Mary

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Aderith y Caleb salieron del lugar después de conseguir suficiente ropa para todos.

Fueron al punto de reunión a esperar a Mary y a los niños. Estaban tomados de las manos, los dedos de Caleb intercalados entre los dedos frágiles y suaves de Ady. Un aura extraña y amorosa emanaba de ellos dos.

Mary, Jacob y Sophie seguían buscando suficientes provisiones para sobrevivir, al menos hasta que encontraran una aldea cercana en algún lugar. Pero tenían que seguir buscando.
Encontraron un pequeño lugar donde pudieron encontrar algunos suministros. Lo llevaron entre los tres y regresaron de camino al punto de reunión.

—¿Lograremos sobrevivir con lo que tenemos?— preguntó Sophie. Mary la miró por un segundo, sus ojos reflejaban asombro y sus labios formaron una "o". Luego se echó a reir...

—Sophie ¿Pero que dices? ¡Claro que lo logragremos! Después de todo, somos una familia y en una familia todos nos apoyamos ¿No?...— luego le metió un pequeño codazo a la niña haciendo que una pequeña manzana se le cayera rodando por el suelo. Jacob corrió tratando de alcanzar la manzana, pero un pequeño pájaro la agarró con las patas y salió volando. Los tres se quedaron helados viendo la escena, se lanzaron miradas confusas y luego se rieron de la situación, no podían evitarlo, fue un suceso tan bizarro que lo único que podían hacer ante la situación era reír.

Pronto llegaron al punto de encuentro donde se encontraron con Caleb y Aderith, todavía con sus dedos entrelazados.
Mary se acercó a Caleb y le lanzó una mirada coqueta. Este al darse cuenta de su indirecta soltó inmediatamente la mano de la pelirroja y la cara de ambos se puso tan colorada como la de un tomate. Aderith trató de cubrir su sonrojo con las manos. Y ante eso los dos hermanos se pusieron a reír y a burlarse de la situación...

—¡ Están enamorados! ¡Están enamorados!— decían ambos al unísono mientras reían. Mary sonrió y los mandó a todos a dormir, fue un día cansado.

Extrañamente, Mary no pudo dormir esa noche. El último día que vio a sus padres llegó a su mente...

Hace 3 años

El reino estaba sucumbiendo ante la oscuridad, el odio y la locura; las personas luchaban por comida y territorio.

El padre de Mary no pudo soportar más la situación, así que tomó en sus manos una navaja y se acercó a su esposa y a su hija, las envolvió en un abrazo. Ambas estaban aterrorizadas, pero aún así correspondieron el abrazo.

—¡Lo siento mucho, lo lamento!— sollozaba el padre Mary mientras hacía el abrazo más apretado. Rozó sus labios con los de su esposa en un beso suave y amoroso, y luego besó la frente de su hija.

Las soltó, llevó el cuchillo que sostenía en su mano a su garganta y procedió a cortarla. La sangre se esparció por todas partes manchando la cara de Mary y la de su madre. Estas gritaron de horror y trizteza al ver la horripilante escena. Días después, la madre de Mary enfermó; cada día estaba más débil y deprimida, hasta que un día. No pudo soportar el peso de perder a su esposo y murió de tristeza. Pero no se fue sin antes decirle a su hija cuanto la amaba. Siempre estaría con ella en los días buenos y malos. En sus momentos de felicidad y tristeza. Nunca se aportaría de ella.

Mary no podía quedarse en ese lugar por más tiempo, así que se apropió de lo que consideró necesario y salió de ese lugar. Caminó durante dos días, hasta que se encontró a una niña pequeña sentada, apoyada de una pared, mirándola con curiosidad.
La joven se acercó a ella para entablar una pequeña conversación...

— Hola pequeña. ¿Estás sola aquí? ¿Dónde están tus padres?— la pequeña niña llevó su mano a su barbilla, en posición pensante...

— No conocí a mi papá, y mi mamá está durmiendo adentro, se enfermó hace unos días, me dijo que saliera a jugar para que pudiera dormir. Pero ya lleva ahí todo el día. — Mary se quedó perpleja ante las palabras de la pequeña niña. Su madre estaba ahí por horas, estaba enferma, estaba durmiendo, a no ser....

— Ya veo. ¿Tu madre tiene algún trabajo?— la madre de la pequeña pudo haber contraído alguna enfermedad altamente contagiosa en donde sea que hubiera estado.

— No lo considero trabajo, pero ella sale en las noches a cenar con varios hombres— Mary quedó estupefacta con las palabras de la pequeña. Si sus suposiciones eran correctas, la madre de la niña era una prostituta.
Eso pudo haber explicado porqué enfermó. — Oye, aquí afuera hace mucho frío. ¿Porqué no entras conmigo? ¡Te prepararé la cena!— la pequeña estaba emocionada de usar sus conocimientos culinarios. Después de todo, su mamá, la mejor cocinera del mundo para todo niño, le enseñó algunos trucos.

La joven asintió y ambas entraron. La madre de la pequeña seguía tumbada en el suelo, con una manta cubriendo la mitad de su cuerpo. No estaba respirando...

— Está muerta ¿Verdad?— preguntó la niña. Se acercó al cuerpo de su madre, tomó su mano y la apretó. Pequeñas lágrimas salieron de sus ojos y rodaron por sus mejillas. Besó su frente y tapó su cuerpo entero con la manta — Ella no estaba dormida ¿Verdad?. Mi mamá... — la pequeña no pudo soportarlo más. Se abalanzó hacia Mary. La rodeó en sus pequeños brazos y rompió en llanto. La joven correspondió el abrazo, besó su frente y cantó una canción de cuna que su madre solía cantarle a ella para consolarle.

Actualidad

Mary no pudo evitar soltar unas pequeñas lágrimas. Recordó que a pesar de que perdió algo inportante en su vida. También ganó algo muy especial. Ganó una amiga. Conoció a Aderith, y desde ese día se prometió que la protegería cueste lo que cueste.

La pradera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora