5 minutos

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La mejor decisión que tomé fue la de no enamorarme de vos. Eso duró cinco minutos.
Al fin y al cabo terminé peleando contra mis sentimientos.

Porque con vos sería un placer perderme en la inmensidad. Toco tu pelo y callo. Muero un rato. Decían que se me iba a pasar y eso es lo que más me duele. Igual se me pasó, claro: eso duró 5 minutos.

La soledad sin respuestas me dio muchos motivos para irme, pero tu sonrisa me dio bastantes para quedarme. A pesar de saber que sería poco, quise quedarme, cinco minutos me valía mucho.

Luego de hacerme escritor o pretender serlo, tomo fuerza de las líneas en el folio y cuando puedo me digo: "ya no lloro, si caigo me levanto del lodo, saco el bolígrafo y me desahogo".

Escucho algunas de estas poéticas líneas y desaparezco, me olvido, ya no me duele. Es tan perfecto que hasta sonrío y no debo mencionar tu nombre. Eso dura 5 minutos, luego despierto y veo que todavía me acompaña el bolígrafo.

Puedo olvidar, puedo llorar, soy feliz, soy libre, me sorprendo y desprendo de la realidad. Me veo al espejo y pienso: "ya no dueles". Eso me dura 5 minutos.

Cariño y dolor: lo cotidianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora