༶•┈𝙵𝚕𝚘𝚠𝚎𝚛𝚜┈

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Abril 26, 2008.

La primavera estaba presente en aquel instante, el viento cesaba sin dejar su rumbo atrás, y las risas eran cantos que sólo escuchaban a su alrededor.

- ¡Vamos, Kookie! ¡Ya vamos a llegar! -Se escuchaba decir a lo largo de aquel bosque, mientras varios pasos ligeros avanzaban por éste.

- ¿Cuánto dura esto? Siento que estamos perdidos de tanto correr. - el menor hizo un pequeño puchero mientras jadeaba bajito recuperando su aliento. - ¿De verdad es tan importante ese lugar?

Subió su mirada lentamente a el rostro de su mayor, viendo como éste asentía enérgicamente con una sonrisa cariñosa.

- ¡Claro que sí! ¡Es un regalo para Kookie! ¿Cómo podría no ser importante? Ya estamos cerca.

El pequeño Jungkook asintió ante esto y su mano fue cogida por Taehyung para continuar con su recorrido hacia el pequeño paraíso que había encontrado el mayor.

Al terminar las clases de aquel día, Taehyung estaba esperando a Jungkook en la puerta de su salón, para salir como de costumbre al castillo encontrado detrás del bosque frondoso. Aquella tarde era diferente, ya que al llegar y depositar sus bolsos en la habitación del menor, el pelicastaño tomó rápidamente la mano de su menor y le dijo que tenía una muy bonita sorpresa para él. A Jungkook no le dió tiempo de reaccionar a nada, dejándose arrastrar por los largos y rápidos pasos de su Hyung.

- Bien. Ya llegamos. - avisó el mayor feliz sin dejar de sostener la suave mano de su menor. El último nombrado frunció su ceño al notar que no había nada inusual. Sólo un árbol al frente de ellos dos.

- Hyung. Esto sigue siendo el bosque que hemos cruzado cada día.

Taehyung negó suavemente con una risa traviesa, mientras cogía aquellas largas hojas del sauce llorón que se encontraba frente a ellos y las sostenía para que Jungkook obtuviera una magnífica vista.

El mayor supo que su pequeño descubrimiento en aquel bosque sí había servido para que su pequeño al lado se alegrara, pues había soltado un grito ensordecedor que hasta pudo escucharse en el castillo.

- Demonios, Taehyung, ¿¡Cómo las encontraste?! - dijo exaltado mientras admiraba el color azul oscuro de aquellas rosas que estaban en su completo esplendor. No sabía cómo explicar aquella sensación del efímero momento, simplemente se sentía emocionado, como si su corazón estuviera a punto de salir de su pecho. Estaba cumpliendo un pequeño sueño que tenía desde que tenía memoria.

El pelicastaño no quitó ni un segundo sus ojos del rostro etéreo de su mejor amigo. Su aura alrededor emanaba tanta felicidad, que hasta él podría estar experimentando tal grado de emoción. Claro, Taehyung estaba alegre al ver al menor encantado en esas pequeña pareja de rosas azules, siempre estaría feliz de ver al chiquillo a su lado con un brillo encantador en sus ojos.

El tema había surgido unos meses antes, mientras Jungkook realizaba un pequeño trabajo de su instituto. El año escolar había comenzado, así que le dejaron como tarea hacer una autobiografía acerca de él y sus gustos.

"¿Sabes, Hyung? ¡Me encantan las rosas! ¿Alguna vez habías visto una azul? Es muy raro encontrar una con ese color, sobretodo natural. Creo que sería bueno escribir sobre ellas en mi trabajo. Puede que para tí sea algo aburrido, pero a mi me encantan. Cada flor te transmite sentimientos diferentes, y creo que los de ésta flor son magníficos, confianza es uno que puedo resaltar, ¡Y libertad! ¡Claro que sí! ¡Y cuando tienes la posibilidad de regalar una de ellas le dices indirectamente a la otra persona que su personalidad es completamente misteriosa! ¿A qué no es emocionante, Hyung?"

Sí. Tae recordaba perfectamente las palabras de su menor, y su mente empezó a trabajar desde aquel día, buscando por todas partes acerca de los misterios de esa flor tan imposible de conseguir. Cada tarde que no se reunía con el pelinegro, se quedaba dando vueltas y vueltas por aquel bosque, buscando tan siquiera alguna señal del paradero de una rosa como esa.

Taehyung se esforzaría por conseguirla, sea como sea. Y al fin lo había logrado.

No quisieron hablar mucho durante ese momento, ya que uno estaba totalmente sumergido en su felicidad de ver lo más hermoso que anhelaba en su vida; mientras que el otro chico también estaba sumergido en este sentimiento, pero no por la pequeña flor. Siempre su felicidad iba a ser aquel pequeño chico con orejitas de conejo, que junto a una sonrisa y un brillo en sus orbes, podrían alegrar a cualquier persona en un día triste y gris.

El mayor devolvió por un momento su vista hacia la rosa, soltando un pequeño suspiro silencioso simulado con una sonrisa, recordando lo que había encontrado en los libros.

"Las rosas azules... Representan un amor eterno, inmarcesible, pero lleno de dificultades y entrecruzamientos. Este pequeño fenómeno casi imposible de encontrar, deja como significado un amor difícil, aquel imposible por diferentes obstáculos que deja el destino."

"Aunque el reloj sea manipulado, una vez tras de otra, siempre será redireccionado hacia su destino, sin evitarlo."

"No es un amor imposible si ya existió en un recuerdo olvidado."


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¿Teorías?

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