No te quiero a aburrir con este suceso que te voy a narrar a continuación pero es algo que influirá mucho en esta historia y como veo que estaremos juntos un largo tiempo, seré muy breve, lo más posible.
Había alguien. Su nombre era Carlos, y no te voy a negar que era guapísimo. Era. Tú sabes, de esos tipos que en lugar de que la adolescencia les ayude, los empeora.
Pasó cuando cursábamos 2º año de secundaria. Ale siempre me repetía su principal defecto, decía que porque no quería que saliera lastimada, ojalá le hubiera hecho caso. Yo nunca acepté que él era así, era como decirle a la maestra que trajiste la tarea y que te crea, es un sentimiento horrible, pero claro, esa absurda sensación sólo te pasa cuando eres Annette Fayette. Se que te reíste, incluso yo suelo reírme de mi propio nombre, pero eso no te da el derecho a ti, querido. ¿Puedo continuar?
Nunca acepté su defecto por que era imposible, me sentía hipócrita ¿por qué decir algo que no es verdad? Sin embargo era tan cierto. Él era tan especial cuando no había nadie al rededor, cuando estábamos solos. Él siempre se preocupó por mis problemas, me preguntaba como iba mi día, era compartido, una persona muy gentil. Y creo que fue esa la razón por la cual me enamoré. Vi una luz enorme en él, viví en mi mundo color de rosa por mucho tiempo, hasta hace tres meses eso parece haber terminado. Gente de mi alrededor siempre me dijo que el no me merecía, no era bueno para mí, que me alejara, porque me haría sufrir. ¿Es que no lo ven? Ya estoy sufriendo. Y tú piensas ¿pero cómo alguien tan cuidadoso de todo pudo haber caído? Pues ya ves que del amor no se salva nadie.
Alto, ¿podemos regresar a la parte en dónde mi corazón aun no muere? Gracias.
-era- hermoso, cada detalle de ese año lo puedo recordar a la perfección. Solíamos hacer 'skype' siempre para hacer tareas, escuchar música, platicar. Siempre hablábamos por el medio que se te ocurra. Bromeaba conmigo, bailaba, cantabamos, me abrazaba, y algunas veces hasta me cargó. Él se enteró -le dijeron- de mis sentimientos. Y ahí todo cambió, se aprovechó de eso y poco a poco, lentamente me fue aplastando en un dolor dolorosamente doloroso que -graciosamente ya no se sentía dolor. Si no odio. Odio hacia todo lo que estaba en su alrededor de una manera un poco íntima. Para nada perdí la cordura, por favor, no soy Vanessa. Espera, espera. ¿Que quién es Vanessa? No comas ansias, claro que te hablaré de ella más adelante. Lo único que hasta ahora te puedo decir es un consejo de la sabia Anette: nunca confíes en una niña más dulce, guapa y delgada que tú que pretende ser tu mejor amiga. Claro que no hay que juzgar, la amistad siempre la decidirá el tiempo. El tiempo. Ah, el tiempo es otra cosa de la que te tengo que hablar, pero ya habrá oportunidad.
Después de todo lo que pasó, aprendí que donde estoy ahora fue gracias a él, mi forma de pensar y actuar cambió para bien. Me siento mas segura. Y pase lo que pase nunca voy a cambiar ni opinión sobre él.
La gente siempre me dijo que porque no lo olvidaba si sabia que todo lo que hiciera -fuera bueno, fuera malo- me iba a afectar. Pues es que ellos creen que es tan sencillo, como si fuéramos robots, donde te das cuenta que te esta dejando de funcionar y cambias el chip, pues esto no es así mi corazón, y nunca lo será. No sentir algo y más aún querer evadirlo, es imposible y tonto, simplemente se da y como quisiera que así de simple también se quitara.
¡Oye! Ah, espero no te esté aburriendo.
Ale me dijo que no me preocupara por que no me quiso, juraba que él se iba a arrepentir, incluso una vez me pregunto que si él regresaba conmigo ¿lo aceptaría y perdonaría? No. Nunca regresaría, tendría que ser muy estúpida para eso. Por supuesto que lo perdonaría pero nada más. ¿Y que cómo lo olvide? Bueno. Hace tres meses me levanté y sentí algo raro en mi. Como si algo a lo que estaba acostumbrada o aburrida hubiera desaparecido, y al instante que pensé eso me acorde de Carlos. ¿Quién es Carlos? Ven, hay que reír juntos por tal babosada.
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Di que sí, por favor.
Teen FictionSiempre dije que una calificación no medía tu inteligencia, si no la experiencia y madurez. Bueno, todo cambia cuando la frase no va dirigida para la gente a la que quiero consolar cuando se sienten mal -siendo el único motivo-, si no para mí. Soy A...