2

92 8 0
                                    

Presente

Cerré los ojos y, dejando escapar un suspiro tembloroso, permití que el recuerdo de sus ojos tristes me atacara violentamente.

Parecía haber tatuado aquella última mirada perdida en el interior de mis párpados, porque la noche anterior no los había podido cerrar sin encontrar aquella imagen dándome una amarga bienvenida. Entonces, había pasado toda la noche perdida en mis pensamientos, temiendo haber sido demasiado dura con el chico de ojos llorosos.

Dejé que mi mirada se perdiera en la pantalla de mi teléfono, sabiendo de antemano que no iba a encontrar ningún mensaje suyo, y miré la hora cuando conseguí escapar de mis pensamientos: mi siguiente clase iba a empezar diez minutos más tarde.

La foto que había ocupado mi fondo de pantalla por tanto tiempo hizo que mis ojos se llenaran de lágrimas una vez más tras toda una mañana luchando por combatirlas. Simplemente no podía evitar mirar aquella fotografía con cariño -y rechazar cualquier argumento lógico que me obligara a cambiarla-.

Recordar aquel día, cuando su madre nos había sacado esa foto, solo hacía todo aquello peor. Recordar absolutamente todo lo que me estaba diciendo entonces, mientras me acogía entre sus brazos y me regalaba una dulce sonrisa de mejillas sonrosadas, era lo peor que podía invadir mi mente en aquel momento. 

Fights || Lee HaechanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora