NO TOXICO

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El goteo incesante de las tuberías rotas rompía el silencio de la habitación. Era un lugar sucio, frio, húmedo y maloliente. Pero era lo de menos.

Le había costado caro abandonar su fachada, pero de nuevo; la situación lo valía.

Así que ahí estaba; esperando, analizando sus próximos pasos.

— ¿No escuche lo que dijiste? Repítelo por favor—

Se escucha entonces un sonido lejano, como liquido espeso que se derrama con lentitud. El aparato estaba herrumbroso, y era; según la manera en lo que la que fue pedido, más pequeño que su víctima.

—Pero si no puedes hablar, verdad— su risa suave hizo eco en el lugar, cortesía de a quien ahora le debía ciertos favores. Se levantó de su cómodo lugar, caminando hacia una pequeña mesa, tomo un enorme clavo de punta roma, acariciándolo con sus delgados dedos. —Sabes, esto; aunque no quiera admitirlo, no solo lo hago por Tai-chan— dijo, levantando el clavo, hundiéndolo despacio y con algo de dificultad debido a la oposición de la piel y los músculos —Mi muy amado padre me educo para servir, Eres un doncel; dijo, por lo tanto solo preocúpate por el esposo que te consiga y dar niños varones, que humillante no poder heredar más que escoria como tú, eso es algo cruel para escuchar sabes; un niño de escasos 5 años no debería escuchar esas palabras de su padre, un padre al que admiraba—

Kouki saco con rapidez el clavo, haciendo que salpicara algo de sangre por la acción, los guantes negros militares que portaba se mancharon, pero no le dio importancia.

—Eres grosera por no responder a mi palabras— le dijo, hundiendo una vez más el clavo en el lado contrario, sudaba un poco debido al esfuerzo, el aire viciado del lugar no ayudaba y el charco de sangre poco a poco iba creciendo bajo sus pies le provocaba repugnancia—Prometí que haría un buen trabajo haciéndote sufrir y eso hare, así que para fines más prácticos te inyecte un anticoagulante, no queremos que te desangres antes de tiempo, también una dosis pequeña de analgésicos, así no te iras a cual sea que sea tu lugar feliz, los torturados suelen disociar e irse a ser felices en sus mentes, no; en definitiva no mereces esa opción—

El aparato comprimía el cuerpo de la madre o la que debió comportarse como madre de Taiga tenía solo un espacio para los ojos, mismos que le veían inyectados en sangre, quizá por el dolor, quizá por la furia de sus acciones.

—Puedo ver en tu mirada aun el odio por Tai-chan, por el hecho de no haberte quedado con el pequeño Hiro, pero dime ¿Qué ibas a hacer con él? ¿Convertirlo en un abusivo cono Nash, un monstruo como tú? No lamento para nada que tus planes se frustraran—

Para ese momento Kouki ya llevaba insertados más de 10 clavos, los cambiaba de lugar cada cierto tiempo, haciendo que el dolor fuera molesto más no mortífero. Kouki continuaba hablando con su víctima, le contaba las novedades que sabía de Taiga, los planes de futuro que de seguro llevaría a cabo —Quizá piensas que vas a salir con vida de aquí... eso no será posible...—

La doncella que Aomine había mandado a hacer, tenía un solo fin. El sufrimiento, por dentro constaba con pequeños clavos gruesos, no más grandes que la palma de una mano y así la mujer continuó sufriendo durante dos días antes de morir.

Kouki se había tomado su tiempo con ella, tenía muchos planes a decir verdad pero Angélica al final había perdido la vida demasiado pronto para su gusto. ¿Quién iba a decir que él estaba tan bien versado en métodos de tortura?

—Veo que el trabajo está hecho Kouki— escucho el castaño a sus espaldas mientras se quitaba los guantes sucios —Debo decir que; sí que le pusiste mucho empeño—

El CHICO DE LA CLASE NOCTURNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora