prólogo

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Tengo miedo, no entiendo nada de lo que está sucediendo.

—¿Por qué a mí? ¿Qué es esto? —me preguntaba constantemente mientras corría por el bosque, las ramas de los árboles golpeaban mi rostro y el crujir de las hojas secas y pequeñas ramas resonaban bajo mis pies con cada paso que daba.

Me detuve en medio de los árboles sin saber a dónde ir, con el corazón acelerado y la respiración agitada por tanta actividad física, que no suelo realizar normalmente.

Al levantar la mirada y observar el bosque me sentí totalmente extraviada.

El temor y el pánico se comenzaron a apoderar de mi, mucho más del que ya tenía. Las lágrimas no tardaron en hacerse presente junto a la desesperación y, el lóbrego escenario que presenciaba a mí alrededor no ayudaba en lo absoluto.

Sin dudas no sabía cómo regresaría, ni cómo encontraría el camino de regreso a dónde se encontraban mis amigos.

Sé que no debí correr, debí haberme quebrado en llanto y llorar hasta más no poder, esta situación me tenía al límite, no sabía cómo saldría de esto, me sentía atrapada.

Desconocía totalmente que este tipo de situaciones pudieran suceder, jamás hubiese imaginado algo así.

Mientras corría las lágrimas empañaban mi vista y no noté una gran piedra frente a mí, me tropecé y caí a la vez que soltaba un fuerte grito.

«En ese momento incluso me sentí observada».

No me levanté, me quedé quieta en el suelo. Sentí que alguien se acercaba pero no tenía la fuerza ni la valentía para voltear en esa dirección.

Lo último que recuerdo es un fuerte golpe acompañado de una temible oscuridad...

•••

Challenge Life: Experimento 404 (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora