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—¿Por qué estás aquí?— pregunté con el ceño fruncido.

Mark estaba del otro lado de la puerta, mirándome con una leve sonrisa y una bolsa con comida chatarra.

—Pensé que podríamos pasar el rato— contestó.

Estaba confundido.

El día anterior después de confesarle mi verdadera orientación sexual y además de decirle que él era la persona que me gustaba, pensé que se alejaría de mi.

Aunque yo fui el que se fue de su casa después de eso.

Sin embargo, creo que me confundí y juzgué mal.

—Pasa.

Mark se adentró a mi casa, caminando delante de mí.

De todos modos, conocía este lugar como su propia casa.

—¿Estás solo?— preguntó, dándose cuenta del silencio.

—Sí, mamá fue a ver a papá— comenté.

Él me miró alzando una ceja.

—¿Tal vez habrá reconciliación?

—No lo sé, ni quiero saberlo— suspiré— Pero espero que no.

Mark hizo una mueca y se sentó en el sofá cómodamente sin hablar más del tema.

Él sabía muy bien todo lo que yo había tenido que pasar cuando a mi padre se le ocurrió engañar a mi madre con una amiga suya.

Lo peor fue que yo los encontré, y no sé si fue gracias a mí o mi culpa en realidad, pero ellos se divorciaron debido a mi bocota.

Aunque ahora no me arrepiento ni un poco.

Eso había sucedido ya hace seis años atrás.

Fue en ese momento de mierda en el cual conocí a Mark y todo mi mundo se iluminó, no estoy exagerando.

Él me contagió su felicidad y sonrisa, él me ayudó a sobrellevar el divorcio de mis padres, pero lo más importante fue que él desde ese momento, tuvo mi corazón en sus manos.

Y eso sigue siendo igual que cuando teníamos once años.

—Siéntate, quiero hablar contigo— me llamó, golpeando con su palma el asiento a su lado.

Fruncí mis labios y me acerqué, sentándome como me había pedido.

Abrió la boca, pero rápidamente lo detuve.

—No me hagas ninguna pregunta respecto a lo de ayer, por favor.

Él rió.

—En realidad iba a contarte que ella se disculpó conmigo hoy.

—¿Se disculpó?

—Sí, lo hizo— contó emocionado— Y me invitó a su fiesta hoy.

—Woah...

—Lo sé, ¿No es increíble? Al parecer sí le gusto después de todo— dijo él, sonriendo brillantemente.

Como a mí...

—Eso es genial— asentí, tratando de transmitir el sentimiento que mi rostro no permitía.

Mi cara de fastidio era imposible de ignorar, pero Mark estaba tan feliz pensando en esa chica que ni siquiera se dio cuenta.

Estuvo sonriendo a la nada unos minutos.

Vaya, el niño está enamorado de verdad...

Y eso duele, porque no es de mí.

heartbreaker • markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora