Bajo la dulce luz de la noche

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Hajime acarició con cariño el cabello blanco de Shun, una sonrisa en sus labios que no tardaron en unirse a los otros. El beso fue desordenado desde el inicio, dejándose llevar por lo que se sentía bien. Shun permitió que el otro tomara el control, dejando que el placer lo envolviera. Antes de darse cuenta tenía sus manos envueltas en el cabello de Hajime, tirando un poco de él mientras éste descendía con lentitud por su cuello.

Marcas de besos y suaves mordidas comenzaron a provocar algunos gemidos que ni siquiera trató silenciar. Esa era su noche. La noche de unión del Rey Negro y el Rey Demonio. Lo único que importaba en ese momento eran ellos.

—Ah —jadeó Shun al sentir la mano del otro rey deslizarse debajo de su túnica—. Mmgh... Haji-me... Ah-

Los labios de Hajime continuaban en su pecho, pero sus manos habían comenzado a maquinar sobre sus pezones, aplicando cierta presión y jugueteando con ellos antes de reemplazar sus dedos por su boca húmeda. Deseoso de participar, Shun comenzó a empujar a un lado la ropa del de cabello azabache mientras éste continuaba sobre él.

La ávida lengua de Hajime no tardó en deslizarse todavía más abajo. Tomando su longitud completa en su boca, sin dificultad, disfrutando de la clase de sonidos que estaba haciendo el Rey Demonio en ese momento. Tener a alguien tan poderoso como se suponía que lo era él a su merced creaba en Hajime un deseo a nunca parar.

Cuando sintió que el otro estaba cerca no tardó en separarse, ganándose un gemido de frustración por parte del otro.

—No todavía —murmuró con una sonrisa.

Quitó las últimas prendas que cubrían ambos cuerpos antes de dar paso al evento principal. No se sorprendió demasiado al descubrir que Shun ya se había preparado para eso, por lo que no perdió más tiempo para hundirse en su entrada, disfrutando de la sensación apretada y caliente. Sus labios volvieron a juntarse con los del albino mientras esperaba a que el otro se acostumbrara a la sensación, y cuando sintió que las caderas de éste comenzaron a balancearse en busca de más, Hajime le dio al Rey Demonio lo que quería.

No le molestó tener las uñas del albino clavadas en su espalda del mismo modo en que a Shun no le molestó el agarre posesivo en sus caderas mientras Hajime lo embestía. Terminaron al mismo tiempo, pero ese no sería el final. Sólo se tomaron unos segundos para besarse mientras esperaban a que los restos del clímax los dejaran. Entonces buscarían una forma interesante de hacer el segundo round.

La noche era larga después de todo. Y seguiría siendo su noche hasta que los rayos del sol se filtraran por la ventana. E incluso entonces...

Cuando Hajime abrió los ojos lo primero que hizo fue comprobar la habitación. No estaba en ninguna clase de castillo antiguo, sino que se encontraba en la habitación de hotel que le habían asignado. Se estaban quedando ahí por la gira en la que estaban. Una mirada más detallada a su entorno lo hizo notar un peso extra sobre su pecho: con un cabello brillante como la luna y una sonrisa en el rostro dormido.

No iba a cuestionar el motivo de la presencia de Shun en su cuarto, de algún modo lo esperaba. Y poniéndole atención a la expresión en su rostro podía darse una vaga idea de lo que estaba soñando. Sonrió. Sin pensarlo demasiado, volvió a recostarse y dejó que sus sueños lo arrastraran a donde quisieran.

Tal vez de regreso a una escena con la que comenzaba a sentirse familiarizado.


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Han pasado 84 años, pero prometí que publicaría este extra uwu.

Espero les guste, la verdad ha pasado un tiempo desde la última vez que escribí una escena de este estilo.

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El Rey Negro durmiente (Tsukiuta) (HajimexShun) (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora