Divergente (one shot 3)

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Isabella: 9 años
Tobias:17 años.

Exactamente un año había pasado desde Tobías y su pequeña hermana habían llegado a Osadía para quedarse. El chico había impresionado a todos allí y se había ganado un buen puesto como entrenador.
Los nuevos habían llegado y debo aclarar que todos temían de Cuatro y Eric pues aunque aún eran jóvenes cuando se trataba de entrenar no tenían buen temperamento.

La pequeña cuatro, como ahora todos le decían, amaba su nueva facción. Era divertida y aunque en su antigua facción si alguien lo necesitaba Isabella era la primera en ayudar no se sentía que pertenecía ahí.

En fin, Isabella disfrutaba su nueva facción pero algo que odiaba y la hacía enojar era su nemesis, Eric. El chico al parecer quería hacerle la vida imposible a los hermanos Eaton, Cuatro lo ignoraba y como todos sabían era más fuerte que el pero la chica no aguantaba estar con el ni a un metro de distancia.

Había pasado una semana desde que Isabella había decidió salir de su facción para aventurarse a otras, disfrutaba mucho caminar por ahi perdiendo el tiempo, claro sin que Tobías se enterase. Pero por culpa del otro chico que la vio salir a altas horas de la noche y este fue muy feliz a avisarle a su"padre" que se encontraba trabajando con Janice para pagar su deuda de dejar a su hermana quedarse,  la pequeña cuatro se había metido en un gran problema, pero nada que una buena tunda, unas líneas de "No debo salir en la noche" y castigarla con trabajos extras no arreglaron.

Isabella estaba enojada, de verdad odiaba a él idiota de Eric que por su culpa ahora Tobías se había vuelto un búho que la vigilaba por la noche y ya no podía escaparse. Quería venganza, pero no sabía que hacer. Al parecer tendría que vivir con ese odio de por vida.

Isabella era linda, pequeña y adorable. No mataría a ninguna mosca o eso creían todos los que la conocían, solo Tobías sabía de lo que podía ser capaz y esa capacidad sobrepasó el día en que la pequeña cuatro decidió vengarse.

Isabella solo era una niña, no siempre pensaba en las consecuencias de sus actos y actuaba por impulso. Ella no trato de matar a Eric en ningún momento solo que el enojo la cegó y ocurrió una pequeña travesura...

Todos pensarían que Eric, siendo un ser despreciable y odioso no tenia ninguna debilidad o eso es lo que creía Isabella.

Cómo había dicho antes uno de los castigos de la pequeña era seguir a cuatro a todas partes como un pequeño cachorro perdido. No me mal entiendan, ella disfrutaba estar con su hermano mayor la mayoría del tiempo pero cuando era por castigo la hacia sentir como una niña pequeña y que todos se burlaban de ella a sus espaldas. Esto no era cierto, si algunos eran como Eric odiosos y burlones pero la mayoría veía tierno el acto de que Isabella tomara la mano de cuatro cuando este daba su entrenamiento o cuando se escondía detrás de él por vergüenza. Ver ese dúo entre cuatro siendo un joven serio e intimidante y una niña linda y sonriente era tierno.

En fin, mientras Tobías se encontraba en las oficinas de osadía, Isabella estaba dando vueltas en una silla a unos metros de el aburriéndose y pensando que no estaría ahí sino fuera por Eric y su gran bocota.
De un momento a otro comenzó a fisgonear en la oficina pues nadie le prestaba atención y entre papeles de personas conocidas y no tanto encontró uno muy peculiar. Tenía toda información de Eric, cuando había entrado, que tan osado era y de donde venía, había toda información de el... incluso sus debilidades.

-Al parecer alguien es alérgico...- rio la chica entre dientes. Un tosido fuerte hizo que soltara las hojas- solo estaba...-

Tobias le quito esas hojas y se retiró de ahí. La chica fue atras de el fingiendo sueño-estoy cansada- se quejó. El chico sin prestarle atención siguió su trabajado- puedo irme?-

Pequeña cuatroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora