Divergente 2

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Mientras iba en el tren directo a la ceremonia de elección tocaba una pulsera que tenía en mi mano de color negra. Era de Tobías, después de desayunar juntos el me la dio y yo le di una mía del mismo color. Así, pase lo que pase estaríamos juntos.

"Todo bien pequeña cuatro" dijo un chico de osadía sentándose junto a mi. Así solían llamarme todos, no era mi sobrenombre favorito pero ya estaba acostumbrada "debes estar asustada".

"Bella" Aclare, solo Tobías me llamaba Isabella y es cuando estoy en problemas "No lo estoy" dije ofendida.

"No me lo tomes a mal pequeña cuatro" volvió a repetir haciéndome rodar los ojos. "solo que, no es justo que a tu edad pases por esto. A quien se le ocurrió algo así?"

"El estupido gobierno y sus experimentos" dije molesta. El se sintió incómodo y se levantó del piso.

"Solo ten cuidado, aún eres una niña".

Todos me venían algo extraño, nadie sabía porque estaba ahí pero corrían rumores de que era el experimento de Jeanine y era completamente cierto.

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Al iniciar vi pasando a uno por uno, familias lloraban la pérdida de sus hijos por cambiarse de facción y otros se alegraban pues se quedarían en la que pertenecen. Muchos nuevos integrantes se integraron a osadía cosa que la mayoría de aquí eran demasiado extrovertidos y gritaban al tener un nuevo integrante. Yo era igual que ellos pero en estos momentos estaba nerviosa y no solo por elegir, sino también que Marcus estaba ahí llamando a cada uno. Trataba de no tener miedo pero sin Tobías aquí, me volvía a sentir de 6 años.

"Isabella E....." no pronunció mi apellido. Todos sabían los rumores de los maltratos hacia los hijos  de Marcus y nadie sabía cómo cuatro se había llevado a la más "pequeña" de la familia.

Me levante rápido y todos comenzaron a susurrar "¿que edad tiene?" "Es tan joven" "¿que sucede?" "Será la hija de...." trate de no escucharlos y solo me concentre en llegar.

Marcus y yo cruzamos miradas, estábamos tan cerca el uno del otro. Mi corazón latía con intensidad y comencé a recordar todo lo que me hacía para volverme normal. Los golpes, los insultos, la hebilla de su cinturón golpeando a Tobías en la espalda o a mi en las piernas. Tome el cuchillo en manos y no deje de mirarlo. El observo el cuchillo...

Y lo único que hice fue cortarme la mano. Lo odiaba con intensidad pero sería una locura hacer algo así y frente a todos.

Mire las 5 facciones, no sabía a qué pertenecía, era todas al mismo tiempo, mire a osadía un ultima vez y con miedo, deje caer la gota de sangre ahí.

Nunca, jamás diría que soy divergente

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Nunca, jamás diría que soy divergente.

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Pude ser la primera en llegar al tren pues estaba muy bien entrenada para mi edad pero veía algunos chicos que no eran de osadía correr con poca velocidad. Sentí que no quería dejarlos al ultimo así que comencé a alentarlos para que hicieran lo que pudieran.

Pequeña cuatroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora