V. El calor de la taza al frío de tu alma

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Recuerdo cuanto nos gustaba ir a tomar a una cafetería,

pasar horas mientras que la lluvía golpeaba la ventana

y la música jazz sonaba suavemente dejándonos disfrutar,

dejándome disfrutar de tú persona.

Tú compañia era tan cálida...

tan auténtica, tan tú.

Hoy volví a esa cafetería, solo que sin tí.

Me iba a sentar en la que solía ser nuestra mesa...

No contaba con que tú estarías sentada ahí.

Dejándo que alguien se metiera en nuestro local,

Se metiera entre tus brazos;

Se meteriera en nuestra historia... en nuestro amor.

Y como conmigo, le sonreías;

Eras cálida....volvías a ser tan tú.

Ni siquiera notáste que estaba ahí,

y cuando lo hiciste, recibí la mirada que nunca quize me dieras.

La que me hizo gritar a media noche entre pesadillas

y escribirlo entre insomnios, lágrimas y madrugadas.

No quize decirte nada, no quize mirar otra vez.

No pensaba enfrentar mis miedos en ese momento,

Ni enfrentar los demonios de tú mirada... así que me fui,

con la taza en la mano y el corazón derrumbado.

No necesitaba de que el invierno llegasé,

suficiente con el que tenía en el cuerpo gracias al nevar de tú mirar.

Ojalá que cuando bebas tú té, se pase el calor de la taza al frío de tú alma.

When You Can't Sleep At NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora