BESO 4

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-Villa ¿hoy podemos ensayar en su casa?- preguntó Simón

-No, lo siento chicos. Hoy acompaño a Lia a su terapia- respondió

-¿Cómo lo lleva?- preguntó Alejo esta vez

-Bien, ya prácticamente son las últimas. Al fin, después de un año de terapia estamos prácticamente fuera de peligro- dijo feliz

Eso nos alegraba a todos por igual, pero mi felicidad probablemente era más grande que la de los demás.

No tienes ni la menor idea de cuánta alegría me provocaba saber que al fin te estabas recuperando. Que al fin volvías a ser tú.

-Oiga, perro- me llamó Villamil

-¿Qué pasa?

-Me preguntaba si usted sabe algo de la chica nueva en la clase de Amelia- dijo algo intrigado

-¿Hay una chica nueva?

-Usted no sirve de nada, Isaza- dijo dando in golpe en mi frente

-Perdón por no estar al tanto de los chismes- respondí con otro golpe en su frente- mejor cuénteme quién es la chica

-No lo sé, por eso le pregunté a usted. Se hizo amiga de Lia y dice que es muy linda con ella. Lo único que sé es que se llama Valeria y al parecer no es de aquí- comentó mientras caminábamos hacia la salida

-¿Pero por qué le preocupa tanto que Lia tenga amigos?

-No quiero que tenga malos amigos ¿sabes?

-No comprendo nada

-Me refiero a que, tengo miedo que alguien le pueda hacer daño, a que en ocasiones las chicas no llegan a ser muy amables con las demás. Y no quiero arriesgarme a que algo malo le pase a Lia, no otra vez- dio un suspiro

No sabía que decirle. Obviamente él iba a preocuparse más que nadie por el bienestar de su hermana, y creo que la idea de que ella repitiera lo de hace un año lo aterraba igual que al resto de nosotros

-Pues sólo el tiempo lo dirá. Tampoco podemos interponernos entre todas las personas que quieran acercarse a ella, o sería sobreprotegerla y eso tampoco estaría bien. Dele su espacio y deje que poco a poco se incorpore de nuevo- sonreí y él devolvió el gesto

-Tiene razón, sólo voy a corroborar de vez en cuando que todo vaya bien

-Sabe que entre todos vamos a cuidarla

-Gracias por todo, perro- me brindó un fuerte abrazo

Si bien, hacía todo esto por amor a Lia, también en gran parte era por apoyar a Villamil. Había sido mi amigo desde que tengo memoria y jamás lo dejaría solo.

En 16 años no he encontrado a personas más leales que él, Aleho y Simón, y cualquiera podría apostar que daría todo por ellos.

-Hola- dijo Lia llegando a nosotros con una enorme sonrisa

-Hola- saludamos ambos

-¿Nos vamos? Tenemos que llegar temprano a la terapia- indicó Villamil a su hermana

-Sólo espera unos minutos, tengo que entregarle este libro a Valeria ¿sí?- dijo la menor con un puchero en su rostro

Ambos reímos ante su expresión y su rostro se tornó rojo, llenandome de ternura el corazón

Llevábamos cerca de 10 minutos esperando y la chica nueva no llegaba. En ese punto recordé que tampoco habían llegado Susana y Martín a nuestro punto de encuentro diario para irnos a casa.

11 BESOS [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora