Libertad

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Una joven vivía en un pueblo con grandes vistas al mar. La mayoría de las personas del lugar se dedicaban a la industria pesquera, si eran hombres, y al cuidado de la casa, si eran mujeres. Nuestra protagonista creció dedicándose a las tareas de la casa, pero tener interés por lo que hacía su padre. La muchacha empezó a sentirse triste, pues, aunque cumplía con sus obligaciones, tenía otras inquietudes que no podía satisfacer. Un día cogió uno de los vaqueros de su padre y se lo probó, con un cinturón se adaptó perfectamente a su contorno. Cuando su madre la vio, se enfadó mucho con la joven y la obligó a quitarse aquello antes de que la viese su otro progenitor. En una cena donde estaban todos los miembros de la familia, la hija quiso preguntar a su padre si le prestaría algunos de sus vaqueros o le compraría algunos. Este se ofendió y le dijo: "Nunca, nunca te atrevas a llevar pantalones, ninguna mujer lo hace, ¿qué pensarían los demás si te viesen? Otros miembros de la familia dieron también su opinión apoyando al padre en aquello. La chica se sintió tremendamente sola, no quería vestir siempre con vestidos o faldas, quería usar pantalones, pero en su familia nadie parecía entender eso. En los siguientes meses la joven conoció a una hermosa mujer que tenía un herbolario. Las primeras veces allí la herborista no fue nada simpática con ella, pero a medida que fueron coincidiendo más veces empezaron a charlar hasta trabar una amistad. Un día la joven fue a la casa de la herborista para pasar la tarde fuera de su casa, pues cada vez la situación con su familia se le hacía más insoportable. Cuando la mujer le abrió la puerta con un pantalón vaquero y la joven lo vio, quedó fascinada. Pasaron buenos momentos tomando unas pastas y este plan se repitió durante muchos días. La joven sintió que podía sincerarse con aquella mujer y le contó lo que le sucedía con sus padres. La herborista le prestó su apoyo y le dijo que no tenía que conformarse, que lo mejor que podía hacer era formarse dentro de un oficio o realizar algunos estudios para poder encontrar un trabajo que le permitiese liberarse de aquella situación. Le explicó además como ella misma lo había hecho para poder ser libre de hacer lo que quisiera. La joven aceptó de buen grado los consejos de la herborista y días después a escondidas de su familia se puso a buscar cursos que le permitieran formarse para realizar un oficio.

Cuando pasó el tiempo, la situación de la herborista y la joven cambio, pues la herborista pasó a ser oasis dentro de su desierto. Ella hizo llevadera la situación que tenía la joven con su familia, le permitía llevar sus vaqueros en la casa de esta e incluso le empezó a enseñar su propio oficio. Los padres estaban tan inmersos en los principios y las tareas que les habían enseñado que no tenían tiempo para dedicárselo a su hija y no supieron lo que esta estaba haciendo, pues esta cumplía con las obligaciones que estos le imponían y así ganaba tiempo para sus estudios o para estar con su novia. Antes de que la joven pudiera terminar su formación, tuvo un descuido al besar en público a su pareja. Unos vecinos que las vieron fueron rápidamente a decírselo a los padres de ella. Cuando la joven regresó a casa, sus padres estaban tan enfadados con ella que ni si quiera le dejaron explicar lo que ella sentía, llegaron hasta el punto de agredirla. La joven huyó con la herborista y permaneció con ella. La familia trató de impedírselo, pero no lo consiguió, porque las autoridades apoyaron a la joven. Los padres de esta enfadados llegaron a decirle que si seguía haciendo eso en lugar de ocuparse de las tareas de la casa de ellos perdería a sus padres y a toda su familia, de lo que no se dieron cuenta entonces fue de que ellos estaban perdiendo a una hija. La joven concluyó su formación y decidió junto con la herborista mudarse para ejercer su nuevo trabajo. En el lugar al que fueron a parar las personas vestían cada una a su gusto, todos eran libres de elegir con quien querían compartir su vida y todos los demás lo respetaban. La joven, estando allí feliz, descubrió entonces que la situación que había vivido en su lugar natal no era la que existía en el resto del mundo. Así es como la joven terminó siendo feliz ejerciendo el trabajo que más le gustaba, vistiendo como quería y disfrutando de la compañía que gustase. Los padres de esta y sus antiguos vecinos años después se dieron cuenta del error que cometieron y trataron de arreglar las cosas, pero ya era tarde, la joven tenía otros planes, pues era libre para disfrutar de su tiempo con quien realmente había valorado.

Este cuento nos enseña que tenemos que ser tolerantes y respetar las decisiones o gustos de los demás, que debemos formarnos y labrarnos nuestro propio futuro, y que el momento es ahora y arrepentirse después no siempre tiene solución, por eso debemos de valorar nuestro tiempo y a las personas que nos quieren y hacen de nuestra vida un lugar mejor. 

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⏰ Last updated: Mar 20, 2020 ⏰

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Cuentos contra el aislamientoWhere stories live. Discover now