La mañana transcurrió sin muchos contratiempos, o problemas, pues en lo que respectaba a lo académico se supo acoplar bastante bien, tanto a su horario como a sus materias, profesores y cambios de salones; tanto así que ya casi no necesitaba ver el plano escolar para poder moverse, pero en cambio, hablando en la cuestión del aspecto social se había mantenido al margen y totalmente neutral, sin hablar con nadie, creyendo que era mucho mejor así, pues después de todo "¿Qué clase de amigos podría sacar de un pueblo tan horrible como Shelly Hole?"
Que irónica sería la vida, que le haría tragarse una a una de sus palabras, en una casualidad, que más bien era un destino ya trazado, y así hacerle ver en unos cuantos años no muy lejanos que el mismo incluso estaría dispuesto a dar todo por ellos.
Pero ahora mismo lo que de verdad importaba era encontrar una mesa vacía en el comedor para poder sentarse; el hecho de que hubiera una cafetería dentro de la misma escuela era completamente nuevo para él, pues en Kentucky los estudiantes no se podían dar ese tipo de "privilegios" ya que ahí uno llevaba su propio lunch y comía si así el tiempo lo permitía entre clases, eso sí, cuidando que el maestro en turno no les observase; así que solo por eso la preparatoria de Shelly Hole se había ganado un impresionante seis punto cinco en el ranking personal de Sebastián quien meditaba todo aquello mientras se mantenía en pie cerca de la puerta con la charola en la mano, buscando en cada rincón del comedor un espacio vacío en el cual pudiera sentarse y almorzar; para su suerte o desgracia había una mesa desocupada cerca de un gran ventanal.
- Bingo – dijo con una sonrisa caminando a paso veloz hasta el lugar temiendo que alguien más se lo pudiera ganar, cosa que afortunadamente no paso y eso era algo desconcertante pues no importaba que tan llena estuviera la cafetería, nadie más se sentaba ahí, como si promulgaran cierto respeto divino a esa mesa en particular.
Esto a Sebastián en un principio le preocupo, pero después le restó importancia pues el tiempo para almorzar era poco y si no lo aprovechaba volvería a clases sin haber comido, además prefería el que nadie se sentase pues le gustaba el estar solo y apartado de los demás, después de todo siempre había sido un retraído social y no veía ahora la necesidad de cambiar de personalidad, así que sin más empezó a comer tranquilo su almuerzo aunque el gusto lamentablemente le duró muy poco pues de un momento a otro todos los presentes voltearon hacia la puerta a ver al grupo que iba entrando.
Conformados por 6 personas, eran 4 hombres que pertenecían al equipo representativo de Lacrosse de la preparatoria, lo cual podía notarse además por sus chamarras azules y blancas con su nombre bordado en letras doradas "Los leones de la Atlántida" , las otras eran dos chicas, ambas atractivas a su manera, una era de piel morena, ardiente como la canela, con su cabello negro y ondulado separado por una elegante y fina diadema del mismo color; así mismo la otra chica sin duda despertaba deseo más que simples deseos y pasiones en cualquiera que la viera, era tan atractiva como la misma reina afrodita, con un cabello marrón largo y cobrizo, y sus labios eran rojos, pero no cualquier tipo de rojo, eran rojos como la pitaya, de piel blanca como porcelana y ojos verdes penetrantes y perfectos. Además de que era la única chica en toda la preparatoria que soportaba usar zapatos de tacón durante toda la jornada de clases; Uno de los miembros del grupo alzó la vista y vio a Sebastián sentado solo en la mesa del rincón.
- Pero mira nada más – comentó uno de ellos al líder del grupo
- Seguro es el novato – respondió sarcásticamente el capitán del equipo antes de chasquear la lengua – Pero vamos a enseñarle las reglas de por aquí.
- Espera – sugirió la castaña al escuchar lo que pensaba hacer – No vayas a montar una escena y mejor vamos a comer a otro lado, podemos ir a uno de los locales de afuera, yo pago, pero por favor mejor ya vámonos.
ESTÁS LEYENDO
La maldición de Shelly Hole
HorrorSebastián Wright siempre había sabido cuál era su lugar en el mundo, llevaba una vida común para un chico común pero todo cambió el día en que su padre es promovido a un mejor trabajo en un pequeño pueblo de Dallas llamado Shelly Hole. Al llegar tod...