13

165 17 0
                                    

Mi camino de la casa al granero me hizo levantar la mirada al cielo, para admirar aun mejor a la luna. Era hermosa y viéndola desde un lugar como este, donde no había luces de edificios ni de la ciudad. La luna estaba rodeada por las estrellas que eran invisibles en la ciudad.

Entré al granero y miré por todos lados, solo estaban los animales, pero no estaba Nicolas.

-¿Nicolas? -lo llamé esperando que estuviera escondido en algún lado, pero no hubo respuesta, por lo que regresé a la casa

Entré por la puerta de enfrente y caminé por el pasillo. Era extraño que no se escuchará ningún ruido cuando Alisa se había quedado en la cocina preparando la cena.

Caminé a la cocina, pero bajé mi paso cuando comencé a ver manchas de sangre en el suelo, eran gotas, pero era demasiada sangre como para que fuera una simple herida pequeña, me preocupe por Alisa, fue la única que estaba en la cocina, por eso dejé el camino de gotas atrás y fui corriendo.

Entré a la cocina siguiendo el camino de sangre del otro lado de la mesa, no había nadie, pero la puerta estaba abierta. Esto era muy extraño. Caminé a la puerta para ir de nuevo al granero esperando encontrar al dueño de la sangre, pero cuando iba a salir, escuché un disparo que me hizo detenerme y dar un salto de la sorpresa.

La puerta del granero estaba cerrada, pero después del disparo, se abrió, en ese momento corrí dentro de la cocina y me oculté en la alacena, pero no escuche que entraran por la cocina.

Al contrario, escuche como bajaban las escaleras.

-¿Alisa? -era Isabel

No sabía quién había disparado o qué había pasado, pero no creo que sea nada bueno, por lo que salí de mi escondite para intentar traer a Isabel a un lugar seguro y después buscar a Alisa y a su padre.

-¿Papá? ¿Nicolas?

Pasó por la sala, pero creo que tuvo intenciones de ir a la puerta, pero la puerta se abrió antes de que ella pudiera. Me asome por la cocina para poder ver.

El padre estaba en la puerta, con una escopeta en las manos, mirando a su hija como si viera a una cosa.

-¿Papá? ¿A qué le disparaste?

El padre no dijo nada, tomó la escopeta con su otra mano, cortó cartucho y le disparó. Justo en el abdomen, haciendo que Isabel se fuera hacia atrás y cayera de espaldas sobre el suelo.

¡Oh por Dios!

Me cubrí la boca con mi mano para no soltar un grito de susto y me oculté. Mis manos... todo mi cuerpo estaba temblando descontroladamente, en cualquier momento seguro que me haría pipi del miedo.

Acababa de ver a ese hombre dispararle a su hija, sin piedad y seguramente el disparo del granero fue a alguien más. Alisa era la única que estaba en la cocina.

Alisa esta muerta, no puede ser, no puede ser.

Comencé a respirar aceleradamente y mi cabeza comenzó a darme muchas soluciones o modos de salir de aquí.

-Felix

La mano en mi brazo y mi nombre me hicieron saltar del susto. Pero ver a Alisa con vida, me regresó un poco la calma.

-Debemos salir de aquí, vamos al pueblo y pidamos ayuda -dije con voz acelerada

-Primero escondámonos, papá esta en el estudio, vamos

Me tomó de la mano y los dos salimos corriendo de la cocina, ella se quitó los tacones y de ese modo subimos corriendo las escaleras hasta su habitación. Esperábamos encondernos, pero cuando entramos a la habitación, escuchamos cómo su padre subía las escaleras, tranquilo.

-Ya viene -dijo ella asustada

Miré por todos lados buscando lugares donde pudiéramos escondernos.

-Ven -Alisa me tomó de la mano y me llevó a su armario, abrió las puertas de par en par y corrió un poco los ganchos con la ropa de modo que tuvimos acceso a la pared por completo. No entendía a dónde quería ir, pero cuando se tumbo en el suelo y con prisa clavó sus uñas en la pared, vi cómo una pequeña puerta que se había camuflajeado con la pared, se comenzó a abrir -entra -me ordeno al mismo tiempo que tomaba mi mano y me jalaba

No dije nada y entré, era un lugar pequeño, pero si los dos nos hacíamos bolita, podíamos estar aquí muy bien.

-No hagas ruido -tomó la puerta y la quiso cerrar

-Espera -la detuve -entra conmigo

-No hay espacio, la puerta no se puede cerrar desde dentro, no puedo

-Alisa, quédate aquí, yo iré con tu padre -quise salir, pero ella me detuvo del pecho, me empujo dentro de nuevo y cerró la puerta

-Alisa, abre, Alisa -seguro que estaba deteniendo la puerta desde fuera porque no podía abrirla por más que empujaba

-No hagas ruido -dijo ella

Escuché como volvió a correr los ganchos de la ropa y como cerraba las puertas del closet.

Escuché sus pisadas directo a la puerta y la cerró, mientras se escondía debajo de la cama.

Iba a salir de aquí, pero en ese momento escuche como abrían la puerta de la habitación y por instinto me quede quieto.

El piso de madera era de gran ayuda, se escuchaba con claridad como se movía por toda la habitación, con la misma calma con la que subió las escaleras. Aún seguía temblando increíblemente, como nunca en mi vida lo había hecho.

Escuché como cortaba cartucho y mi corazón latió aun más fuerte.

Maldición, maldición, maldición.

Escuché como disparaba, cortaba cartucho y volvía a disparar, volvió a cortar cartucho y disparó de nuevo.

No escuche ni un grito por lo que confiaba en que no le hubiera disparado a ella, pero todo cambio cuando escuché como algo se arrastraba en el suelo, como si fuera un cuerpo. No quería hacerme ideas, pero no pude evitar pensar en que había sido Alisa a la que arrastraba por el suelo.

Escuché cómo se alejaba de la habitación, con pasos torpes al estar arrastrando lo que fuera que arrastraba, los pasos no bajaron las escaleras, sino que se movían a la habitación del fondo de la planta de arriba. Nunca había ido a ese lado, es donde está la habitación del padre y una habitación cerrada con llave.

En ese momento me di el valor de salir corriendo de aquí. Empuje la puerta con fuerza y me tope con la ropa, empuje las puertas del armario y salí. Lo primero que vi fue la cama, con disparos, tres y después una mancha de sangre en el suelo, que marcaba el camino por donde había sido arrastrada.

En ese momento el pánico, la adrenalina, la desesperación y todos esos sentimientos se volvieron locos y me hicieron querer llorar. Unas cuantas lagrimas escaparon y por un momento un gemido que tuve que ahogar colocando mis manos sobre mi boca.

No es momento de llorar, debo salir de aquí, buscar ayuda y pedir porque los disparos no hayan sido mortales.

My Wonderland (LeeFelix - Stray Kids)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora