Julie puso las tazas sobre la mesa para recargarse en él.
Aris río por el gesto y puso una mano alrededor de ella.
-¿A qué viene esto?
Julie lo miró.
-No lo arruines, grandote.
Permanecieron un momento así hasta que Julie tomó una de las tazas para beber el café.
-Mañana mismo enviaré la carta pero ¿qué quieres hacer después?
Aris levantó los hombros mientras hacía una mueca.
-Supongo que solo quiero seguir componiendo y ver qué pasa después, me sentía realmente torturado ahí dentro no podía hacer la música que me gustaba, sentía que toda la creatividad en mi estaba muriendo.
Julie puso su mano sobre las de él.
-Estoy bien, en serio no es necesario que me acoses.
-Oh por Dios, Aris.-dijo golpeándolo suavemente.
Aris río y la envolvió en sus brazos bruscamente mientras le daba en beso en la cabeza.
-Eres una tonta.
(...)
Habían pasado dos meses desde que Aris se había deslindado de sus responsabilidades con la banda y la disquera.
Había pasado estos meses de ermitaño en su casa componiendo, tocando instrumentos y pintando. Nunca se había sentido tan bien.
Sonó el timbre.
-Maldición.-se miró las manos llenas de pintura.
Se limpió las manos como pudo y fue abrir, no había nadie tan solo una carta con las iniciales H y M y su propio nombre a un lado, la sostuvo en sus manos con duda pero finalmente le ganó la curiosidad y la abrió.
Estimado Aris:
Esperamos que esta carta te halle con buena salud, nos enteramos de tu salida del grupo Grim Crimson y queremos proponerte algo; no es lo mejor si te lo decimos por este medio preferimos que sea en persona. La dirección la encontrarás abajo, tienes hasta el día de mañana para pensarlo.
Pd: Esta carta también se ha enviado a dos colegas tuyos.
Lime Street 115
11 a.m.
H y M
Aris cerró el sobre mientras entraba de nuevo a su casa, no sabía muy bien que pensar, miro la carta de nuevo. Parecía bien escrita, todo en orden pero no podía dejar de pasar en alto esas iniciales, ¿era tan secreto o tan íntimo lo que habrían de pedirle que ni siquiera se atrevieron a firmar con un nombre como tal?
(...)
Y ahí se encontraba Aris, justo delante de Lime Street, sostenía un café en una mano y en la otra la carta.
Dijeron que le habían enviado la carta a dos personas más pero la verdad es que no veía a nadie.
-Ya no necesitarás esto, déjame desecharla por ti.
El sujeto le tomó ágilmente la carta para después guardarla adentro del bolsillo de su gabardina.
-Por poco y dejo caer mi café, maldición.-miro al sujeto con reproche.- ¿tú eres el remitente de la carta?
-Lo siento por la formas supongo que son los gajes del oficio.-dijo echando los hombros para atrás.- y si soy H, si me acompañas todo tomará más sentido te lo prometo.
Aris lo miró con mala cara para después de unos segundos seguirlo.
-Eres tan curioso como un gato, si te soy sincero ni M ni yo esperamos que vinieras.
-La carta decía que había dos personas más que habían recibido una igual, ¿quiénes son?
-Así es, ya los conocerás, si te sirve de algo son músicos como tú.
El resto del trayecto fue silencioso, Aris sentía desconfianza pero nadie le había puesto una pistola para aceptar la invitación, tal como decía H era curioso y a veces odiaba serlo pues le traía situaciones inciertas como esta, se obligó a salir de su trance cuando H se paró en lo que parecían ser los viejos edificios abandonados de Legny inc, una marca de muebles de los cincuenta que había dejado de funcionar con el tiempo.
H se sacó una llave de la gabardina abriendo así la puerta, Aris se sorprendió, no era para nada parecido a como lucia por fuera, parecía el lobby de un hotel vintage, con muebles que apostaba eran los originales de la marca pero reformados. Sobre una larga mesa había varias computadoras, mientras que las paredes de al lado estaban cubiertas por altas estanterías con libros y las que no, tenían cuadros colgados del mismo estilo que todo el cuarto.
H se aclaró lo garganta.
Era tanta su fascinación con el cuarto que no se percató que había tres personas más que ellos en el cuarto.
-Oh perdonen.-dijo mirándolos.
-No hay problema, soy M.-le ofreció la mano a Aris.
-Debí imaginarlo.-dijo estrechándola.- tú sabes por los uniformes.
-Sí, te presento a los dos músicos a quienes se les fue enviado una carta también, Dio y Plat.
Aris les di la mano a cada uno y tomo asiento en el mismo sillón aunque manteniendo una pequeña distancia.
-Ya que están todos aquí, podemos empezar a hablar de que va el asunto.
Los músicos asintieron.

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Police in band
Ficción GeneralDespués de que echaran a Aris de la banda donde pertenecía, este se ve buscado por unos agentes para crear una nueva y así con su ayuda seguirle la pista a un criminal.