Siendo las 5:55 en Barra de Navidad
buenos augurios, la primavera de la felicidad.
Cambió todo ya para las 8 y cuarto
una melancolía con la que triste, parto.
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Desdichados los de las 12 y media
la furia que pulmones invade y mentes asedia.
Contrastando llegan las 3 en punto entonces
enamorada tú de Alfonso, y yo de la señorita Ponce.
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Tres cuartos pasadas las 9, el estómago se revuelve
ansiedad, nervios y estrés en la mente se desenvuelve.
Y ahora, espero la muerte, sentado en un coche
faltando 2 minutos para la medianoche.