Delfina.
Caminé, caminé y no paré de caminar, no importaba a donde me dirigía, quería estar sola y pensar. Las palabras del doctor no paraban de rondarme por todo el cuerpo, mi novio, el amor de mi vida estaba enfermo y yo no sabía cómo curarlo, qué hacer, no era capaz de descifrar como iba a seguir nuestra relación. Pienso que el destino se dispuso a estar en nuestra contra porque me resultaba imposible imaginar cómo a personas tan buenas les pasan cosas así. De lo único que podía estar segura es de lo mucho que amaba a Felipe y que estaba dispuesta a hacer todo para que pudiera estar bien.
Llegué a casa con la intención de ver un poco de tele y despejar la mente, pero esa idea se esfumó cuando apareció Nacho.
-Hermana-. Me dijo, esa siempre fue nuestra manera de saludarnos, desde chicos habíamos optado por decirnos así en vez de un simple "hola", lo creíamos original.
-Hermano-. Le dije intentando no mirarlo, sabía que si lo hacía me iba a preguntar qué me pasaba y realmente no tenía fuerzas suficiente para decirle lo que su mejor amigo estaba atravesando.
-Me gusta una chica-.
-¿Si?-. Debo confesar que esa declaración me sorprendió bastante, Nacho no era de confiarme este tipo de cosas, de hecho nunca me preguntaba acerca de mi relación con Felipe, no era algo de lo que estábamos acostumbrados a hablar. Así que lo miré con curiosidad esperando a que me describiera a su chica.
-Se llama Rosario, es nueva en la clase, es hermosa Delfi, apenas la vi entrar supe que a esa chica y a mí nos esperan cosas sucias-.
-Sos un tarado, ¿así me describís a tu chica?, esperaba que fueras un poco más romántico Ignacio-. Odiaba que haga ese tipo de comentarios, si supiera lo que es el amor, si tan sólo sintiera todo lo que yo siento por Felipe, no le alcanzarían las palabras para describir a esa tal Rosario.
-No la conozco bien, pero me interesa y mucho-. Me dijo tomando el control de la tv.
- No tenes que intentar nada Nacho-. Le dije seria, sabía lo que tendría que pasar al enterarse lo de su amigo y no quería que su dolor aumentara si esta chica lo rechaza o le dijera cosas que él no estaba preparado para escuchar. Si tengo la oportunidad de protegerlo lo voy hacer. - Tenes que seguir así, no necesitas de alguien para ser feliz.-
- Hermana es muy fácil decirlo cuando ya tenes a Felipe, pero yo tengo ganas de conocer a alguien, de enamorarme y estoy seguro que...-
-¡La vida no nos prepara para sufrir! Y yo no quiero que pases por eso, ya bastante vas a sufrir cuando...-, y fue ahí que paré, sabía que las próximas palabras eran las que estaban atormentándome, así que me levanté y me fui, así, sin mirarlo.
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Felipe
-Cáncer, mi hijo tiene cáncer.- Mi madre estaba por demás asustada y no la culpo, yo estaba peor que ella, pero sabía que tenía que empezar con el tratamiento en cuanto antes y no podría hacerlo sin mi familia.
-Acá lo que importa es que vas a comenzar ese tratamiento y que todo va a salir bien.-, me dijo Maca tomándome de la mano, la noticia les había caído como un balde de agua fría y yo en lo único en quien pensaba era en Delfina.
- Voy a estar bien, mientras permanezcamos los cinco juntos, yo voy a salir adelante.-
-¿Cómo los cinco? Delfi también está con vos, ella no te va a dejar solo en esta situación.-
Ya había tomado la decisión de dejarla, era consciente de que no podía obligarla a que pasara por todo lo que le espera a una persona que tiene cáncer, no quería esto para ella, ojala las cosas hubiesen sido diferentes, pero no.
-Hijo, pase lo que pase, vamos a estar con vos siempre.- dijo mi padre poniendo su mano en mi hombro. Resulta extraño como la vida tiene que ponerte una enfermedad para que un padre sea afectivo con su hijo, de cualquier manera no era el momento de reclamos, al contrario, los necesitaba.
Después de hablar con mi familia emprendí camino hacia la casa de mi novia, quería ser yo quien le contara a la suya lo que me estaba pasando, Nacho era mi hermano del alma y no se merecía enterarse de esto por otra persona.
Sus padres se pusieron muy mal, me mostraron su apoyo desde que terminé de hablar hasta... bueno, no me quiero adelantar. Una vez que la charla terminó me encontraba en la habitación de Nacho, me estaba contando acerca de su próxima conquista, Rosario, se mostraba interesado, realmente esa chica le había causado algo, porque no paraba de hablar de ella. Recuerdo que yo estaba igual cuando con Delfi decidimos decirles a todos sobre nuestra relación, no paraba de hablar de ella a quien fuera que se me cruce en el camino. Espero que esta chica cuide a Nacho y lo quiera tanto o más porque se lo merece.
-Felipe, sabes que vamos a estar con vos en todo lo que necesites, sos mi hermano y no te voy a dejar solo.- Nacho se había puesto serio, se notaba que había caído de la noticia.
-Lo sé, por eso es que necesito hablar con tu hermana ahora.-
-Ella ya lo sabía ¿no?.-
-Nos enteramos juntos, no hemos vuelto hablar después de eso, quiero saber cómo está.-
-Anda, ella también te necesita.-
Estaba muy nervioso, me costaba pensar que al entrar a esa habitación las cosas iban a cambiar, tal cual como pasaron cuando entramos al consultorio de Gonzales. Pero estaba decidido, solo tenía que decirlo y ya.
Hola a todos! seguimos a ful con la cuarentena, como dije es una situación difícil para todos, pero si nos mantenemos en casa y tomamos los recaudos necesarios vamos a poder combatir este virus.!
Aquí les dejo otro capitulo! espero que les guste! no se olviden de votar y comentar! besoos!
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Bitácora de lo que pudo ser...
Novela JuvenilNunca creí en los finales felices y por mi historia estoy convencida de que no hay forma de que puedan existir, justamente porque mi vida estuvo llena de caos, y el color rosa nunca estuvo presente en ella, tuve que pasar por varios obstáculos para...