003. Nuevos amigos

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Jess

Louane me dejó tirada. Era inaceptable. Tenía que compartir cuarto.

- ¿Por qué habéis venido en el último año? - preguntó Nikki Hale, mi compañera de cuarto.

- Mis padres nos han dado un poco de tiempo a Dylan y a mi para que podamos venir a clases presenciales.

- Pero, ¿por qué ahora?

- ¿Por qué no?

La pelirroja me estaba poniendo nerviosa con tanta insistencia.

- ¿Tu hermano tenía las pruebas de Rugby?

- Sí.

- Pues vamos - dijo ella levantándose de un salto de su cama - Empezarán dentro de 20 minutos, pero podemos pasear y así puedes ir haciéndote una idea de como van las cosas por aquí.

Cojo la chaqueta y sigo a Nikki.

El internado es enorme. Tardaré bastante en ubicarme. También tengo que pensar en qué club o actividad entraré.

- El equipo de Rugby y el equipo de natación tienen una gran rivalidad.

- ¿Y eso? - pregunto cuando llego a su ritmo.

- Los entrenadores son rivales - dijo encogiéndose de hombros - Y eso se pasa a los jugadores.

- Menuda tontería.

Puse los ojos en blanco y seguimos caminando hacia el campo de fútbol.

- Es como las animadoras y las chicas de baile - sube a las gradas y la sigo - Las animadoras están celosas porque tienen que entrenar al aire libre y las de danza tienen un estudio.

- ¿Y por qué no lo comparten? - me parece la opción más lógica.

- Brittany Hamilton, la capitana de las animadoras - me indica con la cabeza a una pelirroja que acaba de entrar en el campo - estuvo saliendo con Daniel McCourt, el hermano mayor de Lana McCourt y capitana de las chicas de danza.

- ¿Y?

- ¿Te gusta el chisme? - pregunta elevando una ceja.

- Quiero comprender porqué no pueden compartir el estudio. - digo con total sinceridad.

Nikki me sonrió.

- La cosa entre Brittany y Daniel no acabó bien - dice suspirando - Y culpa a Lana de ello.

- ¿Lana hizo algo para separarles?

- No, - Nikki tenía la mirada en el campo, acababan de llegar los de atletismo - Daniel la dejó porque quiso.

- Entonces, ¿qué culpa tiene Lana?

- Ninguna.

- Pues no lo entiendo.

- Eres un poco rarita.

Me quedé callada. Lo sabía. Nunca era capaz de entender realmente a los demás. Mi cerebro procesaba las cosas de forma distinta. No era capaz de encajar en ningún sitio. Por mucho que me esforzase.

Me levanté de las bancas y bajé lo más rápido que pude sin llamar mucho la atención.

- Hey, Jess - un brazo me frenó - ¿Te pasa algo?

- No, nada.

- ¿Por qué te vas? - Nikki se colocó frente a mi - Los de Rugby todavía no han llegado.

- Eres una chica popular, Nikki - dije intentando esquivarla - En las tres horas que llevo aquí he podido darme cuenta de que todo el mundo te quiere y te conoce.

- Claro que me conocen - dijo como si nada - Tú misma has trabajado para mi madre en Los Ángeles.

- ¿Qué? - no sabía de qué hablaba.

- Te vi en una sesión de fotos en Hale's Angels - dijo como si fuese obvio - Es la empresa de mi madre.

- Ah - no creí que estuvieran relacionadas - De todos modos, no creo que sea bueno para tu reputación estar con la nueva rarita.

- Es por eso - dijo dándose un golpe en la frente - En realidad lo de rarita era un cumplido.

Nikki sonreía y desprendía una alegría a la que no estaba acostumbrada.

- Mira - dijo pasándome un brazo por los hombros y girándome para subir de nuevo por las gradas - Es genial para mi vida tener una amiga tan rarita como tú.

- ¿Amiga?

- Por supuesto - dijo ella soltando una carcajada - Ya es oficial.

- No creo que sea tan fácil.

- Pues conmigo, lo es.

De repente un conjunto de gritos me hizo saltar. Menudo susto me dieron las chicas que se habían reunido en las gradas durante mi huida fallida.

- Vamos a sentarnos, anda - conseguimos colocarnos en las gradas junto a un grupo de chicas gritonas - Veamos qué tal se le da a tu hermano.

- Ni siquiera le gusta el fútbol - susurré.

- Y ¿por qué va a hacer la prueba?

- Le hace ilusión a nuestro padre que haga la prueba, aunque sea.

Nikki asintió pero torció el gesto.

- Si no le gusta - comenzó a decir Nikki.

- ¿Qué pasa? - pregunté con curiosidad.

- Nada - me dedicó una pequeña sonrisa forzada - Mira, ya están llegando.

Nos enfocamos en el campo y busqué a Dylan con la mirada pero no le veía. Miré por las gradas también y localicé a Nick y a Louane con dos grandes sonrisas. Se les daba mejor a ellos esto de la actuación, debía reconocerles eso.

- ¿Cuál de ellos es tu hermano? - preguntó sin apartar la vista del campo.

Se me escapó un suspiro.

- El que acaba de entrar empapado.

Dylan fue el último en colocarse en la fila y destacando como sólo él podía hacer.

- ¿Qué le habrá pasado? - soltó la pelirroja pensativa.

- No lo sé. 

Solo rezaba porque esa maldita prueba no se le fuese de las manos.

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