CAPÍTULO I
Inglaterra, Risse - 1947
Inglaterra posee ese oscuro y espeso clima en cada rincón. Siempre una nube gris pintada en el cielo, ocultando el brillante sol. El internado Claret es el edificio más grande que corona en la colina del pueblo de Risse, un internado donde son educadas las señoritas de alta sociedad o al menos, la mayoría de ellas.
El reloj marcaba las siete de la mañana, y las sábanas no estaban permitidas a esa hora. Todas debían estar en la capilla para la misa del día, así iniciar con la bendición de Dios un nuevo día. Cuando el canto del coro se lograba escuchar a las afueras del pequeño edificio del patio, era la señal de que nadie se movería por los próximos diez minutos. Tiempo suficiente para aquellas escurridizas que no siguen las reglas, aprovechándose de las aulas vacías y los pasillos solitarios, dándole vida a los secretos.
Los tacones golpeaban la madera siendo el único eco en los pasillos, la silueta andaba con gracia como si de una pasarela se tratase. Sus labios carmín iban adornados de su sonrisa, una que se esfumo rápido al abrir la puerta del aula encontrándola vacía. Dio un vistazo alrededor sin encontrar nada más especial esa mañana. Su chasquido fue más de decepción que de otra cosa, pensar en pasar los siguiente diez minutos encerrada y sola, era más deprimente que los diez minutos en la misa matutina. El esmero en su arreglo, desperdiciado igual que el perfume que escogió esa mañana. Y ni hablar de su vestido de moda, todo por nada.
—Pensé que no vendrías.
Su grito fue callado rápido por unas pequeñas manos que cubrieron su boca.
—¡Shhhh! —La hizo callar—. No grites. Pensé que no vendrías.
—Yo pensé que no estabas —Dijo en cuanto aparto las manos de su boca—. Mi labial —Busco lo primero que le diera un reflejo de su rostro, encontrando que la pintura roja se corrió.
—No sé porque te molestas en pintarte los labios si sabes que terminaras con un desastre.
—¡Prefiero terminar con un desastre en la boca antes que estar por allí sin labial!
Con una juguetona sonrisa callaron sus palabras terminando por hacer aquel desastre que ambas buscaban. El uniforme escolar, solo delataba uno de los pequeños secretos en el Internado Claret. Los besos y las caricias ocultas entre los pasillos, las escapadas en los salones y las visitas nocturnas, podrían ser los secretos más inocentes detrás de esas enormes paredes de piedra.
—Estoy loca por ti —Estrujo con sus manos el delicado cuerpo cubierto por ese horrible uniforme.
—Miss Carol, creo que es tiempo de irme a la capilla.
—Ve a confesar tus pecados, sin que nadie te vea.
—De todas maneras, tengo excusa perfecta.
—¿Cuál es?
—Estaba en orientación con mi profesora favorita.
—¡Ja! Una exquisita orientación matutina.
Rieron guardando su secreto. Lo saborearon por una última vez esa mañana, antes de partir Tammy Kluger sintió en azote en su trasero, siendo ella esta vez la que tuvo que callar su propio grito.
—Shhh —Llevo uno de sus largos dedos cubriendo sus labios.
La pequeña rubiecita salió dando saltos y brincos por los pasillos. Kluger no llego a sentir la pesada mirada de unos ojos grises azulados, su felicidad no le permitió olfatear otro perfume que no fuera el que Carol dejaba impregnado en su uniforme. Cuando por fin la chiquilla se perdió por los largos pasillos; la sombra salió entre la oscuridad tomando cuerpo y forma. Con su traje gris, ajustado a la pequeña figura con esas zapatillas de princesa, sin lograr producir ningún sonido al caminar, se detuvo delante de la puerta donde hace un minuto Kluger salió. Se cruzo de brazos meditando si entrar o sorprender a Carol al salir. No tuve que hacer nada cuando ocurrió lo segundo:
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Risse [L]GTB
RomanceAmbientada en Inglaterra en 1948 Un internado para señoritas es el escenario perfecto para un trágico evento que marcara a todas las chicas de la época. El internado Claret se encarga de preparar a señoritas perfectas para la sociedad, pero Eva Morg...