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"Todos esos hombres veían mi cara de niña, pero no veían los rostros de sus hijos. Me hacían sentir que no valía nada, era un objeto más de su diversión al que usaban y desechaban luego de un ratito. Era todo menos yo, me fue arrebatada mi libertad".
"Pero ahora, tengo sueños y hoy vuelvo a ser libre".
Fueron las palabras que dio Aamaal a las autoridades.
-"¿Quién era la chica que murió?" -le pregunto el funcionario- "¿La conocías?, ¿Ella era como tú?, ¿Estaba relacionada con la red o también trabajaba para ellos?"
Se volvió a formar el nudo en su garganta. -"N-no"- respondió Aamaal -"Ella, e-ella solo quería que él la dejara en paz, que ya no la tocara"- Mencionó con la voz quebrada.
Aamaal se sentía mal, no podía calmarse. Ellos le dispararon a Lamya. Si tan solo ellos hubiesen llegado antes todo esto no hubiera pasado. Si Faruk las hubiera ayudado antes. Le quitaron a la única amiga que tenía, su hermana, quien la entendía.
Por suerte el funcionario la dejo tranquila y pospuso el interrogatorio para después. Aamaal solo quería ir a casa, dormir y ya no despertar. Quería olvidar todo, regresar el tiempo y poder evitar la salida de ese día con su madre. Su madre, ni siquiera supo más de ella, la extrañaba demasiado.
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