Jess
Louane me dejó tirada. Era inaceptable. Tenía que compartir cuarto.
- ¿Por qué habéis venido en el último año? - preguntó Nikki Hale, mi compañera de cuarto.
- Mis padres nos han dado un poco de tiempo a Dylan y a mi para que podamos venir a clases presenciales.
- Pero, ¿por qué ahora?
- ¿Por qué no?
La pelirroja me estaba poniendo nerviosa con tanta insistencia.
- ¿Tu hermano tenía las pruebas de Rugby?
- Sí.
- Pues vamos - dijo ella levantándose de un salto de su cama - Empezarán dentro de 20 minutos, pero podemos pasear y así puedes ir haciéndote una idea de como van las cosas por aquí.
Cojo la chaqueta y sigo a Nikki.
El internado es enorme. Tardaré bastante en ubicarme. También tengo que pensar en qué club o actividad entraré.
- El equipo de Rugby y el equipo de natación tienen una gran rivalidad.
- ¿Y eso? - pregunto cuando llego a su ritmo.
- Los entrenadores son rivales - dijo encogiéndose de hombros - Y eso se pasa a los jugadores.
- Menuda tontería.
Puse los ojos en blanco y seguimos caminando hacia el campo de fútbol.
- Es como las animadoras y las chicas de baile - sube a las gradas y la sigo - Las animadoras están celosas porque tienen que entrenar al aire libre y las de danza tienen un estudio.
- ¿Y por qué no lo comparten? - me parece la opción más lógica.
- Brittany Hamilton, la capitana de las animadoras - me indica con la cabeza a una pelirroja que acaba de entrar en el campo - estuvo saliendo con Daniel McCourt, el hermano mayor de Lana McCourt y capitana de las chicas de danza.
- ¿Y?
- ¿Te gusta el chisme? - pregunta elevando una ceja.
- Quiero comprender porqué no pueden compartir el estudio. - digo con total sinceridad.
Nikki me sonrió.
- La cosa entre Brittany y Daniel no acabó bien - dice suspirando - Y culpa a Lana de ello.
- ¿Lana hizo algo para separarles?
- No, - Nikki tenía la mirada en el campo, acababan de llegar los de atletismo - Daniel la dejó porque quiso.
- Entonces, ¿qué culpa tiene Lana?
- Ninguna.
- Pues no lo entiendo.
- Eres un poco rarita.
Me quedé callada. Lo sabía. Nunca era capaz de entender realmente a los demás. Mi cerebro procesaba las cosas de forma distinta. No era capaz de encajar en ningún sitio. Por mucho que me esforzase.
Me levanté de las bancas y bajé lo más rápido que pude sin llamar mucho la atención.
- Hey, Jess - un brazo me frenó - ¿Te pasa algo?
- No, nada.
- ¿Por qué te vas? - Nikki se colocó frente a mi - Los de Rugby todavía no han llegado.
- Eres una chica popular, Nikki - dije intentando esquivarla - En las tres horas que llevo aquí he podido darme cuenta de que todo el mundo te quiere y te conoce.
- Claro que me conocen - dijo como si nada - Tú misma has trabajado para mi madre en Los Ángeles.
- ¿Qué? - no sabía de qué hablaba.
- Te vi en una sesión de fotos en Hale's Angels - dijo como si fuese obvio - Es la empresa de mi madre.
- Ah - no creí que estuvieran relacionadas - De todos modos, no creo que sea bueno para tu reputación estar con la nueva rarita.
- Es por eso - dijo dándose un golpe en la frente - En realidad lo de rarita era un cumplido.
Nikki sonreía y desprendía una alegría a la que no estaba acostumbrada.
- Mira - dijo pasándome un brazo por los hombros y girándome para subir de nuevo por las gradas - Es genial para mi vida tener una amiga tan rarita como tú.
- ¿Amiga?
- Por supuesto - dijo ella soltando una carcajada - Ya es oficial.
- No creo que sea tan fácil.
- Pues conmigo, lo es.
De repente un conjunto de gritos me hizo saltar. Menudo susto me dieron las chicas que se habían reunido en las gradas durante mi huida fallida.
- Vamos a sentarnos, anda - conseguimos colocarnos en las gradas junto a un grupo de chicas gritonas - Veamos qué tal se le da a tu hermano.
- Ni siquiera le gusta el fútbol - susurré.
- Y ¿por qué va a hacer la prueba?
- Le hace ilusión a nuestro padre que haga la prueba, aunque sea.
Nikki asintió pero torció el gesto.
- Si no le gusta - comenzó a decir Nikki.
- ¿Qué pasa? - pregunté con curiosidad.
- Nada - me dedicó una pequeña sonrisa forzada - Mira, ya están llegando.
Nos enfocamos en el campo y busqué a Dylan con la mirada pero no le veía. Miré por las gradas también y localicé a Nick y a Louane con dos grandes sonrisas. Se les daba mejor a ellos esto de la actuación, debía reconocerles eso.
- ¿Cuál de ellos es tu hermano? - preguntó sin apartar la vista del campo.
Se me escapó un suspiro.
- El que acaba de entrar empapado.
Dylan fue el último en colocarse en la fila y destacando como sólo él podía hacer.
- ¿Qué le habrá pasado? - soltó la pelirroja pensativa.
- No lo sé.
Solo rezaba porque esa maldita prueba no se le fuese de las manos.
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Prodigios
Teen FictionDicen que dos mentes piensan mejor que una pero, ¿qué pasa cuando, esas dos mentes, son sumamente brillantes? Los hermanos Ocean fueron rescatados de las sombras del orfanato Rosehood, para terminar viviendo en el mismísimo infierno. Su familia adop...