En los ayeres

3 0 0
                                    

No sabemos a ciencia cierta cómo llega. Pero queremos que se quede, quisiéramos que nunca se vaya. Y sentirnos correspondidos aún en la distancia, acompañados aún en soledad.

"Acompáñame a estar solo", dijo Arjona.
"Sólo nosotros sabemos estar distantemente juntos", dijo Cortázar. Siempre llevaremos presente al sentimiento que desbordó nuestras expectativas y se plantó como el número uno, sin que lo estuviéramos esperando.

Inesperado, pues, ahí radica lo especial, esa magia dicha por algunos. Lo efímero, lo fortuito, agridulce a veces, pero inolvidable. Y más que todo, nos hace sentir que nuestro tiempo, entusiasmo e ilusiones estuvieron bien gastados, en aquellos momentos, en algunos ayeres.

Los ayeres son del pasado, obvio; pero al final queda lo que sentimos y eso también es obvio.

Cariño y dolor: lo cotidianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora