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Con la llegada de febrero, así como el invierno empezaba a terminarse, las clases también llegaban a su fin. Taehyung había finalizado sin pena ni gloria con sus exámenes, ninguna nota excelente (porque tenía demasiado en mente y le costaba concentrarse en sus estudios) pero sin problemas mayores. Con su nueva adquirida libertad, tenía mucho más tiempo sin obligaciones, lo que significaba mucho más tiempo para pensar en cosas que realmente no quería pensar, todas sobre la misma persona.

Como llevaba varios días haciendo ya, su intención era ir al refugio para mantener su mente ocupada haciendo cualquier cosa o, en otras palabras, estar tan atareado como para no tener tiempo de divagar en los miles de pensamientos sobre su situación incierta con Jeon Jungkook que cruzaban por su cabeza en esos días. Ese era el plan esa mañana de sábado: realizar la mayor cantidad de tareas posible para apagar su cerebro, al menos por un rato. Podía limpiar los espacios de los animales, alimentarlos, atender a cualquiera que estuviera herido o enfermo, incluso bañarlos. Hasta podía pasar tiempo con Gureum, como venía haciendo desde que lo rescataron de Busan, aunque resultaría un poco contraproducente porque cada vez que lo veía pensaba en su antiguo dueño y eso era justamente lo que no quería hacer.

—¡Buen día! —saludó al entrar, dejando la caja de galletas de chocolate que había robado del trabajo sobre el escritorio de la recepción.

—Taehyung oppa, buen día —saludó Yerim, recién incorporada al equipo, sonriendo tras abrir la caja—. Uy, me encantan estas cosas.

—Sólo lo mejor para ti, Kim Yerim —bromeó, batiéndole las pestañas—. ¿Tienes alguna tarea para mí?

—Pegamos la lista de tareas allá —indicó la chica, señalando un tablón de anuncios colgado a unos pocos pasos del escritorio—. Por ahora sólo llegó Minho oppa así que tienes varias opciones para elegir.

—Qué buen sistema, ¿fue idea tuya? —cuestionó, a lo que ella asintió orgullosa—. Ah, pequeña eficiente, ya veo.

Yerim soltó una risita que Taehyung imitó, entonces se acercó hasta el tablero de corcho y revisó la lista de actividades pendientes para examinarla y elegir una. Tras escribir su nombre al lado de la tarea que se había asignado, bañar a los cachorros, tomó una galleta de la caja y la comió camino al cuarto donde tenían a los perritos más pequeños. En su breve recorrido por el pasillo fue mirando a través de las paredes transparentes, sonriendo cuando alguno de los perros notaban su presencia y le movían la cola, y cuando ya casi llegaba a su destino notó algo que lo hizo volver sobre sus pasos: Gureum no estaba con los demás perros adultos. Antes de permitirse asustarte, Taehyung volvió sobre sus pasos para llegar al espacio de los perros más grandes, donde estaba Minho dándoles de comer.

—Taehyungie, hola —saludó el mayor, animado como siempre—. Llegaste temprano hoy.

—Sí, quería pasar toda la mañana aquí —dijo él sin darle mucha importancia, más preocupado por Gureum que otra cosa—. Hyung, ¿dónde está Gureumie?

—¿Gureum? —repitió Minho, extrañado—. Se lo llevó Jeon Jungkook, Tae.

—¿Cómo dices?

A juzgar por la expresión confundida en el rostro de Minho, él tampoco estaba entiendo nada de lo que sucedía en ese momento.

—Anoche vino a buscarlo, pensé que sabías —balbuceó Minho, frunciendo el ceño—. Como ustedes dos son tan cercanos, creí que... ¿no sabías?

—Supongo que se me había olvidado, ando algo distraído últimamente —mintió, porque eso era más fácil que decir la verdad.

—Taehyung, tú sabes que puedes hablar conmigo de cualquier cosa, ¿verdad? —le dijo el mayor de repente tras un breve e incómodo silencio, apoyando una mano sobre su hombro—. Sé que sueles recurrir a Jimin para eso, pero también estoy aquí para ti cuando lo necesites.

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2020 ⏰

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Spring Break❀ (VKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora