Yo, yo y sólo yo

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Mis memorias sobre mi niñez son muy vagas. Pasaba la mayoría del tiempo en casa de mi abuela, mi tía Ann -mi tocaya- me cuidaba, me llevaba y traía del Jardín de Niños, me daba de comer y me bañaba, algunas veces hasta me quedaba a dormir con ella. Siempre aprecié los deliciosos platillos que me cocinaba a la hora de la comida. Una cosa que siempre se me quedó muy grabada: mi primer grosería. Era un atardecer de primavera, esperando a que mis padres me recogieran. La tía Ann solía gritarles majaderías a los perros de mi abue cada vez que se metían a la casa. Ese día, se me salió como si siempre hubiera dicho malas palabras, repetí cada una de ellas gritando. Mi tía llegó de la nada diciéndome que qué rayos me pasaba, yo solo me mantuve en silencio, no logro recordar si lloré o no, de seguro si; yo siempre fui muy llorona -y hasta la fecha-.
- Le voy a decir a tus papás, eh.- Mi tía rodó los ojos, amenazándome.
De lo que más tenía miedo a los 4 años era que le dijeran una travesura a mis adorados y queridísimos padres, es que ellos nunca fueron como todos que "sólo son niños". Ellos te regañan como si hubieras quemado una biblia por la más insignificante cosa. Aprendí que eso es de lo mejor y ya quisiera tener hijos para educarlos de la misma manera, masacrarlos con palabras y humillarlos con una sola mirada, suena cruel y aprovechado, ¿pero acaso parezco que fui educada de esa manera? Por supuesto que no, pero es que el truco no estuvo en que mi madre siempre fuera la mala del cuento, cuando mi madre no estaba cerca, mi papá nos consentía mucho. ¿Que por qué 'nos'? ¡Oh claro! Es que nunca te mencioné de mis dos desastrosos y traviesos adorables hermanos menores: Caro y Diego. Bueno, ahora sabes de ellos. Mis padres me enseñaron que miedo solo les tenía que tener a ellos y a Dios, y estoy tan agradecida por eso.
-Pobre de ti que vuelvas a decir eso y te lavaré la boca con jabón zote.- Mi tía seguía gritándome. Lo tengo tan presente. Con el tiempo aprendí que decir groserías sonaba vulgar así que decidí guardármelas para casos especiales. Y esos casos especiales eran algo como... "Irás al concierto de Katy Perry" "Muévanse, perras." "Es una pendeja, eso es lo que es" ¿Lo ves? Suena corriente. Pero cuando es el momento, lugar y situación indicada, suenan genial aparte de que no las puedes evitar.

Me siento tan orgullosa de mi. No es que me sienta la gran cosa, para nada, si no que así es como quieren que me sienta. ¿Cómo demonios no te vas a sentir como una maldita diosa cuando todos te elogian y te dicen que quisieran ser como tú? Bueno, suena muy superficial -y odio eso- pero es lo mejor que se puede sentir. Para disimular esa superficialidad limítate a decir gracias y una linda e inocente sonrisa. Te amarán mas. Al final no sabes que será con lo que te vas a encontrar, por eso siempre hay que tener plan B y siempre pensar que hacer en casos extremos cuando no te adoren.
Pero es un secreto ¿bien? sólo pocos -tú- lo saben y un pequeño pedazo de mi confianza se te está otorgando. Ten cuidado, la puedes perder con cualquier mal movimiento. Se que podremos ser grandes amigos, pero depende de ti. Por cierto, ¿no te está gustando éste lugar? se ve tan horrible al principio pero -por más que me cueste admitirlo- si no estuvieras aquí no se que sería de mi.

Di que sí, por favor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora