Capítulo 5

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 Empezé la semana con normalidad, hasta que llegó el jueves, día de la semana en el que empiezo con las clases de biologia. Me sente con Daniela, una chica con la que me suelo sentar siempre en la clase de biologia y expulsaron de clase a Leo, porque no paraba de preguntarme:

 - ¿Te has enfadado conmigo? ¿ Te he hecho algo? ¿Porque no te has sentado conmigo? ¿ Te ocurre algo?

 ¿Es que a caso no tiene nada más que hacer en la vida que estar conmigo? Me quiero morir... Al principio creía que iba a ser yo la que tarde o temprano se enamoraría de Leo, pero ahora pienso que puede ser al revés. Ya que ahora a mí, él, ya no me gusta, nada. Pfff... ¡Que lío!

 El viernes me fue un poco mejor, en biología teníamos que continuar con la pareja de el otro día, así que, no hubo más de que hablar. Luego, tuve clase de música, y Lena me preguntó:

 - ¿Sales con Leo, o os líais?

 - ¡Ninguna de las dos! ¡Estas loca Lena! - le dije yo malhumorada.

 - Bueno, pues entonces. ¿Te gusta o le gustas? ¿ O os gustáis?

 - ¡NADA! ¡Nada de eso! ¡Muy segura te lo digo!

 Finalmente, el maestro nos llamo la atención y no volvimos a hablar en toda la clase.

Ahora, Leo tiene mi número, he pensado que se lo ha dado Lena, y que por eso me hacía todas esas preguntas.... El caso es que, me llamo el sábado, para quedar conmigo, le dije que sí. No se por que lo hice, no tengo ni la más remota idea. Pero quede con él en el parque. 

 Cuando llegué al parque estaba sentado en un banco, mirando su móvil. Nada más llegar me quedé plantada en frente de él. Me dijo:

 - Hola... ¿Pu-puedes sentarte si si tu quieres?

 - Hola. Pues claro - me reí, él estaba muy nervioso.

 - ¿Que te pasa conmigo?

 - ¿Eeh...?

 - Un día me hablas, el otro no, un día estas contenta, el otro no...

 - pues... Quizás porque soy así, no se exactamente como reaccionar... con personas... que, bueno, ya sabes...

 - No.

 - ¿Que?

 - Pues que no lo sé.

 - Que acabo de conocer, creo... creo que es eso...

 - Ah... Vale - me dijo con una sonrisa simpática.

 - Jajjaj - le solté una risita porque no sabía que decir o hacer.

 - ¿Confías en mi?

 - ¿Confiar en ti?¿Para que?

 - Pues.. no lo sé. Di si o no.

 - No lo sé.

 - Nadie sabe nada...

 - Pues, la verdad...

 - Cierra los ojos.

 No se porque, lo hice, cerré los ojos y dije:

 - No se porque hago esto, no confío en ti...

 Entonces, de repente, ocurrió, me besó. No voy a hacer demasiadas explicaciones, pero me besó así, sin más. Fue un beso rápido y simple. Pero me gusto. Bueno... no sé si me gusto...

 - ¿Que haces? A... a caso...

 - Sabía que te gustaría... - me dijo sonriendo.

 - Pues no, que lo sepas, no me ha gustado.

 - Claro. Ya lo sé. Te ha encantado.

 - Ooh, eres un imbécil - le dije yo levantandome.

 - Eeh. ¿A dónde vas? Sé que soy imbécil, pero también sé que te quiero. ¡Ah! Y que te gusto... claro.

 - Pues mira, que sepas que no voy a ninguna parte, y que no me gustas, ni me encantas y ni si quiera te quiero, te odio. ¡ Eres gilipollas! - dije claramente mientras me iba.

 - No seas tan dura, tonti... Te quiero.

 Pues me fui, ahora ya no era invisible para él, quizás antes también lo creía, pero ahora no lo creo, lo sé. Pero también sé, que lo que dice, no es cierto, que no me quiere, y que lo que ha hecho... ¡Ha sido éstupido, él es éstupido! (Pero le quiero...) pensé.

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