Cuarta Alma

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『❝¿Quieres saber mi historia? Deberías ver mis brazos. En ellos se encuentran las cicatrices que cuentan mi vida❞』

La pequeña campana que estaba sonando
en lo más profundo de algún lugar del que él realmente no tenía conocimiento,emitía un sonido estridente, molesto, no suave y
tintineante, que hacía que su cabeza doliera y su cuerpo se sintiera en una especie de limbo del que no había retorno.

Estaba flotando en el vacío infinito, donde no había energía ni movimiento, sólo obscuridad, una obscuridad adyacente a los sentimientos en su interior que en ese instante estaban revueltos, lo eran todo, pero eran nada.

Eran una nada escalofriante, igual que su sentir, ahora totalmente nulo.

«Vamos, ¡Abre los ojos!»

Escuchó, pero no podía definir con claridad de donde venia ese sonido. Estaba cerca, lo sentía, pero el eco lo hacía sentirse bastante alejado, totalmente externo al entorno que en
ese momento estaba frecuentando.

Estaba frecuentando algo, si quiera

Un toque extraño y doloroso en su mano lo hizo alertarse, Eran los demonios que vivían en su interior queriendo llevárselo?

«¡Despierta!»

«Despierta»

«Despierta...»

«Despie..»

Tan insistente voz chillona pero dulce. Quería que se callara.

Desde que habia empezado a hablar se sentia realmente extraño. ¡Era exactamente eso!

¿Por qué estaba sintiendo? El no quería sentir nada. Quería desaparecer en la nada infinita,

¿No era eso posible?

Un pitido que caló hasta lo más profundo de su cabeza, utilizando los oídos como pasaje, ocasionó un gran dolor de cabeza, uno insoportable. Sentía que su cráneo en cualquier momento estallaría, su cuerpo ahora magullado y totalmente dolorido intentando moverse pero sin poder hacerlo.

Y entonces...

Cuando sus ojos se abrieron, lo primero de lo que tuvo conocimiento fue de una luz cegadora que lo hizo volver a cerrarlos por inercia. Su cabeza ahora dolía de verdad, y el agua salada que resbalaba por su cuerpo hacia que su cuerpo ardiera como si hubieran heridas invisibles, pero no lograba ubicar bien el ardor.

Su estómago estaba revuelto y él tenía ganas de vomitar, y por si fuera poco, una molestia punzante en su vientre no lo dejaba en paz. Boqueó en busca de oxigeno cuando se le dificultó respirar y se encontró con que el aire del ambiente era realmente frío, lo cual no explicaba el porqué del insistente sudor cubriendo su cuerpo.

Esta vez, lentamente y con miedo, apartó su mano, intentando acostumbrarse un poco a la luz del ambiente, aunque era un poco difícil para él hacerlo.

Abrió su boca queriendo hablar pero no pudo hacerlo, y sus ojos se llenaron de lágrimas en consecuencias. Quiso moverse, pero tampoco pudo hacerlo, y siendo cuidadoso, examinó lo poco de su entorno que podia cubrir con su campo visual.

Y se dio cuenta de que no había nadie. La realidad intensa golpeó a Alonso tan fuerte que no supo cómo lidiar con eso, y simplemente, cerró los ojos, aún paralizado, aún asustado.

Ansioso.

Su mente entró en un estado intenso de litost que lo desesperó a tal punto de querer romper a llorar, y se sintió encima de una nube, una nube esponjosa en la que viajaba. Ya no había dolor ni nada parecido.

Almas Gemelas - ⓙⓐⓛⓞⓝⓢⓞ (Adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora