Capítulo 11

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Jimin le había venido a recoger en el auto de Jungkook minutos después. El camino fue silencioso y su amigo no le preguntó nada, ni siquiera intentó entablar conversación con él. Y le agradecía. Él también necesitaba pensar en lo que iba a hacer ahora.

Mientras miraba por la ventana el paisaje nublado recordó la forma en la que Tae le vio antes de salir del departamento. Se veía tan destrozado, tan triste y angustiado; tal cual como cuando su padre murió. Y Hoseok se sentía igual, pareciese que alguien que amaba se había ido de este mundo. El dolor le carcomía el alma y le hacía sentir despreciable, desahuciado.

El departamento de Jimin estaba tan reluciente como antes de la fiesta. Ya no había rastro de alcohol o cuerpos sudorosos bailando sin parar. La luz tenue del living le hizo sentir cómodo al instante y al pasar lo primero que hizo fue acomodarse en el sillón permitiéndose acurrucarse con su propio cuerpo, subiendo las rodillas hasta su pecho y apoyando su cabeza sobre ellas.

Jimin tomó asiento a un lado de Jungkook, en el sofá frente a él. Vio como el menor le besaba con suavidad la coronilla a su amigo como saludo y no pudo evitar pensar en esos momentos con Tae en los que se veían tan enamorados como ellos. De eso ya no quedaba nada, esos momentos se habían esfumado entre sus dedos con sólo una palabra, justo cuando pensaba en tomarlo y nunca soltarlo.

Pero de alguna forma, pareció que soltar esos momentos había servido para algo. Pudo decirle la verdad, no sólo a Tae, sino también a él mismo. Quién insistía en olvidar sus sentimientos por el peli rubio y vivir una vida de engaños junto a su... No sabía si era adecuado ahora llamar novio a Taehyung, no en esta situación.

–Taehyung me dijo que se pelearon– Comentó Jimin, mirándole con algo de tristeza. –No me gusta entrometerme en los asuntos de los demás pero... Sabes que cuentas con nosotros para lo que sea. –Hoseok sólo asintió. Jimin le sonrió y caminó lejos de ellos a la cocina para luego volver con dos pocillos llenos de chocolate caliente con mashmello flotando en él. –Ten, se cuánto te gusta.

–Gracias. – Le ofreció una sonrisa sincera.

El otro pocillo fue dado a Jungkook quien parecía gustarle el chocolate caliente tanto como a él. Jimin le dijo algo en el oído que le hizo reír. Hoseok sabía que Jimin y Jungkook no lo hacían a propósito, pero se sentía como mal tercio. Es que sus amigos se veían tan enamorados y felices que sin querer, verlos así le ponía aún más triste.

No podía juzgar a Taehyung, si él estuviese en su lugar hubiese reaccionado de la misma forma. Él sabía que Jimin era su mejor amigo y seguro pensó que era a la persona correcta para que cuidara de él. Pero se sentía extraño entre esos dos.

Jungkook le tomó la taza luego de que terminara de beber el chocolate y Hoseok volvió a agradecer. Jungkook sonrió y fue a dejar las cosas en la cocina.

La noche fue más tranquila. El cuarto que Jimin le había prestado estaba pintado de celeste por todos lados con cómodas blancas y de alguna forma le transmitían paz. Sin embargo, no pudo dejar de pensar en Taehyung. Si estaba en su departamento, si salió a beber y descuidar su salud. Porque que de que estaba igual o peor que Hoseok era seguro. Con sólo recordar su llanto mientras Hoseok se sinceraba con él era suficiente.

No quería volver a casa de Tae, de todos modos, aunque decía que el departamento era de ambos quien lo compró como regalo fue el padre de Taehyung antes de morir. Así que ir allí no estaba en sus opciones. Pero no quería pasar mucho tiempo en el departamento de Jimin. Es que sabía que su amigo le hospedaría todo el tiempo que él quisiese quedarse pero él necesitaba también su espacio. No podía pensar en Seokjin porque seguramente estaba peor que él con la resaca por todo lo que bebió en su fiesta y escuchó de Jimin que se andaba revolcando con el chico moreno y alto con que le vio bailar en la fiesta. Podría volver a casa con sus padres, si no fuese porque vivían en Gwuanju. Tampoco es como si quisiera que sus padres se preocupasen de más.

Decidió no pensar en ello y dormir lo que restaba de horas.

Al día siguiente, tomó lo poco que llevaba consigo y luego de una corta llamada a Seokjin, se encaminó en el auto de Jungkook hasta su departamento. Jimin le había estado preguntando todo ese tiempo si tan incómodo se sentía en su departamento como para tener que quedarse en el de Jin. Hoseok trataba de explicarle que no había un motivo en específico, sólo quería ver a Seokjin luego de la fiesta y la seguramente angustiosa resaca. Pero Jimin no se había comido el cuento. Sin embargo, a Hoseok nunca se le salió de los labios que era porque se sentía mal tercio allí.

Contrario a lo pensado, Hoseok seguía sintiéndose mal tercio en el departamento de Seokjin. Pues su amigo tenía compañía. El chico alto y moreno con el que bailaba en su pasada fiesta se hospedaba allí y el ambiente era tal cual como el que había estado evitando todos estos días.

-¿Están saliendo?

-¿Qué?- Respondió Jin, riendo. Su colorado rostro te daba a pensar lo contrario. – Claro que no. Somos amigos. Su departamento está siendo fumigado. Tiene cucarachas.-Susurró cerca del oído de Hoseok, pues el chico pasaba casualmente hacia la cocina.

-Hey, Seokjin-Llamó el moreno.- ¿Podrías ayudarme con esto?

-Sí. Enseguida voy.

Tú, Yo. Separados por coma Vhope/Sope ( 솝 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora