10 |Desde casa

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— ¿Lista? — llamé su atención. Mal estaba nerviosa.

— Creo que sí — murmuró, volviéndose a mí.

— Venga, deja ya los nervios y corre abrazar a la loca de tu madre — le animé con cierta diversión.

Recibí un manotazo en el hombro— ¡Oye!

— ¿¡Qué!? Sabes que digo la verdad — subí y baje las cejas de manera excesiva.

— Puede ser...— murmuró —... Pero sigue siendo mi madre — se apresuró a añadir.

— Cambiando de tema, — relamí mis labios, nervioso ¿como le diría? — . Me iré al inframundo con mis padres — solté, dejándola atónita.

Un ¿qué?, fue lo primero que salió de su garganta, yo asentí, temiendo de su reacción.

—  ¿Cómo que te vas? ¿y los niños?

— Es la razón por la que lo hago, Mal. Guiaré a las almas de los niños en el inframundo.

No esperaba que se lanzará a abrazarme.

— Voy a extrañarte tanto.

— Puedo subir cuando quiera, así que creo que no te librarás de mi tan fácil, pequeña ratoncita — acaricié cariñosamente con una de mis manos su csbello azulado.

— ¿Lo prometes? — ese puchero me recordó a una Mal de niña. Pelo rubio. Ojos grandes atentos a su alrededor.

— ¿Cuando te ha fallado tu hermano?

— ¿Quieres que las recuerde? — me retó.

— Mejor que no — negué, rascándome la nuca.

— ¡Bien! — vociferó.

— Hey, Mal ¿nos vamos? — Dijo Jay.

— Sí, enseguida estoy con ustedes — respondió, pidiéndole espacio indirectamente.

— Te esperamos. Nos vemos luego, mini Hades — me revolvió todo el cabello, mientras me abrazaba bruscamente.

— ¡Eres una bestia! — bromeé, soltando una que otra risa.

— Entonces este es el adiós ¿no es así? — abrazó su propio cuerpo, entristecida.

— No es para siempre ¿te acuerdas cuando me comuniqué contigo por sueños? — asintió — Bueno, prometo hacerlo más a menudo ¿te parece bien? — tomé su pequeño rostro entre mis manos y deposite un beso en su frente — Te quiero, enana.

Aún con dificultad me sonrió, sus ojos llenándose de lágrimas — Y yo a tí también, Peter.

Ambos ese día prometimos que sucediera lo que sucediera nunca nos abandonaríamos y nos ayudaríamos en lo que fuese.

|•|

El inframundo a pesar de ser un lugar frío, se sentía cómodo siempre y cuando estuviera con mis padres.

Era mi turno para ser un héroe, ayudaría a todos esos pequeños que habían descendido al inframundo, ayudaría a que sus almas descansarán.

Aprendía de la nueva persona que era, sin dejar completamente de lado al antiguo yo. Es algo que siempre  recordaré, porque a pesar de lo despreciable que fui, no puedo negar el pasado, lo enfrento, cada día lo hago.

Enmendar mis errores y ser cada día la persona que quiero ser. Una persona mejor.

El tierno beso de mi madre me sacó de mis pensamientos — ¿cómo estás, cariño? — mamá temía que el inframundo pudiera afectarme.

Seguía siendo su pequeño niño.

Sonreí, atrapando sus hombros con mis brazos — Increíble ¿y tú?

— Increíble al saber que lo estás — sonrió, sus ojos llenándose de brillo.

— Eres tan tierna, madre —  apoye mi cabeza de lado en su hombro — . Gracias por estar ahí siempre. Gracias por no dejar que la oscuridad me consumiera por completo. Gracias por quererme tal y como soy.

— Siempre serás mi pequeño, no importa cuantos siglos tengas — afirmó, acariciando mi cabello con sus delicados dedos — Te quiero tanto.

— Y yo a tí.

La campana resonando a nuestro alrededor era el aviso que nos indicaba cuando alguien llegaba al mundo de los muertos.

— Echemos un vistazo — avisa, adelantando el paso.

Si eran niños los llevaría conmigo a un lugar menos aterrador, aunque el inframundo era en sí todo aterrador.

— Hola, pequeño — sonreí al ver que una de las almas pertenecía a un niño.

Él me estudió con suma cautela — ¿Sabes lo que me pasó?

— Haz descendido a tu nuevo hogar — el niño de unos cinco años, hizo pucheros de querer llorar — .  Yo cuidaré de ti.

— ¿Y mi mami? — frotó sus pequeños ojos con sus manitas, asustado.

— Ella tardará un poco más en llegar, pero cuando esté aquí se encontrarán de nuevo. Mientras tanto nosotros somos tu familia — acaricié su cabello con delicadeza — ¿Quieres motar a mi espalda?

El niño asintió por lo que tuve que agacharme a su altura para que pudiese subir a mi espalda.

Y así el hijo de Hades comienza a escribir su propia historia.

Fin.

Nota de la autora :

Hola;

Gracias por todos los votos y comentarios en cada capítulo, en verdad me inspiró bastante a seguir escribiendo cada día. No soy de muchas palabras así que disculpen mis corta nota. Solo quiero demostrar lo tan agradecida que estoy.

Les quiero ❤️


Me despido con un abrazo de panda 🐼🐾❤️

E.D

EL HIJO DE HADES [ Descendants 3 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora