BESO 2

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JUAN PABLO ISAZA

Tenía 14 años y tú 12.

Hoy era la fiesta de cumpleaños de tu hermana, lo cual significaba que todas nuestras familias se reunirían a celebrarlo. Habían planeado una fiesta grande para celebrar los 15 años de Laura, y tu mamá insistió en que nosotros pasaramos como chambelanes de ella. Prácticamente aceptamos por obligación de nuestras madres y Villa, era más que obvio que no tenía salida.

-Oiga, nos vemos ridículos- dijo Alejandro

-Es sólo un traje, Alejandro. Los hemos usado cientos de veces- regañó Simón

-Pero ahora es diferente. Media ciudad me va a ver bailar- dijo horrorizado

-Sólo es por hoy, y lo hacemos por Lau. Además, nos divertimos mucho en los ensayos- dije riendo

Todos estuvieron de acuerdo conmigo y pudimos terminar de alistarnos.

Llegó la hora de salir de casa, pero tú y tu madre no aparecían por ningún lado. Tu padre comenzó a enfadarse, hasta que de la nada, bajaron las escaleras.

Te veías preciosa. Jamás me hubiera imaginado lo linda que podías llegar a ser, y estoy seguro que esto no era ni un 10 por ciento de lo que eras capaz.

Llevabas un vestido azul eléctrico, con unos tacones negros y tu largo cabello relucía más que nunca.

-Laura no dejaba que Lia saliera hasta que se planchara el cabello- explicó tu mamá a Mauricio y él sólo asintió

-Te ves preciosa- comentó tu papá y tú te sonrojaste. Susurrando un "gracias"

Todos subimos a la camioneta que nos llevaría al lugar de la fiesta. En todo el camino no pude dejar de verte. Eras fascinante, te veías espectacular. Pero no contaba con que alguien se iba a percatar de que me tenías anonadado

Llegamos al jardín en el que sería la fiesta, mientras recibíamos a todos los invitados, tu madre te mandó a algún lado y desapareciste de mi vista. La fiesta transcurría y tú no dabas señales de vida, lo cual comenzaba a preocuparme

-¿A quién buscas?- preguntó Simón

-Aaa... a nadie, Monchito- evadía su mirada

-Estás buscando a Amelia, mentiroso- se burló

-¿Yooo? ¿a Amelia? Estás loco, Simón- dije entre una risa falsa

-¿Ya terminaste de fingir? Puedo darme cuenta de cómo la miras. Me sorprende que no te haya atrapado alguien antes, pues sé muy bien que no quedaste flechado hoy- dijo levantando las cejas

-No, claro que no

-Ya admítelo- me obligó una vez más

-Está bien, siempre me ha gustado Amelia. Pero no digas nada por favor- supliqué

-No te preocupes, será nuestro secreto- dijo con una sonrisa

Esa frase provocó que un recuerdo llegara a mi mente, y sonreí como tonto frente a Simón.

-Vaya ¿Qué lo hace sonreír de esa manera?- comenzó a burlarse nuevamente

-Un secreto entre Lia y yo- dije antes de alejarme de él

Después de recorrer cada esquina del jardín sin lograr encontrarte, regresé a mi lugar un poco desanimado. Pero ahí fue cuando me di cuenta de que Juan Pablo tampoco estaba en la fiesta ¿Qué demonios estaba pasando?

Laura se encontraba con cara de pocos amigos, y su nariz estaba roja. Al parecer había llorado, pero ¿por qué lloraría en su fiesta de cumpleaños?

Me acerqué con miedo a ella, y antes de poder llegar a mi destino, unos brazos interrumpieron mi camino

-No se acerque, perro. No es buena idea- indicó Alejo

-¿Por qué? ¿Qué rayos está pasando?

-La hermana de Clemencia no ha podido llegar a la fiesta, porque... lo que pasa es que ella venía con los abuelos de los chicos y... bueno

-Alejo ya escúpalo- supliqué

-Tuvieron un accidente en la carretera y no han encontrado a la abuela de los chicos aún

Esto era horrible, peor de lo que pude haber imaginado. Lau debía sentirse horrible de que esto le pasara el día de su cumpleaños.

-Alejo, ella no puede estar sola en este momento, debe estar sintiéndose culpable- comenté

-Pero, es mejor dejarla sola- intentó detenerme nuevamente

-No, a mi no me gustaría que me dejaran solo en una situación así- retiré a Alejandro de mi camino y fui con Laura

Estuvimos conversando un rato y me pidió que fueramos al interior de la casa que se encontraba en el lugar. Ahí ella comenzó a llorar y sacar todo lo que estaba guardando. Terminó por agradecerme y me dio un gran abrazo

-Eres una persona muy linda, ya veo por qué mis hermanos te quieren tanto- dijo antes de retirarse

Entonces ¿Tú también me querías? Pensé en ese momento e involuntariamente se formó una sonrisa en mis labios. Me encantaba la idea de que sintieras cariño por mi, aunque tal vez no fuera de la misma manera que el cariño que yo te tenía a ti.

Iba a salir nuevamente hacia el jardín, pero tu voz me hizo parar en seco

-Gracias por estar con Lau- dijiste a mis espaldas

-No fue nada, sabes que haría de todo por ustedes- respondí

-Esto es muy difícil para todos- sollozaste

Me mataba verte de esa manera. Y también me recordaba a aquella vez que corrí a tu rescate y guardamos nuestro secreto

-¿Puedo hacer algo para ayudarte?

-Sólo abrázame- lloraste más fuerte e impactaste tu cuerpo contra el mío

Tu abrazo era fuerte, como si tu vida dependiera de ello. Llorabas como nunca antes había visto llorar a alguien.

-Quiero que ella esté bien, Juan. No tienes idea de lo que me va a pasar si ella no está bien- gritabas

Tu dolor atravesaba cada parte de mi ser, desarmándolo pieza por pieza. Tenía miedo de que estuvieras peor, y rogaba al cielo por que tu abuela se encontrara con bien, pues no toleraría verte caer.

Sabía que tú eras muy unida a ella, prácticamente su nieta favorita y la adorabas con todo el corazón.

-Todo va a salir bien, Lia- susurré sobre tu cabello

-Esto duele mucho. Y quiero que pare de una vez por todas- dijiste entre sollozos

-¿Necesitas que haga algo más?- anhelaba que tu respuesta fuera la que yo tenía en mente

-¿Sigue funcionando tu remedio para el dolor?- preguntaste mirándome por primera vez

-¿Quieres que lo averigüemos?- no pude obtener respuesta

Tus labios eran lo mejor que alguien pudiese probar en esta vida. Pero anhelaba que nadie más que yo lo disfrutara.

Nuestro beso era lento, pero lleno de necesidad. Por tu lado, tal vez sólo era una escapatoria para tu mente de todo lo que estaba viviendo, pero para mi, oh Amelia, te juro que era como si me estuvieran llenando de vida. No sabes cuánto anhelaba esto desde hace años que me di cuenta que estaba perdidamente enamorado de ti.

-Sigue funcionando- dijiste al terminar con nuestro beso

Te aferraste a mi cuello y depositaste un pequeño beso en mi mejilla

-Gracias, Juan- susurraste

-Haría cualquier cosa por ti- respondí

-Y yo por ti

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Hola
Espero que les esté gustando

Los amo
Alex ♡

11 BESOS [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora