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Axl regresó al penthouse después de pasar un día completo en el hospital, con pasos arrastrados y pesados se dirigió a su habitación notando que la casa está totalmente vacía. Entró a su baño y se dio una buena ducha, secó su cabello y estaba a punto de irse a dormir, pero sintió la necesidad de buscar a Slash y hablar con él.

Las cosas se salieron un poco de control, después que Slash llevara a Axl al hospital, se quedó un rato con él y se retiró del lugar jurando que encontraría a Duff. Así que el pelirrojo terminó de curar sus heridas y volvió al penthouse.

Si bien agradece el apoyo que últimamente Slash está demostrando, de igual manera está harto de que siempre haya peleas. Y que Slash quiera buscar a Duff para matarlo, significa una sola cosa para ellos: Axl lo manipuló para que lo haga, ya que el morocho jamás «mataría» a su amigo.

Así que debe ponerle los límites a Slash antes que las cosas empeoren más de lo que ya empeoraron.

Salió de su habitación y caminó por el pasillo hasta la puerta de Slash, golpeó un par de veces y al no recibir respuesta, creyó que no había nadie dentro, sin embargo, se llevó una gran sorpresa cuando la puerta se abrió y se enfrentó a un Slash vestido únicamente de bóxer negro.

Axl ya lo había visto desnudo o semidesnudo en otras ocasiones, pero es la primera vez que se siente nervioso al mirarlo.

—¡Volviste! —exclamó el morocho sonriendo.— Justo iba a vestirme para ir al hospital.

—Sí, yo... Um —llevó su mano al cuello—. ¿Puedo hablar contigo?

—Claro. —sonrió abriendo la puerta.

Axl ingresó y notó que la habitación de Slash está completamente desordenada: Vinilos desparramados, prendas sucias, calzones colgados en distintos rincones y la cama sin arreglar.

Se paró en el medio de la habitación, dejando atrás la cama, y Slash se dirigió hasta frente a él sin antes cerrar la puerta.

—¿Qué sucede? —pregunta de buena manera.

Axl no quiere que Slash se enoje por «ponerle los límites», y es que no está seguro de cómo son las reacciones de Slash cuando alguien le dice qué hacer.

—Escucha, yo... No sé cómo decirlo. —se tomó un mechón de su cabello rojizo y comenzó a jugar con sus dedos haciendo ondas.— Pero, no quiero que esta pelea con Duff, Matt y bueno... «Los otros» continúe. —soltó su cabello.— Quiero que termine de una vez por todas.

—Eso es lo que quiero yo también...

—Y es por eso que de nada servirá seguirles el rollo. ¿Entiendes? —lo interrumpió elevando un poco su tono de voz.— Digo, no entiendo bien por qué tienen tanto odio pero...

Slash suspiró.

—¿Tú lo sabes, no? —preguntó Axl.

—Sí. —levantó su hombro como si no tuviera importancia.— Duff y Matt creen que tú eres un hijo de puta por muchos motivos. Primero porque según ellos, manipulas a las personas para que todo salga como crees que tiene que salir. Segundo, te follaste a cada novia que tuvimos cada uno de nosotros. Tercero, arruinaste el concierto y la gira de Metallica. Cuarto, tu humor a veces es... Demasiado bipolar. Quinto, te tienen envidia porque siempre fuiste el... Más llamativo, el líder, el que más chicas tiene, el más lindo y el que mejor nivel musical tiene.

Axl se cruzó de brazos arrugando su nariz. Es cierto, en un principio no era tan buena persona... Y cometía sus errores, pero la verdad es que no estaba pasando un buen momento cuando surgían sus raras actitudes... Estaba tan explotado, abatido y cansado de su vida que ya no tenía ganas de seguir viviendo una vida normal así que... Se alocaba un poco.

Mi guardián. (Slaxl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora