Buenos días

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--Puedo irme solo a casa, Se...-le di una mirada antes de que me volviera a decir Señorita y lo corrigió rápidamente-____, no me perderé en el camino.

--Te quedaste a esperarme, lo mínimo que puedo hacer es ir a dejarte, ya es bastante tarde-encendí mi auto para comenzar a andar-además, me curaste la herida de mi mano, tengo mucho que agradecerte.

--Está bien...-dijo mirando por la ventana y sonreí con satisfacción por haberlo convencido.

El viaje fue bastante callado, no teníamos nada que hablar en verdad y una conversación forzada hubiera sido más incómodo. Seguí las indicaciones que él me dio hasta llegar a un edificio que se veía algo viejo.

--¿Aquí vives?-asintió con la cabeza.

--Se ve peor de lo que es, se lo aseguro.

--Tampoco debes tratarme con formalidades fuera del trabajo-se sonrojó un poco y reí.

--Lo siento, es que no estoy acostumbrado.

--Tranquilo, está bien-miré a los alrededores-después de todo, está cerca de la empresa, es algo conveniente.

--Me agrada vivir aquí-tenía una sonrisa es su rostro-no me refiero solamente al edificio este, si no que me agrada vivir en Rusia-podía ver ilusión en sus ojos-las cosas son más fáciles que en Japón, ¿Sabes? Tengo un buen empleo y buenos amigos, algo difícil de conseguir allá.

--¿Y tu familia?.

--Se quedaron allá cuidando el hotel familiar que tenemos, querían que fuera el siguiente en la línea pero preferí escapar-reí-tenemos un buen contacto después de todo-agaché mi mirada y él se dio cuenta-¿Estás bien?.

--Sí, sí-levanté la mirada-solo que mi única familia es Yuri y mi abuelo, mis padres murieron hace tiempo.

--Oh, lo siento, yo...-lo interrumpí.

--Tranquilo, también tengo a Víctor, que es como mi otro hermano-sonreí-los 3 se preocupan por mi de una manera que no te imaginas, los amo y ellos a mi, estoy segura de eso.

--Eso está bien.

Seguimos conversando por unos minutos hasta que se nos hizo lo suficientemente tarde. La conversación había fluido sin intervalos de silencio y eso estuvo bastante bien, hablar con Yuri me hizo bien. Cuando llegué a casa, no me sentía cansada como otras veces a pesar de que fue un día horrible.

Al día siguiente...

Cuando desperté, me dolía la cabeza, pero simplemente tomé una pastilla, no dejaría que nada arruinara mi día. Salí de mi apartamento para ir rápidamente al auto, tenía que llegar al trabajo lo antes posible, pues iba algo atrasada.

Bajé del auto y saludé a todos los empleados que se cruzaron por mi camino, incluyendo a los que también estaban adentro. Todos respondían nerviosos y sorprendidos, era normal después de todo, nunca saludaba a nadie. Al llegar a mi piso, ahí estaba Yuri como los días anteriores.

--Buenos días, Señorita Plisetsky.

--Buenos días, Yuri-su rostro también mostró sorpresa, pero sonrió-buenos días también, Mila-la pelirroja se exaltó, pero también respondió.

--Buenos días, Señorita Plisetsky.

--Yuri, ¿Qué tenemos de nuevo?-comenzó a caminar detrás mío, relatando su reporte.

--Llegaron nuevos curriculums que hay que revisar y necesitan de su aprobación, además de mensajes de las otras empresas solicitando una respuesta por lo ocurrido ayer-lo último lo dijo algo nervioso, le brindé una sonrisa para que se tranquilizara.

--Me encargaré de ellos yo misma, lleva estos papeles donde mi hermano, por favor.

--Está bien-tomó los papeles-oh, me di la molestia de traerle un par de galletas de chocolate.

--Muchas gracias-me senté-puedes sacar una si quieres.

--Así estoy bien-sonrió-iré a dejar esto.

Comencé a leer los curriculums, para luego ser interrumpida por las preguntas de Víctor sobre cómo estaba, qué había pasado ayer y porqué tenía mi mano vendada.

--Tranquilo, estoy bien-le sonreí-solo me hice un corte con una botella de vidrio, Yuri curó la herida-escuché cómo expulsó todo el aire contenido y se relajó un poco.

--Te ves muy relajada el día de hoy, ¿Acaso lo de ayer no te dejó bastante furiosa?-reí.

--Es un tema del que prefiero no hablar, simplemente llenar el papeleo sobre ello ya es bastante-dije haciendo una mueca de asco y él rió.

--¿Qué pasó con Yuri anoche?-la pregunta me había tomado por sorpresa.

--¿Con Yuri?-dije algo nerviosa-solo me curó la mano, estaba sangrando mucho, luego lo llevé a su casa, se dio la molestia de esperarme así que era lo mínimo que podía hacer-mi vista se volvió a fijar en los papeles, restándole importancia.

--Parece que te lo agradece bastante, hasta te trajo galletas-se comió una.

--Imbécil, son mías-dije alejando el plato de él y comenzó a reír-mejor sigamos trabajando.

Cuando terminamos de revisar papeles, era hora de ir a comer y Víctor comería con Mila, Yuri iría con Otabek a otro lado como siempre. Obviamente Micky no me vendría a buscar y nunca más iría al restaurante en el que solíamos comer, así que decidí ir al comedor como todos los demás.

Al llegar, las miradas se posaron en mi y los murmullos no tardaron en escucharse. Me sentía realmente incómoda, pues lo que comentaban no eran cosas agradables, no era lo mismo escucharlos en persona a que me dijeran lo que decían. Decidí ignorarlos y fui a pedir algo para comer, la comida tampoco era mejor que los comentarios.

--¿Señorita?-levanté la vista y vi a Yuri con rostro de sorpresa.

--Hola, Yuri-le sonreí, pero sentí que salió algo triste.

--¿Qué hace comiendo aquí?-se sentó frente de mí, algo que me sorprendió más.

--Bueno...-agaché la mirada-no tenía con quién ir a comer a otro lado así que decidí comer aquí.

--Me hubiera dicho a mi, hubiera llegado aquí antes para acompañarla-una sonrisa estaba en su rostro, lo que provocó que yo también sonriera.

--No quería molestar, seguro tenías amigos con quién comer.

--Él está pidiendo aún-miró a alguien tras mis espaldas-y ahí viene.

--No me esperaste, Yuri-volteé a mirar al chico, era moreno con cabello negro y sus ojos brillaban, posó su vista en mí y sonrió-¿Quién es ella?.

--Pichit, te presento a la Señorita Plisetsky-el chico, que se llamaba Pichit, abrió sus ojos hasta su límite.

--Es un placer-sonreí nerviosa.

Srta. Plisetsky~Yuri Katsuki y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora