Capítulo 2

16.4K 1.8K 37
                                    

Capítulo 2

Daniel esperaba en el coche a que su hermano saliera de clase. Le reventaba esperar en el coche, por eso estaba apoyado en el capó, con los brazos cruzados, y la vista clavaba en la puerta de salida. No le gustaba hacer de niñera de nadie, y menos de un tío de 25 años, sin ningún aprecio por las cosas básicas de esta vida, como era un coche si vivías en una ciudad como Houston. No le gustaba que fuera a todas partes con aquella ridícula bicicleta suya. Así que allí estaba, esperando para llevarle a cenar con sus padres, como un buen hijo. Para una vez que venían de visita, podía haber hecho el sacrificio de no ir a clase por un maldito día. Pero no, él y sus malditos cursos informáticos. Joder, el tío ya era malditamente bueno con esos chismes. No entendía que quisiera saber más. ¡Hei!, ¿Qué era eso?. Una mujer como aquella no podía estar dando un par de besos a su hermano. ¿Lo estaba despidiendo?. A ver si no había ido al tipo de clase que él pensaba. Mientras Leo caminaba con las manos en los bolsillos y una sonrisa bobalicona en la cara, Daniel no podía evitar mirar a la mujer que estaba delante de la puerta de cristal, hablando con otros chicos con la misma indumentaria que su hermano.

-           Hei.-

-           Vaya. ¿Es esa tu profesora?.- Leo sabía a quién se refería.

-           No, es mi compañera.-

-           No tiene pinta de…-

-           A que no. Pero es la caña. ¿Nos vamos?.-

-           Si, llegamos tarde.-

Mientras conducía, Daniel no podía quitarse de la cabeza el contraste entre su hermano y aquella mujer. Ella era como una muñequita de Lladró en la jaula de los monos del zoo. Pequeña, perfecta, delicada y totalmente fuera de lugar.

********

Manuela revisó otra vez el móvil. Leo le había pedido con urgencia sus apuntes del curso.  No podía reprocharle que lo hiciera. Sus anotaciones eran detalladas y completas, y tenían un sinfín de gráficos. Eran un libro en sí mismas, sus compañeros babearían por tenerlas. Pero había un problema, Leo no podía acercarse a su casa, aún no le habían devuelto la bici después de que un todo terreno le pasara por encima. Tenía un proyecto que terminar, y necesitaba incluir una pequeña presentación animada. El tiempo se le echaba encima, y aún no tenía todo terminado. Manuela se lo debía, sobre todo desde que empezó a ayudarla con su proyecto personal. “Qui procuo”, pensó, “si él me ayudaba, yo debía ayudarle a él”, en definitiva, el tiempo que le faltaba se lo había robado ella. Sujetó la toalla húmeda sobre su cuerpo, tenía que vestirse para acercarle un pen drive con una copia de sus apuntes. Marcó su número y esperó.

-           ¿Leo?.-

-           Hola pequeña.- Le gustaba llamarla así, aún sabiendo que era 5 años mayor que él. Pero lo hacía por simple cuestión de tamaños, lo tenía claro.

-           ¿Dónde te lo acerco?.-

-           Oh, estoy en casa de mi hermano, pero te pilla más cerca si se lo dejas a él en el hospital. Su turno acaba en media hora, y esperará a que se lo acerques para traérmelo.-

-           Vale. ¿En qué hospital está?.-

-           En el Baylor Clinic. Puedes Dejarlo en la recepción principal.-

-           ¿Cómo se llama tu hermano?.-

-           Daniel, Daniel Di Tomasso.-

El Club de las Damas 02 - Una cazadora cazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora