-Izuku...- llamó la castaña con preocupación y tristeza.
-Uraraka...- balbuceó el peliverde con voz entrecortada- Yo-o... Yo no quiero esto...
La muchacha lo ayudó a levantarse, poco a poco, evitando cualquier movimiento rápido. Lo mandó a lavarse la cara y enjuagar su boca. Ya era demasiado tarde como para llegar a clase, así que decidieron ir al gran patio que la escuela poseía y esperar hasta que la jornada escolar acabe.
-¿Quieres hablar un poco?- preguntó Uraraka con voz suave para no espantarlo.
El chico se quedó callado, mirando algún punto del hermoso jardín que estaba frente a ellos. Ella hizo lo mismo, miró al frente. Esperando.
Los desconsolados hipidos de su amigo la hicieron voltear. Ella senía sus propios ojos nublarse por retener las lágrimas al ver tan destrozado al chico que siempre portaba una sonrisa. Y que justo ahora, no era más que una pobre alma que tiene que cargar con su corazón roto.
-Yo... simplemente, no... no quería esto- El pecoso se tapo la cara su antebrazo, todavía soltando algunas lágrimas, apretando los dientes para que su llanto no salga descontrolado.
-Hey... Izu...- la chica se acercó a él abrazándolo, acariciando su cabello, sintiendo como gotas resbalaban por sus mejillas y desaparecían en el esponjoso cabello del ojiverde. Ver el sufrimiento y la angustia tan claro en su rostro le revolvía el estómago y la hacía sentir impotente.
¿Por qué tenía que ser así de difícil? ¿Por qué justo una persona tan maravillosa como Izuku? ¿Por qué tenía que sufrir con de esa forma? ¿Por qué tiene que cargar con esa maldita enfermedad?
Pasaron algunos minutos, la castaña sentía su brazo húmedo, pero no le importaba. Tan solo quería el bienestar del chico y no descansaría hasta que vuelva a mostrar su hermosa sonrisa.
Tal vez, por eso es que habían pocas personas en el mundo como Izuku.
Siempre se terminan rompiendo.
Pero ella se negaba, se interpondría incluso al destino mismo para que su mejor amigo, su querido hermanito menor, pudiera deslumbrar y curar al mundo con su sonrisa; esto es solo un tropiezo. Todo saldrá bien. Todo saldrá bien.
-Todo saldrá bien...- susurró con ternura. Aún con lágrimas en los ojos, tomó del rostro a su amigo, mirandolo a los ojos- Todo saldrá bien.
El pecoso la miró, su ojos le dolían y su cabeza punzaba de manera horrible por todo el cansansio mental que estas situaciones le provocaban.
La muchacha le sonrió.
Y tal vez, muchos podrán decir, que en realidad esa sonrisa solo era una mueca por las lágrimas que intentaba retener.Pero para Izuku, significó algo más.
Amor.
Y no hablaba de esa clase de amor por el que él estaba sufriendo ahora. No.
Hablaba del amor que solo una verdadera familia podía proporcionar.Y ahí entendió todo.
Tal vez su madre haya muerto hace años, tal vez no tenga padre o hermanos de sangre. Pero mientras tenga el apoyo y el amor de esa chica, él ya no se sentía tan solo como antes.
Y es que...Con esa sonrisa, él ya se sentía otra vez en su hogar.
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Tal vez sea difícil atravesarlo, pero mientras tengas personas que te apoyen y siempre estén a tu lado, serás imparable.
Hubo un tiempo en donde me sentía mal emocionalmente, pero nunca se debe olvidar que hay personas que siempre velarán por tu bienestar.
A fin de cuentas, todos somos humanos, ¿no?
Pero bueno, ya dejo de ponerme así -xd-
La verdad quería trasmitir el apoyo y amor fraternal. No todo en la vida es amor pasional o lo-que-sea. Los amigos, tu familia, todo aquel a quien consideres como parte de tu vida, es especial.
Y nunca hay que olvidar que nunca se está solo.Bueno... me olvidé mencionar que serán capítulos cortos o largos (dependiendo de como me sienta)
Así que, ¡disfruten!Psdt: El dibujo lo hice yo, lo que no es mío es el dibujo de la portada y su corazón:"v
Los quiero<3
-Eli
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Flores [Hanahaki]
FanfictionLas flores pueden representar desde el sentimiento más puro e inocente hasta el más profundo odio y desprecio. En este caso, Izuku no sabía qué significaba aquella flor que cubierta en aquel líquido carmesí, salía sin parar de lo más profundo de su...