusté.

-¿Alguna vez has besado a un hombre? - preguntaba apretandome las manos.

Yo intentaba soltarme pero no podía, conseguí safarme y me heché a correr. Lamentablemente no sabía por dónde regresar. Él se había quedado atrás y yo corría. Llegué a la casa abandonada y me detuve. Cuando miré hacia atrás allí estaba él y de pronto sin darme cuenta estábamos dentro de la casa, tenía mis manos atadas.

-¿Ningún hombre te besado cierto? Deja que yo lo haga. -Se acercó para besarme pero no pude safarme y me besó.

Cuando sus labios tocaron los míos sentía que se me quemaban y un fuego entraba por mi cuerpo, sentía que moría y me asfixiaba. Finalmente desperté en casa. Todo había sido una pesadilla. Eran las 8 de la mañana. Bajé  a desayunar, estaba sola en la casa. Esperaba verlo y así fue. Estaba sentado en la biblioteca.

-¡ He soñado contigo! ¡Me besaste! Dijiste que no volverías a molestarme. Me mentiste.

- April, de verdad yo no lo he hecho. He estado la noche aquí para no molestarte. Nunca te besaría sin tu permiso, de hecho nunca lo haré aunque me lo pidas. Podrías .... -Hiso pausa y subió corriendo a la habitación.

-¿Qué haces estoy hablando contigo? ¿A dónde vas?

- Alguien además de mí ha entrado en tu mente.

- No me vengas con mentiras. Tú eres el único al que vi y eres el único que se me aparece.

- April, recuerda ¿alguna vez te he tocado? Yo nunca te he tocado, en sueños te he acariciado el rostro pero en la realidad nunca te he tocado y lo sabes. - Comenzó a buscar en la cama y tiraba las almohadas. - Ayúdame a buscar un objeto, tiene que ser algo que no es tuyo, pero tiene algo que si lo es.

- ¡No buscaré nada, deja de mentirme y vete de la casa! - Le dije molesta.

Al mover la última almohada calló de ella una muñeca de trapo.

- Alguien sabe quién eres y ha querido entrar en tu mente, también sabe quien soy. Pero no ha encontrado lo que estaba buscando porque tú no sabes quién soy, no sabes nada de mí y eso es lo que te ha salvado.

Yo estaba confundida e inmóvil.

-¿Quién puso eso ahí? pregunté alejandome de la cama.

-Fuiste tú, te hipnotizaron. Usaron brujería, la dueña de esta muñeca es una niña. Debes buscarla, ella es inocente de esto. Pero debes buscarla y hacerte amiga de ella, porque ella sabe quién fue.

-¡No haré eso! Quita eso de mi vista.

- April, estás conmigo no tienes porqué temer. -Me miró a los ojos y su mirada me dió mucha paz.

- No tengo porqué temer y entraron en mi cabeza contigo aquí.  ¿Cómo no te diste cuenta que estaba hipnotizada? Ya que tienes tantos poderes y sabiduría.

- Porque fue alguien que es ayudado por algo como yo. No puedo decirte más. 

- No puedo creer que me arriesgue a creerte otra vez. ¿Sabes dónde está la niña?

-No puedo decirte, debe parecer que fue coincidencia que la conociste, solo por si intentan entrar otra vez en tu mente. Debe ser de la misma manera en la que resolvemos los casos, que todo parezca que han sido ellos.

Me senté en una silla que estaba frente al escritorio que tenía en mi habitación. Esto es muy arriesgado, es mucha presión, no creo que pueda soportarlo. Yo estudio periodismo, pero son cosas reales, cosas que ves y puedes conseguir pruebas. ¿Quién creerá que hablo con una especie de fantasma, que resuelvo casos de homicidios con él, que se mete en mis sueños? ¡Esto no tiene sentido!

- April, puedes salvarle la vida ahora e impedir que muera antes del tiempo decidido para ella.

- Hablas de cosas y todo este misterio sin sentido me dan náuseas. ¿Qué es lo que haces que cuando me miras a los ojos me da paz? ¿Me manipulas?

-Te demostraré cómo te demostré antes de empezar ayudarte que puedes confiar en mi otra vez. No te tocaré.





El Beso de la Muerte (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora