Para amar de verdad, siempre es tan pronto y siempre es tan tarde. Es la paradoja de aquellos que hace mucho, sin saberlo, están juntos en distintos lares de espacio y tiempo. Juntos están, pero sus cuerpos siguen aún distantes.
Aún cuando no me necesites estaré para vos, incluso si sólo quieres que te acompañe a escuchar el silencio de nuestras palabras. Cuando quieras ver los minutos caer, si hace falta, seré la compañía que te ayude a permanecer en soledad.
Dicho de otro modo, no puedo cambiar el clima. Pero puedo intentar ajustar la temperatura. No siempré seré capaz de pintar esa poética sonrisa en el lienzo de tu semblante. Sin embargo, un contacto visual a veces es suficiente para decir "presente"
Siempre tuyo...
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Cariño y dolor: lo cotidiano
PoesíaSentimientos, recuerdos y anhelos manifestados en el pensamiento cotidiano. Reflexiones desde el dialógo intrínseco y la soledad.