Viktor se sentía intranquilo. Desconocía el motivo, ya que más bien debería estar feliz por haberse librado de los exámenes y poder surcar el cielo en su saeta de fuego sin ninguna preocupación, pero su ansiedad no desaparecía.
—¡Oye, tonto! ¡Cuidado!
El grito oportuno de Yuri Plisetsky previno a Viktor justo a tiempo. En cuestión de segundos, el alfa se elevó en su escoba y a continuación dio un giro de ciento ochenta grados que le ayudó a evitar que una bludger se impactara de lleno contra él.
La bludger cayó al suelo formando un pequeño cráter en el que luchaba por liberarse, hasta que Yuri la paralizó con su varita. Viktor bajó de su escoba con un ágil salto cuando aún no aterrizaba del todo. Plisetsky rodó los ojos ante el evidente intento del alfa por lucirse.
—Eres ridículo.
—Sí, sí, lo que digas... ¡piensa rápido!
Viktor le lanzó la snitch y Yuri reaccionó atrapándola con una sola mano. Emocionado por su logro, el pequeño rubio celebró admirando la esferita dorada que, a pesar de que se mantenía quieta en su mano, movía sus alas rítmicamente. Viktor luchó por aguantar la risa. Yuri Plisetsky definitivamente tenía el talento y el espíritu para ser un gran jugador de quidditch. Si lograba pulir sus habilidades, se convertiría en un excelente buscador.
—Tienes buenos reflejos, pero necesitas trabajar en tu técnica. Ojalá pudieras practicar durante las vacaciones. También hablaré con la profesora Baranovskaya, quizás podamos conseguirte otra escoba. Esa se está deshaciendo.
Yuri se encogió sobre sí mismo y frunció el ceño. Su escoba era una vieja barredora que le prestaba la escuela para entrenar. Su abuelo, su única familia, era un muggle que sin embargo haría lo posible por comprarle una nueva aún si no contaba con los medios suficientes. Yuri era consciente de esto, por lo que de ninguna manera se lo mencionaría. Lo que menos deseaba era hacer sentir mal a su abuelo, que ya se esforzaba demasiado por él. Si ahorraba de a poco, quizás en unos años pudiera comprarse un modelo mejor.
—Bueno, deberíamos aprovechar que aún hay luz—retomó Viktor—. No podrás ejecutar correctamente el amago de Wronski con esa escoba, y aún no sabes manejar bien la Saeta de fuego, pero puedo enseñarte otras maniobras igual de buenas y mucho más útiles.
Antes de que Yuri pudiera responderle, Lilia Baranovskaya entró a toda prisa al campo de vuelo, con un semblante mucho más severo de lo normal, y de inmediato se dirigió a Viktor.
—¿Ahora qué hiciste?—cuestionó Yuri al de ojos azules.
—¡Nada! Estaba demasiado ocupado con los TIMOS para...¡Hola Lilia!—saludó Viktor con su tono más encantador—. Si esto es porque en la prueba de Cuidado de criaturas mágicas le dije al examinador que Yakov me había dado permiso para tener un Crup* sin licencia...
—Debes venir conmigo, ahora—dijo la mujer a Viktor—. Es Katsuki. Está en la enfermería.
Viktor palideció al instante. El alfa sintió que sus pulmones se quedaban sin aire y su corazón se estrujaba en un nudo.
—¿Qué le pasó?—preguntó Yuri en lugar de Viktor, que estaba demasiado angustiado para hablar. Lilia vaciló antes de responder.
—Katsuki fue atacado. Los responsables fueron detenidos y nos encargaremos de sancionarlos. Pero ahora lo más importante es que él...
Viktor echó a correr, casi embistiendo a Yuri Plisetsky en su carrera. Pese a que el rubio le reclamó y Lilia le gritó que aguardara, no los escuchó. Sus instintos de alfa no solo le gritaban que debía buscar a su omega, también le señalaban que le había fallado. Yuuri fue herido y él no estuvo ahí para protegerlo.
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Con aroma a ti
FanfictionUn inesperado accidente con la poción de amor más poderosa conocida, parece ser justo lo que hacía falta para que Viktor, Slytherin sangre pura, y Yuuri Katsuki, Gryffindor omega nacido de muggles, descubran que lo que sienten va más allá de una sim...