Instituto

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Mañana todo sería un nuevo intento. Los amigos con los que tanto reí, ya no están, los profesores que me cautivaron a perseguir mis sueños, desaparecidos, todo mi esfuerzo se había quedado en mi ciudad. Sinceramente estaba asustada. Mi padre me dice siempre "El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente." Nunca lo llegue a entender del todo, no tengo un cerebro poético. Pero el intentaba que lo tuviese, cada noche me leía las poesías que más le gustaban. A mi también me acabaron gustando, me enseñó el arte y la belleza de crear poemas. Representaban lo que sentías y eso era maravilloso.
Me desperté antes de lo normal. Mi horario era despertarme a las 7:30, en la ciudad, vivía un bastante lejos del colegio y gracias a eso, suelo ser la que se levanta primero. Fui descalza hacia la silla de mi habitación. Encima de ella había un bulto de ropa, la mayoría sucia o arrugada. Encima de todo, estaba el outfit que me iba a poner hoy. Siempre me ha gustado llevar ropa 10x tallas más grande que la mía. No es porque me acomplejara mi cuerpo, siempre he creído que cada cuerpo tiene su belleza, da igual como sea, va a ser siempre bello. Me ponía ropa ancha porque era la más cómoda. Me puse una sudadera amarilla con un girasol en el centro. Unos shorts azules oscuros y por último unas zapatillas blancas, en realidad eran marrones de lo sucias que estaban. Lo cogí todo y me dirigí hacia la ducha. Me quite el pijama y me mire en el espejo. Mi pelo rizado estaba por todos lados. Mis ojeras seguían ahí, nunca se iban, pero las miles de pecas hacían que no se notara tanto que no había dormido. Mientras me duchaba, pensé en Bowers, lo ridiculo que se le veía la tarde en la que me robó la Nintendo. "No creo que esté bien de la cabeza" pensé. Acabe la eterna ducha y me vestí. Me seque el pelo y me fui a la cocina.
Añadí leche, huevos, harina y levadura al bol. Lo batí durante un buen rato y lo tiré todo a la sartén. Mientras se cocinaba, calenté un poco de leche y vertí colacao. ¿Queme más de 5 tortitas? Si, ¿me las comí igualmente? Si, y no me arrepiento de nada, ¿he roto el plato favorito de mi padre?  Tal vez ¿Hotel? Trivago. Cuando me acabe mi desastroso desayuno fui a la habitación de mi hermanastro para que moviera el culo, no pensaba llegar tarde por su culpa.
Richie acabó de vestirse y  de desayunar. Abrí la puerta y detrás de ella nos esperaba el bus.
Tenía miedo. Había gente que no había visto en mi y que no parecía muy amable, además, el feto ya tenía amistades, eso significaría que me dejaría sola. Richie se sentó rápidamente junto con su compañero. El chico era bajito y llevaba una riñonera como la mía. Le di un golpe en el hombro al tobogán de piojos (mi hermanastro) como forma de despedida. Cuando me dirigí hacia el único asiento libre, vi a la Bowers Gang, no sabia que iban en bus, mierda. Estaban molestando a un chaval, bromeaban de cómo hablaba, (el chico era tartamudo) mientras le quitaban la mochila. No iba a dejar que una panda de inútiles se metiera con un niño menor que ellos. Ellos me vieron rápidamente y miraron a Henry, como avisándole de mi presencia, el chaval comenzó a hablar:
-Pero bueno, que tenemos aquí, la perdedora de Derry- Henry dijo mientras reía
-Que original, se te ha ocurrido a ti solito?- murmure mientras le miraba de forma amenazante
-Vienés a disculparte de lo que hiciste?- dijo mientras se levantaba -es la única forma de que no te arruinemos la vida-
-Me la arruinaste desde el momento en el que naciste- exclamé con un tono enfadado-¿quieres devolverle la puta mochila al niño?-
-Porque lo digas tu? Mencionó Vic
Patrick era el que tenía la mochila, me miraba de una forma diabólica, no se lo que pensaba, pero tampoco quería saberlo.
-Haremos un trato- opinó Henry mientras sonreía -hoy me he levantado generoso, si te devuelvo el puñetazo le doy la mochila, que opinas?-

Un amor tóxico (Henry Bowers x tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora