Capítulo 1

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-Por eso les estamos muy agradecidos que se hayan tomado el tiempo para asistir a la inauguración de la nueva pastelería "Arcoíris", es un honor y gran placer contar con su grata presencia, para no robar más su tiempo daremos comienzo a este festejo, deseo puedan divertirse y prueben los manjares hechos para ustedes.- anuncio Dorian, el arquitecto más famoso de estados unidos y que en este momento inauguraba la pastelería que le había obsequiado a su querida hija Diana.

Cortaron el listón y luego toda la muchedumbre entró, la gente quedo fascinada con la decoración, no obstante, quedaron maravillados con el exquisito sabor de los variados sabores de Pasteles, galletas, panques etc.

Entre tanta gente se encontraba una joven que tomaba nota y observaba cada detalle de la nueva pastelería, sin perder ningún detalle, a su lado se encontraba DongHae su mejor amigo y confidente, este se encontraba comiendo un pedazo de pastel de mil hojas, era tan delicioso para su paladar que incluso su boca estaba totalmente manchada por la tarta.

NARRA BRISA

-Este pastel es exquisito, deberías probarlo Bri.- Comento Hae mientras metía en su boca otro pedazo de pastel, sonrió cuando sintió su dulce sabor.

-Se supone que estamos aquí para tomar nota de diseño, espacio y administración de una pastelería, no para estar comiendo, además eso tiene muchas calorías, ¿quieres engordarme o qué?.- Protesto Brisa ya enojada al ver que su acompañante se dedicaba a comer tanta comida veía y le ofrecían.

-Pero podemos tomar nota sobre los pasteles, ya sabes, los sabores y recetas, recuerda que tengo excelente paladar y rápido podré descubrir que ingredientes utilizaron en cada uno.- Dijo para luego comer el ultimo trozo de tarta.

-Tienes razón, debo tomar nota sobre los sabores tam...- Estaba por terminar la frase cuando vio que su amigo lamia el plato donde segundos antes se encontraba al parecer un delicioso postre -No seas asqueroso, ya se me han ido las ganas de probar bocado alguno, mejor tu toma nota de los sabores y esas cosas, mientras yo iré a ver la decoración de la parte de arriba.-

-Sí, de acuerdo, me gusta la idea, suerte Bri.- menciono su amigo mientras veía los postres, echándole el ojo a uno de sabor manzana.

Fue cuestión de segundos que le tardó a Hae tomar el postre y comenzar a devorarlo, como si no hubiera probado postres en años.

Con cara de asco Brisa dejo a su amigo para dirigirse a las gradas y subir a inspeccionar y sacar la mayor información posible que pueda.

NARRA LEETEUK

-No puedes irte ahora, te necesito, es una orden.- Pidió la chica fastidiada.

-Lo siento señorita, mi tiempo ha terminado, debo retirarme ya mismo.- Dijo Leeteuk a su acompañante, que insistía en no dejarlo ir.

-Sé muy bien que termino mi tiempo pero ¿y si te doy el doble de lo acordado? Vamos, las personas por las que te contrate están por llegar, no puedes dejarme ahora.- Trataba de negociar la rubia en un intento desesperado para que su acompañante no la dejara a un futuro encuentro bastante bochornoso.

-El acuerdo fue claro, no puedo ayudarla ni hacer nada por usted, ahora me retiro señorita, tenga buena noche.- Se despidió Leeteuk para luego darse vuelta y marcharse.

Debía llegar a otra reunión que se encontraba a hora y media de donde me encontraba, si no me daba prisa no llegaría puntual, había estado con la rubia de hace un momento desde hace más de 5 horas, no me sentía cansado ni fastidiado, ya que yo no puedo sentir tales cosas, no fui fabricado para sentir emociones, es por eso que, aunque haya puesto su mejor cara de perro abandonado me negué, nada de eso causa efecto en mí, además que soy hombre de palabra.

Estaba por llegar a las escaleras cuando escuche que la rubia cara de perro abandonado grito.

-¡Maldito! Pague por ti muchísimo dinero, regresa ya mismo.-

Voltee a tiempo para presenciar, como la rubia lanzaba un líquido hacia mi dirección, supongo era ponche, lo supe por el color, por mis excelentes reflejos pude esquivarla, pero una joven que justo en ese instante iba subiendo las escaleras no tuvo la misma suerte que yo.

-¡Ahh! ¡Está caliente! ¡Aahhhhh! Ayuda.- Se quejó la joven pelinegra.

La rubia al darse cuenta de semejante atrocidad que había cometido huyo corriendo a no sé cuál dirección, mientras tanto yo sin pronunciar palabra alguna, tome en brazos a la joven perjudicada y me dirigí al baño, con un poco de agua calmaría el ardor.

Cuando estábamos por llegar divise que el sanitario de damas estaba muy lleno, sin pensarlo dos veces la lleve al de caballeros.

Llegamos y la baje, abrí el grifo y comencé a echarle de poco a poco el agua en el área afectada, luego me dirigí hacia un cubículo y tome papel higiénico, regrese a su lado para retirar el agua en exceso y secar su piel.

Mientras hacia todo ese proceso, ella no dijo nada, pero claramente podía percibir su mirada puesta en mi a la vez que salían pequeños quejidos por el ardor, cuando termine me dedique a observarla, gran error.

Era una dama de unos 25 años aproximadamente, cabello oscuro y largo, pestañas largas y debajo unos lindos ojos brillantes, demasiado penetrantes, un cuerpo digno de una diosa enfundado en un largo vestido color negro, toda ella era única y muy espléndida, radiando belleza.

Por alguna extraña razón sentía que la conocía de mucho tiempo antes, esos luceros los había admirado antes, sus labios pedían a gritos que los recordará, no obstante, ningún recuerdo venía a mi como protagonista a la hermosa chica que tenía en frente, pero de algo estaba muy seguro, mi cuerpo sentía atracción hacia su persona, lo peor es que juraría que esta chica traería problemas junto con ella si no me alejaba.

Corazón de ángel  (Leeteuk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora