Perfect Illusion [Yoonmin/Omegaverse]

08

Estar con Jimin había sido lento y pausado, porque después de todo nada ni nadie podría quebrantar su unión, si al fin y al cabo estaban predestinados. Sin embargo, para Yoongi fue sumamente mortificante el tratar de reconfortarlo, más que nada por lo que Jimin estaba sintiendo en aquel momento, y es que toda sensación por pequeña que fuera era maximizada al doble en su interior, debido al lazo que los unía y que para aquel momento estaba dividiendo a un hombre de su lobo. El primero entendía la situación, tomando las cosas con serenidad, pero su lobo estaba que arañaba su interior por salir y destrozar al alfa miserable que había hecho llorar a su omega.

—... ¿Yoongi? — dijo Jimin tras largos minutos de llanto.

— ¿Mhm? — respondió simplemente sin soltar el cuerpo del contrario, aun dando suaves caricias en su espalda.

No obstante, tras el paso de unos minutos, Jimin deshizo levemente el abrazo y levantando el rostro escondido entre el cuello de Yoongi, posó sus ojos ligeramente hinchados en los de su alfa, quien esperaba cauteloso a lo que el otro tuviera que decir.

— Perdóname, yo, no...

— Shhh... — dijo Yoongi de inmediato, interrumpiéndolo — está bien, lo entiendo.

El interior de Jimin se calentó en regocijo, sintiéndose rápidamente en paz debido a las palabras de Yoongi, quien más que un alfa celoso y posesivo, se había comportado como todo un caballero al dejarlo ir con Namkhyun al encuentro con Namjoon.

— Gracias — expresó con honestidad Jimin, mientras volvía a posicionarse en el cuello del alfa tan solo para seguir sintiendo su olor.

— ¿Por qué? — cuestionó curioso el alfa al no entender del todo porque su omega le estaba dando las gracias.

— Por ser el mejor alfa de todos y, por ser solo mío — respondió Jimin dejando a su paso alguno que otro beso sobre la piel expuesta al tiempo que sentía sus mejillas calentarse.

Y esta vez fue Yoongi quien sintió el usual tirón en su corazón en regocijo. Amaba a Jimin por ser tan valiente, demostrando que era fuerte, pero a la vez sensible cuando debía serlo, todo sin dejarse derrumbar más de lo debido ante las dificultades. Posiblemente no era perfecto, pero aquel omega de labios gruesos se acercaba bastante a su parecer, no solo se había desvivido por un pequeño alfa — hijo de sus entrañas —, para darle todo lo que estuviera a su alcance sin un alfa que lo respaldara, trabajando al tiempo que estudiaba, sino que, a pesar de tener el apoyo incondicional de su familia, él, había logrado sobrevivir por si solo desde hacía ya un año. Y si a todo eso le sumaba que era hermoso no solo por dentro sino también por fuera, el que terminaba sintiéndose agradecido con la luna por otorgarle semejante compañero, al final era Yoongi. Por eso no dudó ni un segundo en demostrarlo de la única manera que tenía de hacerlo.

Los besos que habían comenzado siendo suaves y delicados sin llegar a ser demasiado marcados, dejaron de serlo cuando Yoongi giró el cuerpo de ambos en un rápido movimiento, dejando a Jimin boca arriba mientras que él, se deleitaba con el grosor de sus labios impactándose con los suyos, saboreando y succionando aquellos belfos hasta dejarlos hinchados. Las manos del contrario, dejaron de estar quietas y comenzaron a pasarse por todo el torso del alfa, buscando así liberarse de la prenda superior del mismo.

— Tranquilo lobito, o Young Min nos puede escuchar — objetó Yoongi aun sin dejarse llevar, después de todo alguien debía mantener la cabeza fría.

Eso era lo que al alfa le hubiera gustado haber dicho, sin embargo, dejó que Jimin lo terminara de cautivar al hacer su cabeza a un lado, dejando así totalmente expuesto su cuello, lugar en el que la marca de su unión permanecía resplandeciente incitándolo, haciendo un bonito contraste con la piel a su alrededor. Si bien, apenas unos días habían pasado desde que Jimin había sido marcado por Yoongi, el regocijo del alfa fue tan grande que no dudó en querer volver a marcar a su omega como suyo.