6. Malentendido.

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Una semana después.

Dio se había levantado temprano a pesar de haber estado toda la noche trabajando frente a su computadora, durmió en el sofá y tenía un gran dolor de espalda. Ese día no tenía ninguna clase, por lo que podía estar en su casa descansando. Era domingo.

Se dirigió a la cocina a preparar el desayuno, moría de hambre y solo podía pensar en comida después de dormir tan mal y tan poco, tomó los ingredientes necesarios y procedió a preparar pancakes con trozos de mora.

Era la extraña forma en la que le gustaban, vertía la mezcla en un tazón mediano y picaba moras pequeñas en esta, desde que era cachorro los comía de esa forma

Le dolía un poco la cabeza, por lo que preparó té de valeriana a ver si podía conciliar el sueño de esa forma. Inmediatamente los recuerdos de la tarde de hace unos días surgieron en su cabeza, el cuerpo sudoroso y sexy de Jonathan, los gemidos placenteros, el sonido erótico de sus pieles chocando conforme avanzaban las embestidas, la mirada lasciva del Omega. Absolutamente todo volvió a él rápidamente. El Alfa de Dio lo obligaba a recordar eso y a disfrutar de eso nuevamente en su mente, fue muy bueno. Jonathan era muy bueno en la cama a pesar de parecer virgen, según Dio, le brindó una experiencia que con otras betas u otras Omegas no había vivido, tanto fue que tuvo una erección en la madrugada y solo pudo liberarse en el baño recordando todo lo que había pasado con el de ojos azules.

"Mierda, enfócate! No ahora!" Pensó mientras negaba rotundamente y servía el té caliente sobre la mesa, comenzando a poner los pancakes sobre la sartén.

Entonces volteó un poco y observó la puerta abierta de su habitación, mostrando un ángulo donde se podía presenciar a Jonathan durmiendo cómodamente. Desde que Dio habló con Jonathan en el hospital después de que lo había marcado había estado enojado mientras estaba solo, tenía repentinas migrañas, errores repentinos en lo que hacía, cosas que lo hacían poner furioso consigo mismo. El Alfa interior de Dio había estado causando todas estas cosas debido a la forma en cómo había tratado a su Omega, el de ojos ámbar era muy orgulloso como para rebajarse inmediatamente y seguir sus instintos, no pudo más que ser un poco más blando con el peli azul desde unos días después de que lo marcara.

Los instintos de Dio le clamaban a gritos que embarace a Jonathan cada vez que lo veía, pero él no quería ni necesitaba eso. Es cierto que era apuesto y de buena casta, fue una suerte que le haya tocado un Omega así pero seguía sin sentirse totalmente bien a su lado, no lo conocía ni el Omega a él, por lo que era muy díficil mantener una idea del lazo. Primero que todo, el rubio no necesitaba un Omega desde el inicio, no lo quería, se sentía demasiado sofocado al pensar en que debía estar atado a él. No podía soportar la idea de tener que conformarse solo con ese Omega.

Cuando podía tener a quien quisiera cuando el deseara.

Sintió un leve aroma mientras pensaba en esto, los pancakes se estaban quemando!

Pronto actuó y puso su total atención en la estufa, debía dejar esos absurdos e inútiles pensamientos.

- Buenos días...- Saludó Jonathan perezosamente mientras salía de la habitación frotándose los ojos, solo usando un suéter de pijama y su ropa interior.

- Al fin despiertas- Respondió Dio, sirviendo los primeros pancakes calientes sobre un plato- Siéntate, serviré el desayuno.

- Gracias~ - Respondió aún medio dormido mientras se sentaba a la mesa- Como amaneciste?

- Como crees?- Preguntó viéndolo algo molesto, taladrandolo con la mirada.

Jonathan observó las ojeras y el cabello algo desaliñado de su Alfa, sobresaltandose ligeramente ante la vista tan tétrica que había recibido.

Ambitious | DioJona AU (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora