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Maratón 2-2.

Axl apretó con presión los costados de su asiento al escuchar a una de las azafatas dando por terminado el vuelo. A pesar de que van en el sector de primera clase, tienen más de cuarenta personas a su alrededor que los observaron durante todo el viaje. No fue difícil para Slash, porque enseguida apoyó su cabeza contra el respaldo del asiento y comenzó a roncar. En cambio, Axl se sintió observado la mayor parte del tiempo, y por lo tanto... Incómodo.

Axl esperó a que todos los demás pasajeros bajen, no porque se sienta intimidado por ellos, sino porque tardará un buen rato despertar a Slash.

—¡Slash! —exclamó sacudiéndole la pierna.— ¡Slash!

Slash se acomodó del otro costado, apoyó su mejilla contra el respaldo de la silla, abrió su boca y siguió roncando.

—No puede ser. —rodeó sus ojos el pelirrojo.

Se levantó de su asiento y se dirigió a una de las bandejas donde están las distintas bebidas apoyadas. Como ya bajaron los demás pasajeros y las azafatas están ocupadas hablando con el piloto y copiloto, aprovechó para tomar una de las botellas y dirigirse directamente a Slash. Quitó la pequeña tapa y ubicó el recipiente sobre la cabeza de Slash, hecho esto, el morocho no tardó en mojarse hasta su cintura con Whisky.

Enseguida sacudió su cabeza, parpadeó varias veces hasta lograr abrir sus ojos y se levantó del asiento algo alterado.

—¿¡Qué mierda te sucede!?

—Sólo quería que te despertaras.

—¿¡Y era necesario volcarme Whisky!?

—Sí.

Slash calló su boca, realmente las respuestas de Axl lo superan. Y no puede perder su paciencia con él, sobre todo porque el pelirrojo estuvo nervioso durante todo el vuelo... Y Slash apenas pudo notarlo.

—No me mires así porque terminaré perdonándote. —se quejó Slash.

Y es que el rostro de Axl parece de un niño lastimado. Tiene los ojos brillosos con cierta ilusión de lo que pueda pasar hoy, pero también una mirada algo dolida de regresar al lugar que tanto deseó escapar en algún momento de su vida.

—Vamos. —terminó diciendo Slash.

Una vez que bajaron del avión y acomodaron sus cosas en la línea de la vereda esperando por un taxi, Axl no evitó sentirse invadido por la cantidad de recuerdos que el aire y paisaje del lugar le trae a su mente

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Una vez que bajaron del avión y acomodaron sus cosas en la línea de la vereda esperando por un taxi, Axl no evitó sentirse invadido por la cantidad de recuerdos que el aire y paisaje del lugar le trae a su mente. 

Y, a pesar de que son Axl Rose y Slash, no muchos taxis quisieron llevarlos hasta donde sea que quisieran ir cuando salieron del aeropuerto. Y no porque sean Axl Rose y Slash, sino porque Slash está empapado de Whisky y huele muy mal.

Mi guardián. (Slaxl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora