Capítulo 19

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Poder pasar esos pequeños momentos de intimidad era lo único que los animaba a seguir luchando. Embry se había acostumbrado a ir a casa de los Cullen, aunque se seguía sintiendo incómodo por la presencia de los vampiros. Por su parte, Dennis había aceptado permanecer en absoluto reposo hasta que Carlisle le diera el alta definitiva, pero cada día que pasaba estaba más inquieta por sentir la libertad. Además, la habían informado que su casa estaba terminada y quería ir en persona a ver como había quedado tras la restauración.

Lo único que le seguía dando miedo era ver a la manada. Había hablado por teléfono con Sam y Emily, pero no se había enfrentado a ellos en persona y mucho menos al resto de Quileutes. Tenía miedo de ver sus rostros tras descubrir su auténtica forma, pues los transformistas felinos siempre habían recibido un gran rechazo por parte de la gente, por su casi inexistente capacidad de control tras sus cambios, pero sobre todo por el salvajismo y la ferocidad con la que atacaban. Era cierto que se perdía a sí misma completamente con cada cambio de forma, y por eso siempre temía perder el control cerca de la gente. Durante años intentó controlar a su bestia interior, pero era imposible, nada ni nadie había conseguido que la fiera se tranquilizara.

-Dennis- la voz de Embry la asustó. Estaba tan metida en sus pensamientos que no se había dado cuenta de cuando había entrado el chico en la habitación y se había sentado a su lado en la cama-. ¿Estás bien? - la preocupación en su rostro la hizo sonreír al pensar que podía haber encontrado aquello que la ayudase con su felino interior. Aunque aquello solo eran hipótesis que había surgido en su cabeza tras hablar con Jenny y saber que Embry consiguió tranquilizarla tras su transformación.

-Estoy perfectamente- acarició con dulzura el rostro del Quileute-. Un poco aburrida y frustrada- el rostro del chico se sonrojó ante la insinuación de Dennis. Ambos querían dar rienda suelta a su deseo, pero se tenían que reprimir hasta encontrar un momento en el que estar solos.

-El doctor dice que ya puedes salir- Embry no pudo terminar la frase, porque Dennis había saltado de la cama con tal velocidad que habría impresionado a cualquiera que no supiera nada sobre su naturaleza.

Con rapidez se metió al baño y salió diez minutos después completamente duchada, vestida y con una radiante sonrisa de oreja a oreja.

-Salgamos- el Quileute no pudo evitar reírse ante su alegría desbordante -. Necesito aire fresco. Necesito sentir el bosque. Necesito libertad.

-Relájate un poco- ambos se giraron hacia la puerta donde estaba Carlisle con Esme-. Estas completamente curada, pero conociéndote eso no durará mucho.

-Sé que me habéis dejado más tiempo encerrada para vigilarme y que no hiciera locuras- Dennis metía a toda prisa su ropa en las maletas que había llevado el primer día a casa de los vampiros-, pero ahora pienso correr libre- la pareja no pudo aguantarse la risa ante sus palabras-. Y aunque me guste mucho estar con vosotros, y que me cuidéis tan bien, tengo que irme a mi casa, la cual pienso estrenar esta noche- Embry sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar las palabras de su novia. Le había pedido la noche libre a Sam para poder estar con Dennis más tiempo, pero ahora preveía que esa había sido una mala idea o una demasiado buena.

-Si necesitas algo llámanos- Esme la abrazó con fuerza. Sentía mucha pena al dejarla marchar, pues ya se había acostumbrado a tenerla allí, al igual que a Alexei, que prudentemente abandonaba la casa cuando sentía la presencia de Embry cerca. Nadie quería que surgiera otro enfrentamiento entre ellos, sobre todo, porque Embry se había visto superado por la ferocidad y fuerza del felino-. Llámame todos los días.

-No os tenéis que preocupar tanto- Carlisle sustituyó a su esposa en el abrazo-. Estaré en la Reserva y pienso venir muchas veces a veros. No es como si me fuera para siempre.

Noche sin Luna [Embry Call y Dennis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora