Día #2

508 62 3
                                        

Día #2


Después de despertar a su lado, llenarla de besos y recibir muchos de ella, decidí ir al hotel para ducharme y plantearles mi idea a los chicos ya que ella tenía que hacerse unos estudios. Todo el camino me imagine como seria despertar a su lado todos los días, como sería la casa en la que viviríamos, como serian nuestros hijos...pero eso era algo imposible, solo teníamos muy poco tiempo.

Pero estaba dispuesto a llegar lo más lejos que pudiera.

Los chicos se comportaron sorprendidos para luego protestar, finalmente terminaron aceptando gracias a mi largo discurso de confesiones. Decidieron ayudarme.

Unas tres horas después llegue al hospital y hable con Raquel, gracias a Dios pudo entenderme y me ofreció, además de su apoyo, ayuda. Todos creían que eso iba a afectarme mucho más, pero lo iba a hacer de todos modos.

Pero iba a aprovechar el tiempo que tenia, el que me fuera posible.

Luz llego en una silla de ruedas acompañada por Raquel ya que el camino hacia el parque del hospital estaba lejos y no quería que caminara tanto. Llevaba una blusa blanca y una pollera hasta las rodillas azul. En su cabeza un pañuelo del mismo color que su pollera.


– Te vez sexy hoy – dijo al llegar a mi lado sonriendo.

Yo, traía una camisa negra, unos jeans negros y por supuesto una bandana azul en mi cabeza.


– Vos te ves hermosa hoy.

– Vos te ves hermoso siempre – ríe sabiendo que me había ganado.


Después de que Raquel se fuer guiñándome un ojo, atraje a Luz hacia mis brazos para atrapar sus labios con mi boca. Ella me correspondió y ese mejunje de emociones colapso en mi interior de nuevo.

Había preparado un picnic en el pequeño bosquesito del hospital. Se podía contemplar el cielo azul a la perfección desde aquí y estábamos rodeados de pinos altos.

La ayudo a sentarse en la manta roja para sentarme a su lado.


– ¿Alguna vez planeaste nuestro casamiento? – pregunto divertido sonando curioso.

– Si – confiesa –  miles de veces – una sonrisa algo melancólica cruza en su rostro –  tendría que ser si o si en una iglesia. Tu usarías una camisa blanca y pantalones negros, yo un vestido blanco pero sería hasta las rodillas y sencillo, así no me costaría bailar todo el día. Seria a la mañana, me gustaría estar acompañada del sol. Usaríamos zapatillas ¡oh, oh! Y ¡bandanas en la cabeza! – exclama con entusiasmo.

– ¿Bandanas? – Pregunto divertido –  Me gusta, seria original Srita. Cruz – respondo mientras beso su frente.

– Lo sé, Sr. Irwin.


Comimos y seguimos hablando de todo tipos de cosas, de repente me sentía nervioso, sabía que el momento había llegado.


– ¿Podrías ponerte de pie un segundo? – pregunto mientras la ayudo a pararse tomando su pequeña mano y su cintura delicadamente.

– ¿Qué estás...? – su frase se corto en el instante que su ceño de confusión cambio a estupefacción, el cual en un segundo cambio a sorpresa. Sus grandes ojos mieles se abrieron al igual que su boca.

Three days © a.iDonde viven las historias. Descúbrelo ahora