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-Jinsoul, debes tener mucho cuidado, estamos a punto de atrapar a esos estúpidos que prostituyen niños. - Las mismas palabras resonaban una y otra vez en su auricular, la pelinegra podría jurar qué ya se las sabía de memoria.

-Jefa, tú no te preocupes. Con sólo una pequeña grabación de lo que hacen, estaremos preparados. - Dijo Jinsoul sin mover sus labios para que nadie notará que era una infiltrada.

Jung Jinsoul. Policía experta en trabajos en cubiertos. Con sólo 24 años, ha logrado atrapar a una gran cantidad de traficantes, ladrones, e incluso mafiosos.

Y su nuevo objetivo era atrapar la banda que le hacía falsas esperanzas a los "niños" para que trabajarán en un burdel y así, ganar dinero de los pedófilos millonarios, puesto que las mujeres ya no eran tan solicitadas.

Cuando llego a aquel sitio, el cual parecía más una especie de hotel, sintió como la sensación de asco crecía en su interior.

"¿Como pueden hacerle este tipo de cosas a jóvenes inocentes?"

-Estoy entrando.- Fue lo último que dijo antes de abrir la puerta color marrón oscuro y dar apenas algunos pasos. Si no supiera cual era su misión, diría que el burdel era un hotel común y corriente.

-Se fría y recuerda que eres una millonaria que sólo pide una noche.-Su jefa le avisó por décima vez, recibiendo como respuesta un sonoro suspiro.

-¿Le puedo ayudar en algo, señorita?.-Una recepcionista de cabellos rubios y piel extremadamente pálida la saludó con una leve inclinación.

-Quiero una habitación juvenil, fresca y con aspecto elegante. Por una noche.- Musitó con seriedad; cada adjetivo que usaba para describir la habitación, en realidad era un código para pedir una muchacha.

-Tengo justo lo que necesita. Dígame su nombre o apodo para registrarla.- La chica se inclinó exageradamente para que sus pechos fueran vistos por la pelinegra, pero esta simplemente la ignoro.

-Solo escribe "Jung".

-Señorita Jung, su habitación es la 121 y si necesita servicio a la habitación, no dude en llamar.

Finalmente las llaves fueron entregadas a la pelinegra y luego se dirigió hasta el ascensor, la sensación de asco seguía dentro de ella.

Al llegar al segundo piso, salió del ascensor y se dirigió a pasos lentos hasta detenerse en una puerta negra con los numero 121 en color dorado. Tragó saliva pesadamente.  

Abrió con la lleva que le dieron y su sorpresa fue muy grande. Jinsoul estaba que tenía un infarto.

La habitación era de color rojo oscuro, luces tenues y una enorme cama con sabanas negras le daba un toque sensual, pero eso no fue lo que se fijó la policía. Si no que se fijo en la joven que estaba de rodillas sobre la cama, completamente desnuda.

La piel blanca de aquella muchacha contrastaba con las oscuras sábanas. Los labios rosados, pero lastimados de esa chica la conducieron a un trance al igual que su mejilla derecha qué tenía un moretón.

- Dime tu nombre.- Demandó Jinsoul.

- Llámame KimLip.- Dijo la pequeña.

HABITACIÓN "121" |  Lipsoul |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora