8- la cafetería.

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Ahí estaba yo, pensando en los mensajes que Jack me había enviado, se preocupaba por mí, pensé, pero nada podía ser perfecto, siempre hay algo que me pasa. Al frente mío estaba él, con su cabello castaño, sus ojos marrones y su polera verde. Es que este chico sabía cómo jugar sus cartas, pero, ¿Qué está pasando?, pensé,  ¿Me está gustando Jack?. De pronto vi como estaba al frente mío, parado con su sonrisa tan hermosa, él sólo dijo:

-hola, ¿Qué tal estás?

-hola, muy bien, ¿y tú? - dije algo fría.

-bien, gracias, ¿Qué te había ocurrido?

-nada, sólo que no quería hablar con nadie- dije fríamente.

-¿ y conmigo tampoco?

- no me di cuenta de los mensajes que tenía, hasta esta mañana.

-oh, cariño, no sabes cuanto te extrañe- dijo tiernamente.

-pensé que estarías ocupado- dije fríamente.

-pues no, sólo me llevé pensando en ti - dijo mirándome fijamente a los ojos.

-claro, pensé que no querías hablar conmigo- alcé una ceja y lo miré.

-fue todo lo contrario preciosa - dijo mirándome seriamente.

-y, ¿Que haz hecho? - dije desviando el tema.

-además de pensar en ti, nada.

-que chistoso eres, ¿no? - dije soltando una risita.

-es la verdad preciosa.

-pues, no te creo- dije seriamente.

-créeme preciosa.

-¿vas a ordenar algo? - dije fríamente.

-un café por favor preciosa.

-¿algo más?

-sí, ¿hoy puedes venir conmigo?

-¿a dónde?

-es una sorpresa.

-hablamos luego, ¿sí? - dije fríamente.

-te llamaré más rato.

-está bien, está listo tu pedido.

-gracias preciosa.

Al dejar de hablar con Jack quedé algo pensativa, podríamos dejar de hablar por un tiempo, pero siempre seguía llamándome la atención, él se adueñaba de mi mente, sólo me pregunto a mi misma, ¿saldré con él? o ¿le dejo de hablar para sacarlo de mi mente?. Una parte de mí, dice que le hable, la otra que no lo haga. Cada vez que hablo con el, mi corazón se acelera y siento un dolor en el pecho, que se que no es físico, es una cosa que te aprieta hasta asfixiarte, eso que no te deja pensar en nada más y provoca que las lágrimas se adueñen de mi rostro. Eran las 18:00 pm, era una hora de cerrar la cafetería, acomodé todo, apagué las máquinas y me dispuse a irme de aquel lugar. Estaba fuera del departamento, cuando, vi a alguien ahí....

al fin encontré el ¿amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora